Apátridas en la UE

Antonio Regalado

Pie de foto: El Brexit dejará sin derechos y libertades a todos los británicos que viven en la UE, tras prohibírseles votar en Referéndum.

Miles de ciudadanos comunitarios han salido a las calles para exigir a la primera ministra del Reino Unido Teresa May que el pueblo vuelva a tener voz en la recta final del Brexit. Quieren otro Referéndum.

En Madrid, la comunidad británicacelebró una vigilia de 27 horas frente a la embajada británica en España, en la cuarta torre de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid. Los congregaron se conectaron vía whasapp con los compatriotas de varias capitales comunitarias (Londres, Bruselas, Berlín, París y Roma) para que el mensaje único del REMAIN llegue desde todos los rincones del Viejo Continente al 10 de Downing Street.

ATALAYAR estuvo acompañando a los manifestantes pacíficos en las últimas horas de esta vigilia ciudadana. ¿Qué reclaman estos amigos isleños? Algo sencillo y justo: seguir disfrutando de sus derechos colectivos, de su ciudadanía comunitaria y votar por su futuro. Miles de británicos que viven en territorio comunitario y los europeos que habitan en Gran Bretaña, quedarán en un limbo jurídico (sin derechos civiles y sociales) siendo apátridas de por vida. Casi peor que si fueran inmigrantes ilegales.

Porque en la todavía pérfida Albión, en el corazón de la democracia, desgraciadamente, los nacionales que no viven en el país, no pueden votar en referéndums. Increíble pero cierto. Lo diré alto y claro: no tendrán derechos civiles. Naturalmente, en esta marcha atrás piden al Gobierno y al Parlamento, que den otra oportunidad a la unidad y al sentido común. Y que enmienden un error que se ha convertido en delito.

Dos años antes

La víspera de San Juan de 2016 Reino Unido acudió a las urnas para suicidarse colectivamente. Un Referéndum convocado por David Cameron, tras su ajustada victoria en Escocia, fue alentado por un personaje tan populista como Nigel Farage, -el eurodiputado que solo iba a Bruselas a cobrar las dietas y a completar su millonaria pensión parlamentaria- y otros políticos irresponsables como el actual ministro de AAEE Boris Johnson, que acabó rompiendo el país por a mitad. 

TrumpPutin y Soros, encantados de destrozar la Vieja Europa. La inacción del Parlamento, del Consejo, de la Comisión Europea y el silencio vergonzante de la canciller alemana Angela Merkel, se convirtieron en cómplices (cobardes) de esta tragedia multilateral política y humana.

El resultado raquítico, después de una manipulación potente por radio, televisión y por el rio Támesis, fue un NO -un Brexit ganador por lo mínimo, un resultado rompedor de convivencias-, en un jueves y viernes súper negros cuando se conocieron los datos.  Una inmensa soledad colectiva cuya sombra alargada perdurará durante generaciones.

Los sentimientos supremacistas se impusieron a la razón y la flema británicas. Era una venganza anunciada desde el ingreso en la Comunidad Europea en 1973. Cuarenta y tres años compartiendo libertades y futuro, destrozados por un puñado de votos. 

El resultado conviene recordarlo: Continuar en la UE: 41,8 %; Salir de la UE: 51,9 %. Participación: 71%. Los jóvenes, que han vivido toda su vida en el Estado del Bienestar, inclinaron la balanza hacia el precipicio. Y ahora se lamentan porque dicen que les engañaron. Solo sus padres y abuelos, que participaron en los tiempos duros de la sangre, el sudor y las lágrimas, entendieron que Europa sigue siendo el mejor destino común para todos.

Funambulismo político

El resultado de una consulta (en principio no vinculante) polarizó al país de norte a sur y de este a oeste. El desconcierto fue mayúsculo incluso para el bando ganador. La dimisión de Cameron -la historia le juzgará como a un traidor escapista- minó al partido conservador que optó por el mal menor, el relevo en la cúspide, entregando la gestión del Brexit a la nueva líder Teresa May, favorable a la permanencia durante la campaña electoral; la PM fabricó un Gobierno pro Brexit para bloquear toda negociación con Bruselas con Johnson como dinamitero.

Funambulismo político se llama la figura para ir perdiendo el tiempo y desesperando al resto de socios. Primero -si recuerdan- no quería pagar la factura por los compromisos presupuestarios adquiridos hasta 2020; luego, amenazaron con las expulsiones de ciudadanos comunitarios y posteriormente, con la frontera de Irlanda

Independencia frente a cooperación

Reino Unido –si los dioses no lo remedian- saldrá desgraciadamente el próximo año de la Unión, si la Cámara de los Lores y el Parlamento no lo enmiendan sus desaciertos. Recobrará una independencia que no le sirve de nada, creará todos los problemas posibles en seguridad común, inmigración, investigación, colaboración espacial y en telecomunicaciones. ¿A cambio de qué? De un orgullo supremacista e imperial victoriano que hará mucho daño, moral, económico y social a millones de personas que viven en territorio comunitario. ¿Qué solución se da a los miles y miles de pensionistas británicos que viven en España? De momento estos dos años solo han traído desesperanza e incertidumbre y abandono de empresas e instituciones financieras. Y de empleo, por supuesto.

