Riad y Teherán intensifican sus contactos tras el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas hace poco más de dos semanas

Arabia Saudí e Irán avanzan en sus relaciones bilaterales y fijan la próxima reunión de sus ministros de Exteriores

photo_camera PHOTO/LUO XIAGUANG/XINHUA via AP - Irán y Arabia Saudita acordaron el viernes restablecer relaciones diplomáticas y reabrir embajadas después de siete años de tensiones

Tras casi siete años de ruptura diplomática, saudíes e iraníes sorprendieron con el restablecimiento de sus relaciones. El nuevo entendimiento de estos, auspiciado por una China que se muestra como elemente conciliador – no sólo en este caso, también pretende hacerlo entre Rusia y Ucrania –, propició un nuevo contexto que reconfigura las asociaciones en el Golfo y espera traer consigo la tranquilidad que durante tantos años ha brillado por su ausencia en Oriente Medio. Y la verdad es que, tras restablecer relaciones, la predisposición de Arabia Saudí e Irán parece ser inmejorable, al menos en estas primeras semanas.

Los acuerdos económicos suponen un importante atractivo para los dos países, como ya aseguró el ministro de Finanzas saudí, Mohammed Al-Jadaan, quien dijo que estos se podrían producir “rápidamente”. No obstante, las relaciones bilaterales deben asentarse de forma progresiva y la idea es mantener una reunión en persona durante el presente mes de Ramadán para acercar posturas. Así lo ha confirmado el ministro de Exteriores iraní, Hossein Amir Abdullahian, tras mantener una conversación telefónica con su homólogo saudí, Faisal bin Farhan. En esta, además de hablar sobre el próximo encuentro, abordaron algunas de las ideas que deben componer la base de esta restauración de las relaciones diplomáticas.

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Y es que la reanudación de sus vínculos no es sencilla. Cabe recordar que Arabia Saudí e Irán, además de la competencia regional que protagonizan, llevan años enfrentados en Yemen. Riad apoyando al que fuese el Gobierno internacionalmente reconocido de Hadi e Irán a los rebeldes chiíes. La esperanza es que este acercamiento entre las potencias más implicadas en lo que comenzó siendo una guerra civil, pueda traer algo de tranquilidad para una sociedad que vive la mayor catástrofe humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial, según Naciones Unidas. De ahí que el optimismo en el país esté creciendo y que buena parte de sus esperanzas pasen por el buen hacer de estos lazos.

Además, la idea es que este movimiento sea el primero, pero no el único. Según informó el canal de televisión saudí Al-Ekhbariya, “se están manteniendo conversaciones con funcionarios sirios para reanudar los servicios consulares”, es decir, Riad ve en el Gobierno de Bashar al-Asad el próximo con el que restablecer sus todavía rotas relaciones diplomáticas. La cercanía de Teherán con Siria resulta clave en este acercamiento, como también lo es la mediación de Rusia. Es más, el Wall Street Journal apunta a la reciente reunión entre Vladímir Putin y Bashar al-Asad celebrada en Moscú, donde podrían haber mantenido las primeras conversaciones acerca del acuerdo con Arabia saudí.

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Ese posible restablecimiento de los lazos entre Riad y Damasco cuenta con muchas aristas. Han sido varios los países que han ejercido – y siguen ejerciendo – presión sobre el Gobierno sirio para sentarse a hablar con Riad. Además de Rusia e Irán, otros como Jordania y Omán empujan por la reanudación de unos lazos que, entienden, deberían ser muy positivos para toda la región. Sin embargo, existen algunas limitaciones en este caso, como el financiamiento saudí a las milicias que operan en territorio sirio o la seguridad en la frontera del mismo país, donde el contrabando de captagon, comúnmente conocida como la “droga de los yihadistas”, supone un importante problema.

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Lo que está claro es que Oriente Medio está sufriendo una reestructuración en la que no sólo los propios países de la región están inmersos. Es por ello que no se entiende un análisis de esta reorganización sin las intenciones chinas y rusas de por medio, que afianzan así su posición en el Golfo. Con China postulándose de forma continua como mediador, y Rusia auspiciando el reencuentro diplomático entre Siria y Arabia Saudí, Oriente Medio se sumerge en una clara influencia oriental que desde Occidente no parece estar pasando inadvertida, como ya aseguraban desde Estados Unidos con el anuncio del restablecimiento de las relaciones saudí-iraníes. A pesar de ello, la realidad es que, por el momento, Oriente entra en una nueva etapa y el apoyo que está encontrando es el de China y Rusia.