La ofensiva llevada a cabo por las fuerzas afganas en el paso fronterizo con el país vecino ha provocado el choque entre los Gobiernos de Kabul e Islamabad

Alta tensión en la frontera entre Pakistán y Afganistán

REUTERS/PARWIZ - Soldados del Ejército Nacional Afgano (ANA) hacen guardia en un puesto de control recapturado a los talibanes

Mientras la situación en Afganistán se recrudece el cruce de acusaciones entre Pakistán y el país centroasiático se intensifica. La toma por parte de los talibanes del paso fronterizo Spin Boldak- Chaman, que representa el segundo paso más importante de la frontera con Pakistán y una importante fuente de ingresos para el Gobierno de Kabul, ha destapado viejas rencillas entre ambos países.

El Gobierno de Kabul ha acusado en múltiples ocasiones al país vecino de dar cobijo y apoyo a los talibán, mientras que Pakistán ha negado de manera sistemática estas acusaciones. El paso fronterizo de Spin Boldak proporciona acceso directo a la provincia paquistaní de Baluchistán, donde se cree que se encuentra la base de la cúpula de este grupo. Los insurgentes tomaron el control de este importante paso el pasado miércoles y desde entonces las fuerzas afganas han tratado de recuperarlo. 

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Según recoge la agencia de noticias AFP el Ejército y la Policía "lanzaron hoy una operación conjunta para retomar Spin Boldak", dijo a la agencia Jamal Nasir Barakzai, portavoz policial de Kandahar, quien precisó que "las fuerzas afganas han llegado al mercado". Asimismo, habitantes de Spin Boldak contactados por AFP confirmaron que los talibán se habían retirado pero que los “intensos combates entre los insurgentes y las fuerzas afganas” proseguían.

La ofensiva llevada a cabo por las fuerzas afganas en la frontera con Pakistán ha provocado el choque entre los Gobiernos de Kabul e Islamabad. El vicepresidente primero afgano, Amrulá Salé, denunciaba en Twitter que “la Fuerza Aérea de Pakistán ha emitido una advertencia oficial al Ejército y la Fuerza Aérea de Afganistán de que cualquier movimiento para desalojar a los talibanes de la zona de Spin Boldak será enfrentado y repelido por la Fuerza Aérea de Pakistán”. Asimismo, Salé acusaba al país vecino de proporcionar “apoyo aéreo cercano a los talibanes en ciertas áreas”. En otro tweet el vicepresidente explicaba que los aviones afganos a diez kilómetros de Spin Boldak “fueron advertidos de que debían retroceder o enfrentarse a misiles aire-aire”.

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El Gobierno de Islamabad ha desmentido las acusaciones lanzadas por el vicepresidente primero de Afganistán. El Ministerio de Asuntos Exteriores pakistaní ha emitido un comunicado oficial en el que señalaba que Pakistán “respondió positivamente al derecho del Gobierno afgano a actuar en su territorio” a pesar de que “las operaciones fronterizas normalmente no se ajustan a las normas internacionalmente aceptadas”. El escrito subraya que Pakistán “tomó las medidas necesarias dentro de su territorio para salvaguardar a nuestras propias tropas y población”.

Desde Islamabad acusan a Afganistán de “socavar los esfuerzos sinceros de Pakistán por desempeñar su papel en una solución de propiedad afgana y dirigida por los afganos” y añaden que reconocen “el derecho del Gobierno afgano a emprender acciones en su territorio soberano”. Ante la negación pakistaní, el vicepresidente primero afgano, Salé, ha vuelto a increpar al país vecino y ha señalado en su cuenta de Twitter que “durante más de veinte años Pakistán negó la existencia de la Shura de Quetta o la presencia de líderes terroristas talibanes en su territorio”.

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Afganistán ha experimentado un aumento de la violencia y un rápido avance por parte de los talibán desde que el pasado mes de abril Estados Unidos anunciara la retirada total de todas sus tropas del país centroasiático. El pasado mes de mayo los insurgentes lanzaron una ofensiva que ha provocado la caída de grandes zonas rurales bajo el control del Gobierno de Kabul. Los talibán han asegurado que ya controlan el 85% del país. En este contexto los enfrentamientos entre el Gobierno afgano e Islamabad no ayudan a estabilizar la situación que experimenta el país centroasiático.

El Ejecutivo de Kabul está perdiendo el control de zonas estratégicas del país donde los líderes tribales han ausimido ese vació de poder y se han convertido en los responsables de negociar con los talibanes. Según recoge un medio local, en la provincia de Badghis los enfrentamientos entre los insurgentes y las fuerzas de seguridad en Qala-e-Naw, capital de la provincia, cesaron gracias a la mediación de los ancianos tribales. "Diez ancianos tribales habían asumido la responsabilidad del alto el fuego, por lo que primero hablaron con los talibanes y luego con el Gobierno local y ambas partes llegaron a un alto el fuego", declaró a Reuters el gobernador provincial, Husamuddin Shams.

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En un contexto donde el Gobierno de Kabul está perdiendo influencia y los talibanes acumulan cada vez más victorias se espera que este fin de semana algunos de los principales líderes políticos afganos, entre ellos el ex presidente afgano Hamid Karzai, vuelen a Qatar para mantener conversaciones con miembros de los talibán con el objetivo de desbloquear las conversaciones de paz.

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