El think tank marroquí Policy Center for the New South organiza un seminario virtual para evaluar la gestión del continente de la pandemia

África ante el coronavirus: una respuesta rápida y un fuerte golpe al comercio

AP/THEMBA HADEBE - Afectados por la crisis económica del coronavirus hacen cola para recibir donaciones de alimentos al suroeste de Pretoria (Sudáfrica), el miércoles 20 de mayo de 2020

La pandemia ocasionada por el coronavirus no pilló a África por sorpresa. A diferencia de lo que sucedió en Europa, tanto los gobiernos del continente como el Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) se pusieron alerta y se tomaron muy en serio la amenaza que suponía el virus. “El CDC organizó las primeras reuniones para planificar una estrategia conjunta frente a la pandemia a mitad de febrero”, ha asegurado Andrew Atta-Asamoah, politólogo e investigador del Institute for Security Studies, durante un seminario virtual organizado por el think tank marroquí Policy Center for the New South este jueves. A pesar de ello, el confinamiento está hundiendo los ingresos de las familias y la paralizado el gran tratado de libre comercio que tendría que estar ahora operativo.

El CDC ha sido uno de los grandes protagonistas de la pandemia en África. Ha proporcionado datos actualizados en todo momento y ha ayudado a los países a coordinar las políticas sanitarias para atajar la pandemia de la COVID-19, según ha explicado Atta-Asamoah. Uno de los países que ha tomado medidas más restrictivas para hacer frente a la pandemia ha sido Marruecos. Cuando Europa comenzaba a confinarse en la segunda mitad de marzo, el país norteafricano decidió cerrar todas sus conexiones desde el exterior, incluso prohibió la entrada de sus nacionales en el territorio para cortar los contagios importados.  

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La organización regional de África occidental (ECOWAS, por sus siglas en inglés), no minimizó los efectos que podía tener la pandemia. A mediados de febrero, los ministros de sanidad se reunieron para abordar el coronavirus, cuando todavía no se habían registrado casos. “Se han aprendido muchas lecciones de la crisis del ébola a la hora de afrontar esta nueva pandemia. Se tomaron medidas a nivel regional y también a nivel nacional antes de que se disparasen los casos, a diferencia de Europa”, ha ilustrado Paul-Simon Handy, asesor del Institute for Security Studies en Dakar (Senegal) y Addis Abeba (Etiopía).  

Este investigador ha expuesto que cada país de África occidental ha experimentado de manera diferente el confinamiento. En Senegal se han impuesto medidas estrictas que han sido acatadas de manera pacífica por parte de la población. Sin embargo, en Mali, no se han respetado y el Gobierno ha relajado las normas. “Además tienen que lidiar con el terrorismo”, ha señalado. Camerún ha conseguido manejar mejor la situación que su vecino. A pesar de esta rápida reacción ante el virus, Handy ha explicado que los países no tienen capacidad para hacer pruebas de test masivas entre la población, algo esencial para identificar a los contagiados asintomáticos y aislarlos.

“Creo que Marruecos está en disposición de dar lecciones respecto a la gestión de la pandemia. Se cortaron todas las conexiones con el exterior muy rápido y se cerraron tiendas y colegios. Se decretó obligatorio el uso de la mascarilla casi un mes antes que en Túnez o en Argelia”, ha subrayado El Mostafa Rezrazi, investigador principal del Policy Center for the New South. Este especialista ha recalcado su preocupación por la situación de Libia, inmersa en un conflicto civil, y ha señalado la dificultad de cuantificar el alcance de los contagios en el país por la falta de transparencia de los datos.  

Trabajador africano

Una de las grandes preocupaciones para África es la existencia de conflictos armados en curso. La expansión del coronavirus por el continente constituye una nueva amenaza a la paz y a la seguridad. “Ahora todos nos sentimos vulnerables. Tanto la sociedad como los políticos tienen miedo a la crisis sanitaria”, ha explicado Mohammed Loulichki, diplomático marroquí que fue presidente del Consejo de Seguridad Nacional de Naciones Unidas en 2012.  

Loulichki ha apuntado que África aún tiene grandes problemas con el terrorismo y que las actividades delictivas no paran, a pesar de la pandemia. “Aunque la economía esté cerrada, los problemas de seguridad no desaparecen. No podemos descuidar eso. Mali es uno de los países más azotados por esta lacra”, ha asegurado. Otro de los grandes retos que todos los países deberán abordar será la crisis económica que la pandemia dejará tras de sí. “La caída de los ingresos va a ser muy importante. Muchas familias ahora no pueden salir a trabajar y se está repartiendo comida para paliar la situación”, ha afirmado Rezrari. 

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