Los elevados índices de inequidad en América Latina, las fallas en el sistema de salud o las recientes políticas de austeridad implementadas en varios países han llevado a esta región al borde del abismo

América Latina, crónica de cómo esta región se convirtió en el nuevo foco de la pandemia de la COVID-19

photo_camera AFP/ TARSO SARRAF - Una paciente de la COVID-19 reacciona mientras se prepara para ser trasladada después de haber estado hospitalizada durante cinco días en Melgaco, al suroeste de la isla de Marajó, en Brasil, el 10 de junio de 2020

El sociólogo, filósofo y ensayista polaco-británico, Zygmunt Bauman ​, advertía en uno de sus ensayos que “practicar el arte de la vida o hacer de la propia vida una obra de arte equivale a permanecer en un estado transformación permanente, a redefinirse perpetuamente transformándose o al menos intentándolo en alguien distinto del que se ha sido hasta ahora”, sin ser consciente de que años más tarde el mundo se vería obligado a transformarse por la aparición de una crisis sanitaria sin precedentes.  El 31 de diciembre de 2019, la Comisión Municipal de Salud de Wuhan (provincia de Hubei, China) notificó un conglomerado de casos de neumonía en la ciudad, causados por un nuevo coronavirus. La gran enfermedad de la era de la globalización no tardó en propagarse por el planeta transformando por completo el orden mundial. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó este mal causante de la COVID-19 de pandemia, después de que el número de casos afectados fuera de China se multiplicara por trece en apenas dos semanas. Desde entonces, el nuevo coronavirus ha infectado a más de ocho millones de personas en todo el mundo, mientras que la cifra de muertes supera los 447.000. El epicentro de la pandemia ha viajado a lo largo del globo durante los últimos meses siendo, en estos momentos, Estados Unidos el país más afectado del mundo, seguido de Brasil con más de 955.000 contagios y más de 46.000 muertes.  Más de doce semanas después de la adopción de las primeras medidas de cuarentena, Europa ha iniciado el proceso de vuelta a la denominada nueva normalidad, aunque a ritmos diferentes. Sin embargo, esta nueva normalidad todavía es un espejismo en América Latina, donde este patógeno se ha propagado a un ritmo bastante rápido entre mayo y junio, hasta tal punto que la OMS declaró a finales de mayo al continente americano nuevo centro de la pandemia, después de que esta región superara a Europa en número de casos. 

Residentes con máscaras para frenar la propagación del nuevo coronavirus esperan en una fila para una comida gratis en el distrito de Villa María del Triunfo en Lima, Perú, el miércoles 17 de junio de 2020

Los elevados índices de inequidad y pobreza en América Latina, las fallas en el sistema de salud o las recientes políticas de austeridad implementadas en varios países han llevado a América Latina al borde del abismo. La región registró oficialmente su primer caso el pasado 26 de febrero en Brasil. Tres meses después, solo en este país hay mas de 960.000 casos contagiados y al menos 46.665 fallecidos. Las manifestaciones que enfrentan a los simpatizantes y detractores del ultraderechista Jair Bolsonaro han conquistado gran parte de la nación, mientras comienza la reapertura en algunos de los principales estados brasileños como Sao Paulo, Ceará, Amazonas y Pará, cuatro de los más azotados por esta crisis sanitaria. El patógeno que paralizó el viejo continente empezó a hacerlo de forma silenciosa en América Latina. En este escenario, países como Perú, Salvador, Panamá, Argentina, Chile, Colombia o Venezuela comenzaron a aplicar diversas medidas para detener la propagación de esta enfermedad y reducir el número de contagios. 

El coronavirus ha llegado ya a los 46 estados y territorios que conforman América Latina y el Caribe, incluida la Guyaná Francesa o las islas Malvinas. La región ha tenido la oportunidad de afrontar la pandemia con más previsión que Europa. Aun así, estas medidas no han sido suficientes para detener la propagación de este virus, que no afecta solo a los más débiles, tal y como ha demostrado el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, quien ha anunciado este martes que contrajo la COVID-19. En este contexto, los precarios sistemas de salud y la pobreza tienen el poder de convertir esta crisis sanitaria en una crisis humanitaria.

