El fútbol vuelve como el mejor escaparate para el turismo

Ambiente de fútbol y gradas vacías

AFP/JORGE GUERRERO - Los aficionados del Sevilla FC se sientan en un bar mientras ven una transmisión en vivo del partido de fútbol de la Liga Española entre el Sevilla FC y el Real Betis disputado a puerta cerrada, en Sevilla, el 11 de junio de 2020

Querido lector: 

Ha pasado muchos años desde que el coronavirus nos visitara. La enfermedad con la que acostumbras a vivir llegó a España un mes de marzo de 2020. El mundo se paró en seco. Y el fútbol también. 

Los jugadores estuvieron más de 70 días recluidos en sus casas. Demostraron que están hechos de lo mismo que el resto de los mortales y que también son vulnerables. Nunca, ningún futbolista había estado tanto tiempo sin jugar en su carrera. Sin sufrir una lesión grave, claro. Un ciclo profesional de unos 20 años sin pausas de más de 15 días es lo habitual.

#Negocio

En aquel 2020 LaLiga ya era todo un negocio que movía miles puestos de trabajo, formaba parte del PIB de España y era una realidad social importante que también nos daba lustre fuera de nuestras fronteras. Más que muchos políticos. El estado de alarma se prolongó y, como todos los negocios, el fútbol se movió para volver. Mientras los comercios compraban mamparas y mascarillas, el fútbol compraba test y se marcaba un riguroso plan para poder acabar la competición. Así podía enviar equipos a Europa la siguiente temporada y respetar sus compromisos de imagen para ingresar el dinero de los contratos. 

LaLiga se reanudó un miércoles, 10 de junio. Se jugaron 45 minutos de un Rayo-Albacete suspendido por cantos xenófobos en la siempre intolerante grada de Vallecas. Un equipo de barrio que caía bien pero que quizá ni recuerdes porque los extremismos políticos de parte de su afición se lo llevaron por delante. Fue un aperitivo de la “nueva normalidad” que llegaría al fútbol al día siguiente con todo un derbi sevillano. 

El delantero marroquí Youssef En-Nesyri (I) ante el defensa argentino Guido Rodríguez durante el partido de fútbol de la Liga española entre el Sevilla FC y el Real Betis en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla, el 11 de junio de 2020
#CríticaPreventiva

El balón rodó en el Pizjuán y con él toda la maquinaria que Javier Tebas, el presidente de LaLiga, había puesto en marcha y que ya había sido criticada de manera preventiva. Por si acaso.  

Las gradas de todos los estadios estaban vacías. Solo se escuchaba el sonido de los gritos de los jugadores, las ordenes de los entrenadores y los aplausos de los integrantes de los banquillos que se repartían por la grada para respetar la distancia social. Posiblemente todo era exagerado porque los actores del fútbol pasaban varios test a la semana y estaban sanos pero el fútbol es imagen para la sociedad y un partido lo acaba viendo mucha gente. No venía mal la función en vista de las imágenes de irresponsables haciendo botellón a los que les entra mejor el fútbol que los libros. 

El centrocampista del Atlético de Madrid Koke (I) compite con el defensa del Athletic de Bilbao Yuri Berchiche durante el partido de fútbol de la Liga española entre el Athletic Club de Bilbao y el Club Atlético de Madrid en el estadio San Mamés de Bilbao, el 14 de junio de 2020
#Bundeszzzzzz

Semanas antes había vuelto el fútbol el Alemania. Si ya de por sí la Bundesliga es tediosa, los estadios vacíos nos daban una amargura que, sin embargo, soportábamos durante 90 minutos. Todo, con tal de ver fútbol en directo y dejar atrás las reposiciones de partidos que la gente vivía entregada en las redes sociales. 

En España LaLiga y Movistar lo arreglaron con sonido ambiente y gradas con afición virtual. Hubo críticas furibundas que confundieron el culo con las témporas. Muy propio de España en cada uno de los siglos de vida que tenemos, ya lo sabes. Muchos acusaron a LaLiga de manipular y censurar… hasta que cambiaban de canal y veían el fútbol con ese sonido original de la nada más absoluta que tanto les gustaba. Otros nos enganchamos a unas gradas virtuales más propias de la Megadrive y a un sonido ambiente (atmósfera, lo rotularon) del FIFA20 específico para cada estadio que se adaptaba a los ataques del equipo local y a los goles. Un generoso parche que hizo más amable la vuelta. 

