Ana Palacio: “La UE está llamada a desempeñar un papel de primera magnitud en el Sáhara”
La Unión Europea (UE) está llamada a desempeñar un “papel de primera magnitud” en el relanzamiento de las conversaciones entre las partes con vistas a la solución definitiva del conflicto del Sáhara, subrayó la ex ministra española de Asuntos Exteriores Ana Palacio.
El statu quo en el Sáhara -y en el Magreb en general- no puede durar, señaló la ex jefa de la diplomacia española en una columna publicada recientemente por la organización mediática internacional con sede en Praga “Project Syndicate”, antes de añadir que “la guerra, si volviera, alimentaría la inestabilidad en toda la región”.
Refiriéndose al reconocimiento por Estados Unidos de la plena soberanía de Marruecos sobre sus provincias del sur, señaló que “Estados Unidos no es el único país que apoya a Marruecos en el contencioso del Sáhara."
“A finales de 2020, 18 países del África subsahariana y del Golfo habían abierto, o expresado su intención de abrir, consulados en el Sáhara, lo que implica un reconocimiento tácito de la soberanía marroquí”, explicó.
Por otra parte, dijo, el Polisario ha impugnado recientemente, sin éxito, la legalidad de las exportaciones agrícolas y de los acuerdos de pesca entre Marruecos y la UE ante el Tribunal Europea de Justicia.
Afirmó que “los saharauis son tomados como rehenes por el Polisario para apoyar el discurso según el cual Marruecos es un ocupante, un discurso que no está confirmado por el derecho internacional”, sosteniendo que ninguna de las 69 resoluciones del Consejo de Seguridad sobre el Sáhara “se refiere a una ocupación”.
Estas resoluciones, precisó, llaman más bien a las partes a negociar un acuerdo político.
Cabe recordar que el Consejo de Seguridad de la ONU ha insistido en sus resoluciones, especialmente en la última (2548), en una solución política realista, pragmática y duradera, que se base en la avenencia, para el arreglo del conflicto artificial del Sáhara.
Así, consagra la preeminencia de la propuesta marroquí de autonomía, que cuenta con el apoyo de la comunidad internacional y que la administración estadounidense considera, con razón, la base de cualquier solución política.