El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández. Hernández y su esposa han dado positivo en el test de la COVID-19
¿Qué ha llevado a América Latina a convertirse en el nuevo foco mundial de la pandemia de la COVID-19? 

El golpe cívico militar el Bolivia, la deuda argentina y los delirios de Bolsonaro protagonizaban los titulares de la región hasta el pasado 26 de febrero. Sin embargo, todo cambió con la aparición de este patógeno. La situación que se estaba viviendo en países como España o Italia llevó a presidentes como el argentino Alberto Fernández a decretar la cuarentena el 19 de marzo. “Vamos a ser absolutamente inflexibles, vamos a ser muy severos, porque la democracia nos los exige” declaraba el presidente por aquel entonces. Casi 90 días y seis prorrogas después, el Gobierno nacional ha decidido prorrogar esta situación de emergencia hasta el próximo día 28 de junio. “Con los científicos y epidemiólogos que siempre nos asesoran creímos que era mejor fijar una regla a más largo plazo para terminar con la ansiedad que ocurre cada quince días”, ha manifestado el presidente. 

Presidente de la Argentina Alberto Fernández con una máscara facial con los colores de la bandera nacional argentina y el mapa de las Islas Malvinas/Falklands en la residencia presidencial de Olivos, Buenos Aires, el 10 de junio de 2020

Carlos Arturo Álvarez, médico infectólogo y profesor de la Universidad Nacional de Colombia ha explicado a BBC Mundo que el problema en esta región fue decretar medidas de aislamiento cuando no eran necesarias y no aplicar estas medidas cuando había cientos de casos circulando por los estados. “Si en un país no están circulando casos de coronavirus no tiene sentido aislarme porque no voy a lograr nada. Y, al contrario, si espero hasta tener muchos casos circulando en las calles, costará mucho más trabajo contener la propagación cuando ya está disperso”, ha señalado.  

México o Brasil han sido dos de los estados más criticados por su reacción tardía para contener el nuevo coronavirus. “Sí, preocupa la posición tan tardía de respuesta del gobierno mexicano a la epidemia”, afirmaba el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei en una entrevista con una radio local el pasado mes de abril. “La gente sigue volando de Estados Unidos a México, de Europa a México, de China a México, de Corea a México, de todos los lugares de infección se están yendo a México”, advertía al mismo tiempo que mostraba su preocupación por el aumento de casos en su país vecino. Esta crisis sanitaria, al igual que en el resto de Europa, ha ido acompañada de una crisis económica sin precedentes. La magnitud de la caída del PIB dependerá en estas regiones de lo que dure la paralización de la actividad económica. 

Los venezolanos hacen cola mientras son trasladados del paso internacional Simón Bolívar al Puente Internacional de Tienditas donde serán alojados en tiendas de campaña, en Cúcuta, Colombia, en la frontera con Venezuela, el 14 de junio de 2020

En estos momentos, América Latina se enfrenta al reto de volver a la nueva normalidad sin tener en cuenta el número de casos ni analizar las debilidades de los sistemas sanitarios. “Los servicios de prevención y tratamiento de las enfermedades no transmisibles (ENT) se han visto gravemente afectados desde el comienzo de la pandemia de COVID-19 en esta región, según una encuesta de la Organización Panamericana de la Salud y de la Organización Mundial de la Salud . “Esta situación es muy preocupante porque pone a las personas que viven con ENT en mayor riesgo de enfermar gravemente si se infectan con COVID-19 y morir”, ha asegurado Anselm Hennis, director del departamento de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OPS. Aún así – según este organismo – el impacto hubiera sido mucho mayor si no se hubieran puesto en marcha estas acciones preventivas para evitar la sobrecarga de los hospitales. 

