Alemania, Australia, Corea, Estados Unidos, Japón y otras 12 naciones hacen una demostración de fuerza frente a China
Los gobiernos de Alemania, Corea del Sur y Japón han decidido sumarse al ejercicio de guerra organizado por la Fuerza Aérea Australiana en el que participan 17 países miembros y socios de la OTAN y naciones de Asia
De nombre Pitch Black 22, se desarrolla hasta el 8 de septiembre en la zona norte de Australia y es uno de los mayores despliegues aéreos jamás visto en los cielos de la nación más grande de Oceanía, situada a unos 14.000 kilómetros de España, casi en nuestras antípodas.
Para gran parte de la comunidad internacional, en especial la asiática, Pitch Black 22 es la contrapartida a las espectaculares e intimidatorias maniobras terrestres y aeronavales autorizadas por el presidente chino Xi Jinping, como reacción temprana a las recientes visitas de políticos de Washington a Taipéi, la capital de Taiwán.
En muchos países asiáticos lo entienden como una solapada advertencia a Pekín para que frene sus agresivas actitudes en las aguas y los cielos del Indo-Pacifico. Sin embargo, el director del ejercicio, el comodoro Tim Alsop, insiste en aclarar que Pitch Black 22 tan solo pretende “mejorar el entrenamiento de los aviadores” y “no busca oponerse a ninguna nación. No va contra nadie”. En el mismo sentido se ha manifestado el Jefe de la Luftwaffe, teniente general Ingo Gerhartz, que descarta que Pitch Black 22 y Alemania envíen a Pekín “algún tipo de mensaje amenazante”.
De carácter bienal pero con la edición de 2020 cancelada a causa de la pandemia por COVID-19, a las maniobras que ya están en marcha concurren unidades aéreas de combate y transporte del país anfitrión y otras 9 naciones: Alemania, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Japón, Singapur y el Reino Unido. Son alrededor de un centenar de aviones, en su mayoría cazas, con sus pilotos, equipos de mecánicos, técnicos en software, armeros y personal auxiliar.
Japón, Corea del Sur y Alemania asisten por vez primera
Las otras 7 naciones ‒Canadá, Filipinas, Malasia, Nueva Zelanda, Países Bajos, Tailandia y la Unión de Emiratos Árabes‒ no aportan aeronaves pero si personal militar dedicada a cumplir tareas de control aéreo, comunicaciones, logística, seguridad, sanidad, administración y planeamiento. El total, el componente humano asciende a unas 2.500 personas y tanto ellos como los aviones están posicionados en tres bases aéreas, principalmente en la de Darwin, en la costa norte.
Las lecciones aprendidas tras el desencadenamiento de la guerra en Ucrania y la tensión existente en el Mar de la China han provocado que el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, recién diagnosticado de COVID-19, y el presidente de la república de Corea, Yoon Suk-yeol, hayan decidido que sus fuerzas aéreas se sumen por vez primera a los grandes maniobras aéreas de la RAAF.
Con su decisión, los gobiernos de Tokio y Seúl dan testimonio de su voluntad de cooperar en el mantenimiento de la seguridad en el escenario Indo-Pacifico, participar en operaciones expedicionarias y colaborar con sus aliados frente a retos comunes. Corea está presente con una fuerza expedicionaria de 6 cazas F-16 de fabricación nacional o KF-16. La Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón acude con 2 aviones de combate Mitsubishi F-2, la variante de fabricación nipona del caza norteamericano Boeing F-16.
El caso de Alemania, es muy diferente. En primer lugar porque la distancia de Corea de Sur y Japón con Australia es de 5.300 y 5.400 y kilómetros, respectivamente, mientras que la de Alemania es de unos 13.000 kilómetros. Y en segundo término, porque Berlín no tiene responsabilidades directas en la región.
En cambio, por primera vez en la historia de la nación tras la segunda guerra mundial, el gobierno alemán ha enviado un grupo expedicionario de seis Eurofighter Typhoon de la Luftwaffe en la operación bautizada “Rapid Pacific 2022”. Su vuelo de 12.800 kilómetros ha sido llevado a cabo en tres jornadas, apoyado por 4 aviones de transporte A400M y 3 de reabastecimiento A330 MRTT de la OTAN, lo que representa uno de sus mayores despliegues en tiempos de paz.
El Indo Pacifico se convierte en importante para Alemania
La presencia temporal alemana en la región está en concordancia con las nuevas directrices emanadas desde Berlín respecto a su política en el Extremo Oriente. Es un documento oficial fechado en septiembre de 2020 en el que la canciller Ángela Merkel propugna “intensificar la cooperación en seguridad y defensa en la región del Indo-Pacífico”.
El primer paso fue la travesía de la fragata F-217 Bayern en una misión de medio año ‒de agosto de 2021 a mediados de febrero de 2022‒ por el Indo-Pacífico, que la llevó a Perth y Darwin (Australia), la isla norteamericana de Guam, Tokio (Japón), Busan (Corea), Ciudad Ho Chi Minh (Vietnam), Colombo (Sri Lanka), Bombay (India) y Karachi (Pakistán).
Ahora, la operación Rapid Pacific 2022 demuestra la fortaleza de la Luftwaffe para proyectar de forma rápida su poder y mantener despliegues aéreos a muchos miles de kilómetros de su territorio nacional. El teniente general de la Luftwaffe Ingo Gerhartz ha manifestado en Australia hace unos días que el Indo-Pacífico “es de gran importancia para Alemania”. “Compartimos los mismos valores con muchos socios de la región ‒ha subrayado‒ y defenderlos en caso de una emergencia de guerra y poder apoyar a nuestros socios es algo que debe practicarse”.
La Fuerza Aérea francesa también está presente en Pitch Black 22, pero por razones muy distintas y justificadas. Acude con 3 cazas Rafale, dos A330 MRTTT, un transporte CN-235 y otro C-130H. A diferencia de Berlín, París no es un nuevo actor en la región, muy al contrario. La Republica gala posee territorios en los océanos Índico y Pacífico, como son Nueva Caledonia, la Polinesia Francesa, Wallis y Futuna y las islas de Mayotte y Reunión, lo que le exige una presencia militar para asegurar su soberanía. Y mantiene una estrecha alianza estratégica con India en el plano de la defensa, la seguridad y la energía atómica.
Tras el desagradable asunto de la cancelación de la compra de submarinos por parte de Australia a mediados de septiembre de 2021, el presidente Emmanuel Macron intenta recomponer sus relaciones bilaterales con el gobierno del primer ministro Anthony Albanese.
El comunicado conjunto fechado el 1 de julio pasado expresa el deseo común de “forjar una nueva relación de defensa, incluso a través de compromisos operativos, intercambios de inteligencia y vigilancia marítima”. Así pues, el Palacio del Eliseo hace todo lo posible para que la alianza estratégica militar entre Australia, el Reino Unido y Estados Unidos (AUKUS) no impida que la confianza vuelva a reinar entre París y Canberra.
