Los afganos ya suponen en Turquía la segunda población de refugiados más grande del país después de la siria 

Afganistán: la nueva crisis migratoria entre Turquía y Europa

photo_camera PHOTO/REUTERS - Refugiados Turquía

El avance talibán, estimulado por la salida de las tropas estadounidenses y de la OTAN, está provocando la huida de miles de civiles que intentan cruzar el Egeo. Los refugiados huyen de un país en guerra. Viajan con apenas lo puesto en busca de una vida mejor en Europa, su destino final. Un número cada vez mayor de afganos huye de sus hogares, y muchos de ellos se dirigen a Turquía. Si el flujo sigue aumentando, podría imitar la ola de refugiados sirios que huyeron de la guerra civil. 

Con las conversaciones en punto muerto y la presión de la comunidad internacional por reducir la violencia del país, el Gobierno afgano ha intentado reanimar los encuentros y negociar un cese al fuego. Mientras las fuerzas internacionales continúan el proceso de retirada, que Estados Unidos espera finalizar antes de septiembre, las negociaciones de paz intraafganas permanecen estancadas a pesar de que ambas partes han indicado que están dispuestas al dialogo. En este tiempo, el flujo de refugiados se ha disparado ante el temor de quedar bloqueados en Irán, muchos refugiados se dirigen hacia Turquía con la esperanza de poder llegar a Europa.

PHOTO/DARIO PIGNATELLI  -   El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el ministro de Asuntos Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu.

Afganistán se enfrenta a una grave crisis humanitaria tras la retirada de las tropas internacionales. Cada vez son más las personas que sufren la escalada de violencia. La nueva afluencia de refugiados afganos a Turquía muestra cómo la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán está repercutiendo en toda la región. Antes de la fecha límite del 31 de agosto fijada por el presidente Biden para la retirada de las tropas estadounidenses del país, los talibanes se han apoderado de franjas del campo afgano y amenazan algunas ciudades.

La mayoría de los ciudadanos afganos en Turquía, la segunda población de refugiados más grande del país después de los sirios. Según expertos y observadores, las cifras oficiales apenas reflejan la gravedad real de la situación sobre el terreno. La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados, ACNUR, calculó el número de solicitantes de asilo afganos que Turquía alberga en 125.104 en un informe de 2020.

AFP/SAKIS MITROLIDIS - Esta foto tomada desde el lado griego de la frontera greco-turca cerca de Kastanies, muestra a los migrantes esperando en el lado turco el 2 de marzo de 2020

Según Al-Monitor, Ankara ahora teme una posible inestabilidad en Irán, que sirve como zona de amortiguación para el flujo de refugiados de Afganistán. Si Irán no logra controlar la afluencia que se avecina, el flujo de ciudadanos afganos a Turquía puede alcanzar niveles sin precedentes. Sin embargo, la UE parece reacia a apoyar a Ankara frente al creciente problema de la inmigración irregular desde Afganistán, lo que insinúa un nuevo capítulo en la brecha de refugiados entre Ankara y las capitales europeas en el próximo período.

El acuerdo entre la UE y Turquía que surgió con motivo de la crisis de los refugiados de 2015 y 2016, cuando cerca de 1,9 millones de personas entraron en territorio europeo, muchas huyendo de la guerra en Siria vuelve a saltar al escenario político internacional. Las dificultades de los Veintisiete para gestionar la llegada masiva de migrantes y solicitantes de asilo pusieron a prueba al espacio de libre circulación Schengen y dieron alas a las formaciones euroescépticas.

AFP/ BULENT KILIC - Los migrantes se manifiestan en la zona de amortiguación de la frontera entre Turquía y Grecia, cerca del paso fronterizo de Pazarkule en Edirne (Turquía), el 6 de marzo de 2020

Actualmente, el pacto se encuentra paralizado y con un futuro incierto. El documento suponía que Ankara controlaría los flujos humanos en la ruta del Mediterráneo y el Egeo, una de las más transitadas y complejas del mundo. Desde el inició de la crisis europea de 2015 y 2016, Turquía, que desde siempre había sido un país de origen, transito y destino de demandantes de protección internacional, se convirtió en uno de los lugares a los que llegaban más migrantes, debido en gran medida a su cercanía geográfica con zonas en conflicto. 