La globalización y los casos importados 
 Un trabajador médico trata a los pacientes en el área de emergencias del hospital IESS Carlos Andrade Marin en Quito, el 17 de junio de 2020

La globalización incluye todos aquellos procesos que aportan su granito de arena para fomentar la interacción humana en un amplio rango de esferas como la económica, política, social, o ambiental. La actual crisis sanitaria ha puesto en evidencia las fallas de este sistema. Desde el pasado mes de febrero, América Latina ha denunciado en reiteradas ocasiones el aumento de contagios importados. “Durante la crisis en Europa, muchos peruanos que estudian y trabajan allá regresaron al país, así como lo hicieron después desde Estados Unidos. Allí recibimos la primera ola importante de infectados”, ha señalado Eduardo Gotuzzo, profesor emérito de la Universidad Cayetano Heredia de Lima y ex director del Instituto de Medicina Tropical de esa institución a BBC Mundo. El 3 de marzo se confirmaba uno de los primeros casos en la región, involucrando a un hombre argentino de 43 años, que regresó a su casa tras un viaje de dos semanas en Milán (Italia). El número de casos procedentes de Europa fue aumentando durante los siguientes días, poniendo de manifiesto la necesidad de cerrar fronteras y restringir el movimiento de la población, tal y como sucedió poco después. 

Sin embargo, la principal dificultad que enfrenta América Latina en estos momentos es la incapacidad de los sistemas sanitarios de algunos países para hacer frente a una pandemia con estas características. Los trabajadores de salud trabajan en condiciones precarias y en lugares de difícil acceso, además de ser víctimas en algunas ocasiones de ataques, como ha ocurrido en Brasil, donde el presidente instó a la población a acudir a los hospitales para comprobar si realmente las camillas estaban siendo utilizadas o no. Esta situación afecta principalmente a las poblaciones más vulnerables, entre ellas, la población indígena, una de las grandes olvidadas por la comunidad internacional al analizar el impacto de esta crisis sanitaria.  

En este combo de fotos tomadas del 27 de mayo al 1 de junio de 2020, indígenas de varios grupos étnicos posan para retratos con el vestido tradicional de sus tribus y máscaras faciales en medio de la propagación del nuevo coronavirus en Manaus, Brasil
El acceso limitado a los servicios sanitarios 

El acceso limitado a los servicios sanitarios y la reasignación de personal han complicado aún más la gestión de esta pandemia. “Los servicios de salud ambulatorios se han visto parcialmente interrumpidos en 18 países encuestados (64%), dos los han interrumpido completamente y en siete países (25%) han permanecido abiertos. Estas interrupciones han afectado todo tipo de atención para personas con enfermedades no transmisibles , pero más aún para servicios de diabetes, hipertensión, cuidado dental y rehabilitación”, advierte la OPS. 

“Si bien la mayoría de los casos en la región se han notificado en las grandes ciudades, donde la desigualdad económica y la densidad demográfica alimentan la transmisión, nuestros datos muestran una tendencia preocupante hacia una transmisión alta en las zonas fronterizas”, ha explicado este martes directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y Directora regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Carissa F. Etienne. La importancia de las zonas fronterizas reside en que es en estas regiones donde viven los grupos de población más vulnerables como comunidades indígenas o migrantes. 

Migrantes venezolanos hacen cola en un centro de salud en la frontera entre Colombia y Venezuela, mientras esperan regresar a Venezuela, en medio del brote de la enfermedad coronavirus (COVID-19), en Cúcuta, Colombia, el 16 de junio de 2020

“El mensaje es claro: este es el momento de que los países aumenten su capacidad para detectar casos y atender a los pacientes; y se aseguren de que los hospitales tengan el espacio, los suministros y el personal para brindar la atención necesaria”. Estas fueron las palabras utilizadas por Etienne apenas veinte días después de que se detectara el primer caso en la región. Desde entonces, ha habido países que han fortalecido su capacidad hospitalaria, mientras que otros, menos desarrollados, no han sido capaces de adaptarse a las necesidades creadas por este virus. Las dificultades de acceso a los sistemas ambulatorios y la desigualdad entre los sistemas públicos y privados se han convertido en uno de los mayores desafíos para la gestión y control de esta pandemia. 

