El paso queda habilitado para el tránsito de camiones aunque sigue existiendo gran afectación por la COVID-19 en ambos países, sobre todo en el iraní

Abre de nuevo el punto fronterizo terrestre entre Turquía e Irán a pesar del riesgo por el coronavirus

Iran and Turkey decided on Thursday to partially reopen their land border at Bazargan (Gurbulak in Turkish) for 60 trucks per day

Sigue existiendo mucho peligro de contagio por coronavirus en determinadas zonas del entorno de Oriente Medio, pero, a pesar de ello, Irán y Turquía tomaron la determinación de abrir nuevamente de manera parcial su frontera por tierra en Bazargán (Gurbulak, como es conocido en turco este cruce fronterizo con el vecino iraní) de cara al paso de 60 camiones al día bajo la condición de respetar los protocolos de salud pactados entre ambas partes. 

Ya a primera hora de la jornada de este jueves, decenas de camiones cargados con alimentos y artículos comerciales pudieron ingresar en territorio turco tras esperar colas kilométricas en el borde fronterizo.

El riesgo es claro y evidente, teniendo en cuenta las cifras que deja la enfermedad COVID-19 en ambos territorios, sobre todo en Irán. El país persa cuenta ya con en torno a 6.500 muertos y más de 103.000 casos diagnosticados; mientras, Turquía aparece en los listados oficiales con más de 3.600 fallecidos y cerca de 134.000 afectados. 

Sanitarios y familiares que llevan ropa de protección, máscaras y guantes, rezan sobre el cuerpo de una víctima que murió tras ser infectada por el nuevo coronavirus, en las afueras de la ciudad de Babol, Irán

Sin embargo, este retorno a las actividades comerciales a niveles previos al brote puede acarrear un riesgo sanitario importante para la salud en ambas naciones, que tratan de aliviar la frágil situación económica que padecen. Por su parte, para tratar de paliar esto los expertos reclaman unas fuertes medidas de protección e higiene para limitar al máximo los contagios entre transportistas, que posteriormente puedan también propagar la enfermedad.

Esta decisión de dar luz verde en el paso fronterizo para el acceso de camiones, en el área de la provincia turca de Agri, ha venido derivada de las conversaciones telefónicas mantenidas hace escasos días por el jefe de gabinete de la Presidencia de Irán, Mahmoud Vaezi, y la ministra de Comercio de Turquía, Ruhsar Pekcan, para relanzar el comercio bilateral entre ambas economías. 

Los ataúdes de las personas que murieron oficialmente de enfermedades contagiosas frente a familiares y funcionarios en una morgue de Estambul, el 1 de abril de 2020

Medios iraníes indicaron que ambos representantes destacaron "la necesidad de reanudar los intercambios fronterizos y el transporte por carretera entre los dos países con el objetivo de desarrollar relaciones comerciales”. Un comercio bilateral seriamente afectado y detenido por el brote de coronavirus, mientras cientos de transportes habían quedado varados en la frontera todo este tiempo. En los últimos dos meses, durante la pandemia del coronavirus, el comercio bilateral se había llevado a cabo por ferrocarril principalmente.  

El cruce de Bazargán fue el punto aduanero más activo en la frontera durante este tiempo. Justo en una etapa conflictiva, con denuncias por parte de camioneros turcos que se quejaron recientemente de las malas condiciones de salud allí y del deplorable trato dado por la Policía aduanera iraní, como destaca el medio Arab News. 

Turquía ya había cerrado sus cuatro cruces fronterizos terrestres con Irán a finales de febrero, por orden del presidente turco Recep Tayyip Erdogan ante la fuerte sacudida de la COVID-19 en el país persa, el más afectado claramente en la región de Oriente Medio. 

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan

Aunque actualmente el asunto de las finanzas nacionales empieza a acuciar a varios países debido al parón en la actividad sobrevenido por la crisis sanitaria de la COVID-19, que obligó a los diversos gobiernos a lo largo y ancho del mundo a establecer medidas de confinamiento domiciliario y distanciamiento social destinadas a frenar la propagación de la enfermedad. Algo que obviamente frenó la actividad económica y comercial en muchos ámbitos. Y entre estos están los protagonistas turcos e iraníes. 

La República Islámica de Irán, por orden del presidente Hasán Rohaní, ya decretó hace varias semanas la reapertura de autopistas interurbanas y grandes centros comerciales para comenzar a reactivar su economía, duramente sacudida por la actual crisis sanitaria que ha provocado un parón general, y que arrastra problemas previos debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos a raíz de la salida norteamericana en 2018 del pacto nuclear sellado con Irán en 2015 por el que se limitaba su programa atómico, sobre todo en materia armamentística. Un embargo centrado principalmente en el petróleo, principal fuente de financiación persa, que supuso un duro golpe para la riqueza iraní. 

El presidente de Irán, Hasán Rohaní

A finales de abril ya Hasán Rohaní advirtió sobre el difícil escenario que se avecinaba. "Instamos a planear la producción a largo plazo en base a una visión pesimista de que podríamos enfrentar este virus todavía durante meses", según explicó el presidente iraní en una reunión con directivos de compañías privadas de la que se hizo eco la televisión estatal. "Tal vez enfrentaremos esta situación hasta finales de año, no lo sabemos", añadió el máximo dirigente, refiriéndose al periodo anual según se establece en el calendario persa, que terminó en marzo de 2021.

Por su parte, Turquía también ha anunciado que reducirá las medidas preventivas contra el coronavirus la próxima semana en gran parte del país, con la apertura de rutas entre algunas regiones afectadas por virus y destinos costeros.

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