Los políticos se han equivocado intencionadamente y no rectificará amparándose en el interés general. Y la mayoría del pueblo ha actuado en masa como un rebaño. Una manada. Las víctimas más afectadas han sido los británicos en el exterior que, repetimos, les está prohibido votar en Referéndums por una ley atemporal e injusta.

Bajo el calor de las torres

Madrid hervía a mediodía del penúltimo sábado del mes. La intensa circulación de la Nacional I y el reflejo del sol en los perfiles acristalados de los cuatro rascacielos, sin una brizna de aire, presagiaban un ferragosto impenitente. El tiempo   –unos 32 grados sin sombra- no restó un ápice de coraje a las decenas de personas que permanecieron en vigilia durante algunas horas y a unos cuántos héroes que aguantaron las 27 horas. (De las 12 del viernes a las 15 horas del sábado). 

Williams Clark, periodista, traductor, analista político y profesor de inglés y francés, se mostraba esperanzado de que la cordura pueda volver a la isla otrora romana. Esto es una pesadilla tan mala como el separatismo catalán”, confesaba a ATALAYAR

Este admirador de España, miembro de Europa en Suma, militante europeísta, es un autónomo que presta servicios desde Madrid a varias entidades en el espacio UE. ¿Podrá seguir ejerciendo su profesión con los mismos derechos y deberes? Probablemente, no. Lo mismo denunciaba una catedrática de inglés de la universidad de O Porto, que se había acercado hasta la capital de España. Lleva 30 años en Portugal y pensaba permanecer allí tras su jubilación. En idéntica situación de incertidumbre quedarán los británicos atrapados en la Unión.

Todos los oradores que tomaron parte en la parte final de esta vigilia denunciaron la situación de indefensión y de alegalidad en la que quedarán tras la ruptura. Ya estamos en la cuenta atrás y sin freno de sensatez.

Mensaje al embajador

Los manifestantes a esta vigilia por el REMAIN han hecho llegar al embajador de S.M. la Reina Isabel II en España, Simon Manley, una carta contando cómo afecta a sus vidas, a las de sus hijos y a sus haciendas, la decisión de salirse de la UE después de un matrimonio de 43 años. Manley, como buen diplomático, se ha expresado como exige su rango al que no le afectará nada la salida:”Dentro o fuera de la UE, somos un país europeo”, ha señalado.  Y para ver qué sabe bien el oficio, aventuró: ”hay que seguir trabajando con España la cuestión de Gibraltar”. Trabajar significa para el embajador (intuimos) “seguir mareando la perdiz otros 300 años”. Esa es otra historia.

Lo más grave de las declaraciones sobre todo para nuestros amigos británicos que viven con nosotros, es la convicción del embajador de que “hay más ruido sobre un posible nuevo Referéndum fuera del país que dentro”. Si lo sabrá él y su gobierno. Otro globo sonda-trampa para evitar que los políticos causantes del desastre sean condenados a ser quemados en la hoguera de la Historia el próximo 24 de junio, por vulnerar derechos humanos contra la libertad y la democracia. 

Era un deber (y un privilegio) como europeístas, acompañar a los amigos británicos en esta protesta porque nuestra misión es defender siempre la libertad, en todo momento y en todo lugar.  La solidaridad de los grupos, organizaciones y asociaciones pro REMAIN han optado mayormente por la ausencia en esta ocasión. 

Se excusarán diciendo que era finde y que el calor era infernal en este Madrid de nuestros pecados.  Pero la libertad es cosa de todos -la defensa de los constitucionalistas en Cataluña es nuestra causa paralela- y para defender la ciudadanía europea todos somos necesarios. Para evitar las rupturas, aquí no sobra nadie.

La decisión final

Resaltemos finalmente el comportamiento de todos los asistentes. Ejemplar. Protestaron más de un día con educación, sin miedo y sin rencor. Personas digas y honradas. Una lección para los intransigentes del Brexit, algunos hoy arrepentidos. Los convocantes solo piden una oportunidad para evitar un error inmenso e irreparable: romper la historia y la convivencia comunes.  

Señora Teresa May, miembros del Parlamento y de la Cámara de los Lores. ¡Dad al pueblo el voto final sobre el Brexit, incluyendo a los compatriotas que viven en la Unión Europea!

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