 Hospital Parque Tecnopolis en Buenos Aires, Argentina, el viernes 17 de abril de 2020
La falta de transparencia en tiempos de coronavirus 

El confinamiento no es sinónimo de ausencia de transparencia, tal y como han entendido algunos países de América Latina. Durante las últimas semanas, regiones como Venezuela o Brasil han sido criticadas por no publicar datos reales sobre el impacto de esta pandemia. El Ministerio de Sanidad venezolano dejó de publicar boletines epidemiológicos en mayo de 2017. Las últimas estadísticas gubernamentales disponibles, correspondientes a 2016, informaban de un aumento del 30 por ciento con respecto al año anterior en lo que respecta a la mortalidad infantil En este escenario, la OMS teme que los datos sean “inexactos o incompletos” y que, en consecuencia, el número de muertes y contagiados sea muy superior.

El presidente brasileño Jair Bolsonaro asiste a una reunión del Consejo de Gobierno

La Organización Panamericana de la Salud ha insistido mucho en la necesidad de acabar con la desinformación para luchar contra la COVID-19. La OMS alertó en marzo de que el coronavirus vino acompañado de “una infodemia masiva, es decir, de una cantidad excesiva de información ‒en algunos casos correcta, en otros no‒ que dificulta que las personas encuentren fuentes confiables y orientación fidedigna cuando las necesitan”. En algunos lugares donde no hay acceso a Internet ni a otros medios masivos de comunicación, el virus de la infodemia se ha propagado más rápido que este patógeno, ante la imposibilidad de acceder a información veraz sobre el impacto de este virus.  

Este hecho ha llevado a miles de personas a no saber cuáles eran las principales medidas de distanciamiento social o a utilizar tratamientos erróneos para acabar con la propagación de este patógeno. Asimismo, gran parte de los países de la región han criticado la actitud de Bolsonaro, quien desde un principio optó por minimizar los efectos de la pandemia y animó a la gente a seguir trabajando, en contra de las advertencias de sus colaboradores. 

Entierro en el Cementerio Municipal de Valle de Chalco, en las afueras de la Ciudad de México, el lunes 15 de junio de 2020
Crisis económica versus crisis sanitaria 

La actual crisis sanitaria ha tensado los desequilibrios entre las necesidades y el gasto público. Sin embargo, el impacto económico derivado de esta pandemia será mucho mayor en América Latina, por los problemas a los que se enfrentaba la región antes de la aparición de este patógeno. El presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) Luis Carranza ha analizado la evolución económica de la región durante un evento celebrado con motivo del 50 aniversario de este organismo. En 1970, América Latina representaba el 5,5% del comercio internacional y el 7,3 por ciento del PIB mundial. Cincuenta años después, esta región representa 5,6 % del comercio mundial y 7,4 % del PIB global.   Carranza ha incidido en que esta sensación de estancamiento es muy diferente si lo miramos década a década y analizamos la situación de cada uno de los países. “Como región tenemos un problema de productividad y tenemos también de brechas de infraestructura, así como bajos niveles de integración que no hemos resuelto y que nos han llevado a ser la región más desigual del mundo”, lamentaba.  

La gente hace cola para recibir alimentos entregados por voluntarios de la comunidad religiosa de Sant'Egidio en Ciudad de México, el 10 de junio de 2020, en medio de la pandemia de coronavirus

Las medidas aplicadas para reducir la propagación del virus han tenido un impacto directo en miles de familias latinoamericanas que dependían cada día de su trabajo; un trabajo al que han tenido que renunciar para no poner en riesgo su salud ni la de su familia y por las acciones decretadas por sus propios gobiernos. El nuevo coronavirus ha puesto en evidencia el dilema de la unidad y la diversidad que existe en esta región, con muchos aspectos comunes, pero también caracterizada por las particularidades socio históricas de cada región. Sea como sea, el nuevo foco de esta pandemia ha afectado a la tan única y diversa América Latina, como la definiría el profesor Gerónimo de Sierra; un continente que, en estos momentos, se enfrena a un desafío sin precedentes: el de reducir al máximo el impacto de esta crisis sanitaria.  
 

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