Según dicho acuerdo, el Gobierno de Ankara se comprometía a hacerse cargo de las personas que entrasen a Europa por Grecia y a organizar su reubicación en un Estado miembro de la Unión. A cambio, Turquía se beneficiaría de una serie de medidas, como la donación de 6.000 millones de euros para la revisión y reforma del sistema migratorio, la liberalización de los visados para los ciudadanos del país, y, especialmente, la reanudación de las negociaciones para la adhesión turca a la UE.

AFP/ ARIS MESSINIS  -   Los refugiados y migrantes desembarcan en la isla griega de Lesbos el 2 de marzo de 2020

En febrero de 2020, el pacto pasó por la que fue quizá su mayor crisis, cuando las autoridades turcas abrieron las fronteras durante varios días y permitieron que miles de migrantes, en su mayoría procedentes de Afganistán, Pakistán e Irak, entrasen en Europa. Sin embargo, las cifras oficiales de la devolución de ese pacto "uno por uno" son minúsculas: en cinco años sólo se han devuelto 2.139 personas, entre ellos 748 de Pakistán, 412 sirios, 204 argelinos, 151 afganos, 134 iraquíes y 105 bangladesíes.

Desde Ankara, Recep Tayyip Erdogan ha criticado el acuerdo, prácticamente desde que se firmó. El presidente ha acusado en repetidas ocasiones a las instituciones europeas de no llevar a cabo las medidas pactadas, algo que Bruselas justifica por algunas decisiones del Ejecutivo turco, como la reinstauración de la pena de muerte tras el golpe de Estado de 2016. En el último lustro, el jefe de Estado de Turquía ha cambiado su postura respecto de las instituciones comunitarias, girando hacia una gran desconfianza y paralizando las negociaciones para el ingreso turco en la Unión Europea, que ha perdido interés político para él.

AP/RAFIQ MAQBOOL - Un hombre agita una bandera afgana durante las celebraciones del Día de la Independencia en Kabul, Afganistán

Uno de los puntos más polémicos del pacto es la consideración de Turquía como tercer país seguro para la recepción de migrantes. En una carta abierta hecha pública con motivo del quinto aniversario del acuerdo migratorio, un grupo de organizaciones, entre las que figuran Amnistía Internacional, Oxfam y Caritas Europa, denuncian que la UE quiera mantener el pacto con Turquía, Sin embargo, el pasado 8 de junio, el Gobierno heleno aprobó una medida que consideraba a Turquía como un Estado seguro para recibir migrantes originarios de Somalia, Pakistán, Afganistán, Siria y Bangladesh.

La creciente llegada de refugiados afganos a Turquía en los últimos años ha provocado una crisis de asilo en la Unión Europea que aún está sin resolver. Una nueva oleada de migrantes podría ser desastrosa para un país y unos campos de refugiados que están sufriendo las consecuencias del coronavirus. En medio de esta guerra, se encuentran miles y miles de personas cuyo único delito ha sido soñar con un futuro donde la paz sea posible. 

Más en Política
Embajada de Argelia en Marruecos
El reciente plan del Gobierno marroquí de expropiar bienes inmuebles estatales argelinos ha llegado en el momento justo para servir de pretexto a las autoridades de Argel para lanzar gritos de provocación y amenazas poco veladas

Tensión renovada entre Argel y Rabat

Khaled Nezzar
Mientras que la investigación internacional denominada "Suisse Secrets", llevada a cabo por cuarenta y siete medios de comunicación internacionales, reveló que el general Khaled Nezzar poseía "dos cuentas por valor de al menos 2 millones de francos suizos (1,6 millones de dólares en aquel momento)", tal y como informó el diario francés Le Monde en febrero de 2022, a su hijo Lotfi Nezzar le ha ido mejor. Pero en España

Argelia, la fortuna de Lotfi Nezzar en España se estima en 300 millones de euros