El centrocampista del Atlético de Madrid Koke (I) compite con el defensa del Athletic de Bilbao Yuri Berchiche durante el partido de fútbol de la Liga española entre el Athletic Club de Bilbao y el Club Atlético de Madrid en el estadio San Mamés de Bilbao, el 14 de junio de 2020
#LaRadio

Los críticos, criticaban a la LaLiga. Es deporte nacional desde que las televisiones compraron los derechos y pusieron los horarios de la manera que más beneficio podían sacar del producto por el que habían pagado millones. Una herejía que las radios se encargaron de contar a su manera al oyente para ponerlo de su parte. Los típicos trapos sucios de la profesión que no le interesan a nadie. Precisamente tras la pandemia las radios volvieron a su particular guerra con Tebas. Recordarás que en 2011 ya se las tuvieron tiesas por el canon que quisieron cobrarles (Ley Audiovisual que no leyeron, mediante) por retransmitir el fútbol. La radio no peleó y se conformó con costear una tasa por acceder a los campos en lugar de haber pagado algo y haber exigido en su justa medida. En esta vuelta del fútbol tras la pandemia no todas las radios pudieron acceder a los estadios porque el aforo es limitado y todos sabemos que hay demasiados medios desconocidos revoloteando alrededor de los clubes. Nunca sabremos si la medida era para rendir cuentas por lo de 2011 o era oportuna. 

Por cierto, debes saber que la criticada medida del ambiente y los espectadores fue reprobada por su origen, pero hubo clubes como el Villarreal que vistieron la grada del plano de la tele con fotos a tamaño real de sus aficionados. Otros clubes como el Mallorca jugaron con el sonido ambiente en el propio estadio subiendo decibelios cuando su equipo atacaba. Y nadie se quejó. Normal, hasta los jugadores lo aplaudieron porque les metía un poco más en los partidos. 

Lionel Messi, del Barcelona FC, celebra su cuarto gol con sus compañeros en el partido ante el RCD Mallorca, jugado el 13 de junio
#Barça

Precisamente de Mallorca quiero hablarte. Allí ganó el Barça en su regreso. Se ahorró la pitada por anunciar un ERTE mientras intentaba gastarse 100 millones en dos fichajes. En Son Moix, un estadio ya de por sí frio, apareció un espontáneo. Un chaval que saltó una valla de casi 3 metros de alto para hacerse una foto con Messi y que luego tuvo sus minutos de gloria en los medios. LaLiga contuvo la respiración. Un agente externo se saltaba todos los protocolos y se acercaba demasiado a los jugadores. 

#DiStéfano

El Real Madrid jugó en el estadio Alfredo di Stéfano. Ese estadio que forma parte de la ciudad deportiva que en tus días lleva el nombre de quien la erigió, Florentino Pérez. Antes se llamaba Valdebebas y tenía un pequeño campo de 6.000 espectadores donde jugaba el Castilla, el filial blanco que tuvo mejor pasado que presente. Brillante idea del Madrid porque eso permitió que tu Paseo de la Castellana disfrute ahora de un coliseo del fútbol más propio del siglo XXII. Las obras se aceleraron y en el Di Stéfano el club estaba como en casa. Un campo que mide lo mismo que el Bernabéu y donde Hazard pudo hacer de las suyas. La Champions no tenía recorrido en ese estadio, pero el Real Madrid ya lo sabía porque la idea de jugarla en agosto y en formato exprés en otra ciudad era más interesante. 

 Pie de foto: El defensa brasileño del Real Madrid CF Marcelo se arrodilla en el campo para celebrar su gol durante el partido de fútbol de la Liga española ante la SD Eibar en el estadio Alfredo di Stéfano, en Madrid, el 14 de junio de 2020
#VolverEsGanar

La pausa de hidratación en cada parte y los cinco cambios fueron otros cambios de reglamento que nos dejó el regreso del fútbol. El aplauso del minuto 20 en memoria de las víctimas de la COVID-19 y el minuto de silencio al principio de cada partido, fueron otra victoria más de la vuelta del fútbol.

La paz que firmaron Tebas y Rubiales con la mediación del CSD se entendió mejor cuando la publicidad de los partidos apuntaba directamente al turismo. Aunque el ministro Garzón no se ponga ni colorado (más todavía) al decir que el turismo no es para tanto en España, resulta que es el principal motor en los meses de verano y el fútbol, un escaparte descomunal para decirle al mundo que venir a España es seguro. 

Al final, de aquellos meses de pesadilla nos quedan los sanitarios y el deporte. Unos dieron su vida por salvar otras. Los deportistas fueron un referente y el fútbol tendió la mano para impulsar a España. ¿Aquellos políticos? Ya nadie se acuerda de ellos.  
 

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato