Los arrestos contra periodistas que han informado sobre los militares fallecidos se han intensificado en la última semana

Acusan a Erdogan de encubrir las muertes de soldados turcos en Siria y Libia

photo_camera AFP/OMAR HAJ KADOUR - Una foto tomada el 28 de febrero de 2020 muestra una chaqueta militar turca en el lugar de los ataques aéreos del régimen en la aldea de Balyun, en la provincia de Idlib, al noroeste de Siria

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha encubierto las muertes de los soldados del Ejército turco en las contiendas de Siria y Libia, donde se han registrado numerosas bajas militares. Así lo ha denunciado el portavoz del Partido Republicano del Pueblo turco (CHP, por sus siglas en turco), Faik Öztrak, en una rueda de prensa.

En el primer caso, las muertes de miembros de las Fuerzas Armadas turcas se cuentan por decenas, sobre todo, tras el ataque del pasado 28 de febrero lanzado por el Ejército Árabe Sirio sobre Idlib que acabó con las vidas de, al menos, 33 soldados turcos. 35 resultaron heridos. A principios de dicho mes, otra ofensiva de las tropas sirias en el noroeste del país dejó un balance de ocho fallecidos de nacionalidad turca, entre los que se encontraban siete militares y un civil. 

En el segundo caso, el mandatario de la nación euroasiática solo ha reconocido dos bajas entre sus filas en Libia, lo que sucedió el pasado 25 de febrero, en un gesto insólito en el que admitió, por primera vez, la presencia de sus Fuerzas Armadas en el país norteafricano. Un mes antes, se había registrado la llegada de dos buques de guerra turcos, de nombre Gaziantep y Qediz, al puerto de la capital libia, Trípoli, feudo del Gobierno de Unidad Nacional (GNA, por sus siglas en inglés), liderado por el primer ministro Fayez Sarraj y auspiciado por la ONU. Los barcos estaban cargados tanto de equipos militares como de soldados, según informaron entonces las fuentes locales. Sin embargo, todavía se desconoce el número exacto de tropas turcas en Libia.

Un soldado turco frente a un convoy de vehículos militares al este de la ciudad de Idlib, en el noroeste de Siria, el 20 de febrero de 2020

“El régimen turco no desea dar a conocer a la opinión pública ninguna noticia sobre los soldados muertos en Siria y Libia y, por lo tanto, intimida a quienes rompen este objetivo agitando el palo del poder judicial y el encarcelamiento”, ha aseverado el político opositor, en una referencia explícita a los periodistas que han sido detenidos en las últimas semanas por informar sobre casos de soldados muertos en dichos países.

Este domingo, un tribunal de Estambul emitió órdenes de arresto contra tres trabajadores de la información, a saber, Murat Agirel, columnista del periódico Yenicag Daily; y Ferhat Celik y Aydin Keser, responsable y editor jefe respectivamente de la publicación Yeni Yasam. Su delito, según las autoridades judiciales, fue ofrecer noticias sobre el funeral de un oficial de inteligencia turco de alto rango que fue asesinado en Libia, así como revelar su identidad.

Dos días antes, el viernes, otros dos periodistas fueron detenidos: Baris Terkoglu, director de noticias de OdaTV, y Hulya Kilic, reportero de la cadena. También fueron acusados de difundir imágenes del funeral, que se celebró en la provincia de Manisa el 2 de marzo de forma “silenciosa”, sin ninguna ceremonia ni honores militares. El tribunal dictaminó, asimismo, el cierre de la estación de televisión.

Faik Oztrak, portavoz del Partido Republicano del Pueblo turco (CHP)

Según la Oficina del Fiscal, que ha ordenado las detenciones, “los periodistas revelaron información sobre actividades y documentos de inteligencia que pusieron en peligro a las familias, allegados y compañeros de los oficiales de inteligencia”. Sin embargo, como explican desde el medio Balkan Insight, el nombre del funcionario fallecido fue desvelado previamente en una sesión de la Cámara legislativa turca por el diputado opositor Ümit Özdağ: “El Ejército turco ha estado involucrado en una guerra civil árabe a 2.000 kilómetros de Libia y todavía está en conflicto. Dos oficiales de inteligencia de nuestro Servicio de Inteligencia Nacional (MIT), fueron baleados en un puerto al lado de un barco en Libia tratando de bombardear el puerto. Nuestros soldados y oficiales de inteligencia que colisionaron en el campo continúan pagando por las políticas equivocadas aplicadas por el régimen del palacio”, declaró en el Parlamento el pasado 26 de febrero.

Del mismo modo, el 29 de febrero, la Policía turca detuvo a al menos cuatro trabajadores de la información -Idris Salygan y Nacy Kaya de la Agencia de Noticias Pro-Kurdish Mezopotamya; Rawin Sterk, reportero, y Mehmet Sirin Akgun, operador de cámara de Rudaw- que estaban cubriendo los desplazamientos de los refugiados sirios a través del país por “grabar en una zona prohibida”. 

Ese mismo día, la periodista freelance Tuba Demir denunció en su cuenta de Twitter que, como mínimo, 20 compañeros de profesión habían sido detenidos en Edirne, muy cerca de la frontera con Bulgaria y Grecia. Entre ellos, se encontraban cuatro empleados no identificados del medio ruso Sputnik, incluido al jefe de redacción de Turquía, que fueron liberados un día más tarde.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan

Todos los trabajadores de la información que han sido arrestados durante la semana pasada son conocidos por ser críticos con el Gobierno de Erdogan, lo que ha dado alas a la idea de que hayan sido detenidos simplemente por cuestiones políticas.

“Turquía es, de nuevo, la mayor prisión del mundo para los profesionales de los medios de comunicación”

“La cacería de medios de comunicación críticos emprendida por Ankara culminó con el intento de golpe de Estado de julio de 2016. Las autoridades cerraron decenas de medios de comunicación. Un holding cercano al gobierno compró al mayor grupo de prensa turco. El cerco sigue estrechándose en torno a lo que queda de pluralismo: un puñado de publicaciones de bajo tiraje que subsisten en medio del acoso de las autoridades”, denuncian desde Reporteros sin Fronteras (RSF). Cabe recordar, en esta línea, que en los cuatro últimos años, se han cerrado 70 periódicos, 20 revistas, 34 estaciones de radio y 33 canales de televisión.

De acuerdo con la clasificación global de dicha organización, que mide la calidad de la libertad de prensa, Turquía ocupa el puesto 157 de un total de 180 países registrados. Por poner un ejemplo, Rusia, Irak o Venezuela obtienen mejores resultados.

Yavuz Selim Demirag, columnista del periódico Yenicag Daily, habla con periodistas de AFP en la capital turca, Ankara, el 29 de mayo de 2019

Actualmente, según la organización, hay 22 periodistas encarcelados en la nación euroasiática. Esta cifra, no obstante, no incluye aquellos en los que los profesionales de los medios fueron detenidos por motivos ajenos a su profesión o aquellos en los que aún no ha podido verificarse que había una relación con su trabajo. Otras fuentes como el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) elevan el dato de detenidos hasta los 47, mientras que Balkan Insight ha documentado que hasta 84 periodistas están hoy en día entre rejas en Turquía.

“Pasar más de un año detenidos hasta ser juzgados se ha convertido en la norma para los periodistas que, cuando son sentenciados, pueden ser condenados hasta cadena perpetua sin comprender por qué”, advierten desde RSF. “Turquía es, de nuevo, la mayor prisión del mundo para los profesionales de los medios de comunicación”, aseveran en la organización.


 

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