Al menos 12 personas murieron y otras 66 resultaron heridas al estrellarse este viernes un avión de pasajeros tras despegar del aeropuerto de la ciudad kazaja de Almaty, según los últimos datos ofrecidos por las autoridades de Kazajistán.
El jefe del Departamento de Sanidad de Almaty, Tleujan Abildayev, agregó que 50 personas fueron hospitalizadas, de las cuales 12 se encuentran graves, y otras 16 recibieron atención médica ambulatoria.
El aparato, un Fokker-100 perteneciente a la compañía kazaja Bek Air con 100 personas a bordo -95 pasajeros y cinco tripulantes, se estrelló nada más despegar.
En su cuenta de Twitter, el presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, expresó sus condolencia a los familiares de la víctimas mortales y aseguró que "los responsables del accidente serán sancionados conforme a la ley".
El avión siniestrado, que según las autoridades no se incendió tras la colisión, realizaba el vuelo Z2100 entre Almaty, la mayor ciudad del país, y Nur-Sultán, la capital kazaja.
El Ministerio de Industria e Infraestructuras de Kazajistán dispuso la suspensión de todos los vuelos de este tipo de aviones hasta que se esclarezcan las causas del accidente.
"Cuando despegamos el avión comenzó a zarandearse muy fuerte y supe que se iba a caer", dijo a Efe en conversación telefónica Aslan Nazarliev, uno de los supervivientes del accidente sufrido por el avión de pasajeros en Kazajistán en el que han muerto al menos 12 personas.
Empresario, de 34 años, pasajero aéreo frecuente, Nazarliev ocupaba una butaca en la fila 15 en el pasillo del Fokker-100 que se estrelló poco después de despegar del aeropuerto de Almaty.
"Apenas el avión se estrelló salimos por la salida de emergencia que está sobre el ala. Estaba oscuro. La gente alumbraba con las linternas de sus teléfonos", según ha recordado sobre los primeros instantes tras el accidente.
Según Nazarliev, los que se llevaron la peor parte fueron los pasajeros que se hallaban en la parte delantera del avión, hasta la fila 14. "Empezamos a ayudar a sacar a la gente que veíamos y oíamos, porque había muchos gritos y gemidos, y a los que ya no respiraban los sacamos y los alejamos del avión", ha indicado.
Una de las cosas que le llamó la atención es que las alas del Fokker-100 estaban cubiertas de hielo. "Toda la gente que pisaba el ala se caía, porque había hielo. No puedo afirmar que (antes de despegar) las alas no fueron rociadas con anticongelante, pero el hecho es que había hielo", ha comentado el superviviente.