Riad busca de esta manera garantizar la estabilidad del país africano 

Arabia Saudí distribuye más de 21 toneladas de alimentos en Sudán 

photo_camera AFP/ASHRAF SHAZLY   - El presidente del Consejo Soberano de Sudán, el general Abdel Fattah al-Burhan 

El Centro de Ayuda Humanitaria Rey Salman (KSRelief, por sus siglas en inglés) distribuyó el lunes más de 21 toneladas de canastas de alimentos entre 1.182 personas en el estado de Darfur Occidental, Sudán.  

Cada canasta de alimentos proveerá de elementos esenciales a una familia. El centro continúa de esta manera con sus proyectos de ayuda en la región.  

En Yemen, donde la coalición liderada por Arabia Saudí continúa luchando contra los rebeldes hutíes, el Centro de Ayuda Humanitaria está llevando a cabo proyectos de formación en diferentes campos para ayudar a huérfanos y viudas a ganarse la vida de forma independiente.  

En junio del año pasado, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos consiguieron recaudar 1.300 millones de dólares de los 2.400 que pedía la ONU para distribuir ayuda humanitaria en Yemen, país devastado por la guerra que comenzó en 2015.  

Desde la fundación del KSRelief se han implementado 1.329 proyectos en 53 países, por un valor de más de 4.420 millones de dólares. Los países que más se han beneficiado de su trabajo son Yemen (3.000 millones de dólares), Palestina (360 millones), Siria (296 millones) y Somalia (192 millones).  

Las actividades humanitarias, de socorro y desarrollo de KSRelief se extienden a varios países del mundo, pero especialmente países árabes e islámicos. En total, 54 países se ven beneficiados.  

REUTERS/AHMED YOSRI  -   El ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí, el príncipe Faisal bin Farhan bin Abdullah 
El interés de Riad por Sudán 

Hace tiempo que Arabia Saudí tiene estrechos lazos con Sudán, por ejemplo, en el marco de la guerra de Yemen. Además, la monarquía saudí apoyaba al régimen anterior, que fue derrocado en 2019 por parte de los militares a raíz de las constantes protestas ciudadanas por las pésimas condiciones de vida del país y el autoritarismo del régimen. De hecho, Arabia Saudí envió 2.200 millones de dólares al derrocado Omar al-Bashir a principios de 2019 antes de que cayera en desgracia.  

Se calcula que en la guerra de Yemen participaron 14.000 mercenarios sudaneses hasta el año 2018. Aunque su antiguo aliado Al-Bashir ya no está al mando del país, Riad sigue contando con el apoyo de la junta militar en el conflicto yemení, siendo esta una de las razones por las que a Arabia Saudí le interesa mantener el statu quo en el país africano.  

A la monarquía saudí no le interesa una revolución en Sudán que ponga fin al poder de los militares. Karim Bitar, director de investigación del Instituto de Asuntos Estratégicos e Internacionales (IRIS) de París, aseguró a Deutsche Welle (DW) que Riad “teme que cualquier movimiento de protesta nacional genere un terremoto y contagie a otras regiones”.  

Otro de los temores de los saudíes es la influencia de Turquía y Qatar, que optan por apoyar a grupos islamistas en detrimento de la junta militar. Grupos que, dicho sea de paso, también son un peligro para el sentir mayoritario de las protestas populares que reclaman la construcción de un Sudán democrático.  

Por su parte, la junta militar de transición sudanesa liderada por Abdel Fattah al-Burhan ve con buenos ojos el apoyo saudí. A principios de diciembre Al-Burhan aseguró que su país aspira a mejorar las relaciones bilaterales, tras la primera visita realizada por el ministro de Exteriores saudí tras la caída de Omar al-Bashir, en 2019. 

El líder de la junta militar también mostró su gratitud por el apoyo saudí prestado durante la pandemia y las inundaciones que afectaron gravemente al país el pasado mes de septiembre. 

El realineamiento de Jartum 

La última visita del ministro de Exteriores saudí, Faisal bin Farhan al-Saud, se produjo después de que Sudán se convirtiera en el cuarto país árabe en anunciar el establecimiento de relaciones con Israel, tras Emiratos Árabes Unidos y Bahréin el año pasado, y tras Jordania en 1994. 

Un movimiento que sirvió para que Estados Unidos retirase el pasado diciembre a Sudán de la lista de países patrocinadores del terrorismo, en la que llevaba incluido desde 1993 por su apoyo a figuras como Osaba bin Laden, antiguo líder de la organización terrorista Al Qaeda.  

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