El cuerpo sin vida de Blanca Fernández Ochoa fue encontrado en el Pico de la Peñota cuando contaba con 56 años

Adiós al mito del esquí femenino español

photo_camera Blanca Fernández Ochoa

El deporte español, y el mundo del esquí en particular, están de luto por la muerte de la ex esquiadora olímpica Blanca Fernández Ochoa, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado en el Pico de la Peñota, en la sierra madrileña, cuando contaba con 56 años. 

Se despide así la pionera del esquí nacional. Auténtico estandarte deportivo ya que fue la primera medallista olímpica del deporte femenino español gracias a la medalla de bronce que consiguió en la prueba de eslalon de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1992 celebrados en Albertville, Francia

El cadáver de la deportista española fue encontrado sobre las 12:30 horas de la mañana del martes en la citada localización del monte en la zona norte de la Comunidad de Madrid, concretamente en el paraje de Collado del Rey, a las faldas de la Peñota y cerca de la localidad de Cercedilla, de donde era la familia. Llevaba desaparecida desde el pasado sábado y había cundido la inquietud y el miedo porque no había noticias de ella, ni de dónde estaba, y, además, se había dejado el teléfono móvil en casa. 

Pronto se iniciaron las labores de búsqueda. En un principio se encontró su coche aparcado en el parking de la zona de monte cercana al lugar donde fue posteriormente encontrada y prosiguieron las pesquisas de la Policía, Guardia Civil y de personas voluntarias que colaboraron para dar con ella. Finalmente, fue un efectivo de la Guardia Civil fuera de servicio, que participaba como voluntario en las labores de búsqueda con un perro de la benemérita, quien encontró un cuerpo en la Peñota, el cual estaba en estado de descomposición y que finalmente pudo ser identificado en primera instancia como el de Blanca, debido a la ropa que llevaba. Los restos mortales fueron llevados al Instituto Anatómico Forense de Madrid para llevar a cabo la autopsia y conocer así los detalles del fallecimiento. Aunque se especula con el accidente como la hipótesis más sólida de su muerte.

El despliegue para su búsqueda fue intenso y estuvo formado por en torno al centenar de agentes de la Policía Nacional, cerca del centenar también de efectivos de la Guardia Civil, 25 miembros del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid, 60 integrantes de Protección Civil de varios municipios y 11 agentes de la Policía Local. Finalmente, fue el Guardia Civil de paisano que ejercía de voluntario quien dio con el cuerpo de la ex esquiadora, la cual actualmente vivía en casa de su hermana Lola en Aravaca tras haber vendido la suya de Las Rozas. 

El mundo del deporte español y el país en general llora a uno de los emblemas deportivos patrios. Fue un auténtico mito por su presea de bronce alcanzada en tierras francesas, la primera medalla olímpica de la historia para el deporte femenino español; y, también, por otro lado, era la hermana pequeña de otra gran leyenda del esquí nacional como Paco Fernández Ochoa, quien protagonizó la gesta de ganar para España la medalla de oro de eslalon en los Juegos Olímpicos de Sapporo (Japón) en 1972; en lo que significaba la primera medalla olímpica de la historia para un deportista español en los Juegos Olímpicos de Invierno; encima la de ganador, la de oro. 

Blanca siguió la estela de su hermano, también fallecido tras haber luchado contra el cáncer, y continuó su labor de engrandecer la disciplina del esquí en un país como España, que por aquel entonces no tenía una estructura deportiva profesional destacable, la cual se empezó a desarrollar sobre todo a raíz de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. La deportista madrileña, nacida en Carabanchel y criada en Cercedilla, ya que sus padres fueron contratados para trabajar en la madrileña estación de esquí de Navacerrada, empezó a practicar el deportes de los esquís desde bien pequeña, como fue tradición en la familia, y desde muy joven empezó a despuntar ganando competiciones nacionales a muy temprana edad. 

Llegó a disputar los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary 1988 en Canadá y, a pesar de su juventud, estuvo cerca de haber hecho historia, ya que acabó la primera manga del eslalon en primera posición, pero se acabó cayendo en la segunda manga para finalizar en quinta posición, cuando estaba en condiciones tanto físicas como mentales para haber ganado y haber inscrito su nombre en letras de oro en el libro del deporte español. 

Tras esta decepción no se vino abajo y finalmente logró la medalla de bronce en Albertville tras una buena primera manga del eslalon en la que acabó segunda, que refrendó en la siguiente para acabar en tercera posición. Gracias a esta actuación se convirtió en la primera deportista española mujer en lograr una medalla olímpica. 

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