Argelia se abre al capital extranjero, pero protege sus 'empresas estratégicas'

Paco Soto

Pie de foto: La ministra española de Fomento, Ana Pastor, y el ministro argelino de Obras Públicas, Abdelkader Kadi, en 2014.

Argelia ha abierto su economía al capital extranjero en los últimos años. El viejo sistema socialista de corte autoritario y burocrático que instauró el Frente de Liberación Nacional (FLN) tras conseguir la independencia del país, en 1962, dejó de funcionar hace muchos años. Hacía agua por todas partes, y en la década de los noventa del siglo pasado, los dirigentes argelinos apostaron abiertamente por una economía capitalista y dependiente del Hemisferio Norte desarrollado, sobre todo de Francia. El Estado argelino es bastante ineficiente, pero desempeña un papel muy importante en la actividad económica, y la burocracia y la corrupción son dos males endémicos que lastran el bienestar de la población. El capitalismo argelino no se caracteriza por su eficiencia y transparencia sino por ser un sistema en manos de clanes empresariales vinculados en muchos casos al poder político y militar. Hay excepciones, pero muchos hombres de negocios siguen anclados en viejas prácticas que frenan el desarrollo del país más rico y potente del Magreb. Aun así, los gobernantes argelinos llevan años intentando internacionalizar la economía nacional. Son conscientes de que Argelia no tendrá futuro desde el punto de vista económico si no se abre al capital extranjero. Apuestan por esta estrategia, pero se oponen a que los sectores estratégicos como los hidrocarburos y las telecomunicaciones queden en manos de multinacionales.

Ley de Finanzas

El ministro argelino de Finanzas, Abderrahmane Benkhalfa, dejó claro hace unos días en el Consejo de la Nación del Parlamento que las “empresas estratégicas serán excluidas de la disposición de la Ley de Finanzas 2016”, que prevé una mayor apertura al exterior de la economía nacional. El ministro citó firmas como Sonatrach (petróleo), Sonelgaz (gas) y Algérie Télécoms (telecomunicaciones). La actual legislación vigente impide que estas empresas públicas puedan quedar en manos del capital foráneo. En cambio, la Ley de Finanzas 2016 contiene, en su artículo 66, una disposición que autoriza la participación de inversores privados nacionales en las firmas controladas por el Estado. Esta disposición ha sido criticada por diputados de la Asamblea Popular Nacional (APN, Parlamento) y economistas que temen una excesiva privatización y apertura exterior de la economía argelina. Son sectores políticos y económicos que añoran el pasado, cuando los ejes esenciales de la actividad productiva estaban en manos del Estado burocrático y autoritario. El ministro Benkhalfa aseguró que la economía no va abrirse al exterior sin control, e incluso en el caso de empresas que reciban inversiones privadas, el 34% del capital seguirá siendo propiedad del Estado.

Aval del primer ministro

De todos modos, este proceso aperturista no podrá llevarse a cabo sin el aval del Consejo de Participaciones del Estado, presidido por el primer ministro, Abdelmalek Sellal, y formado por 10 ministros del Gobierno. Según informó la agencia APS, los miembros del Consejo de la Nación del Parlamento lamentaron durante la comparecencia del ministro que le Ley de Finanzas 2016 no disponga de una disposición que excluya explícitamente el control por el capital extranjero de empresas estratégicas en ámbitos como “la energía y la defensa nacional”. Además, consideraron “inoportuno” que la ley contemple la posibilidad de que una empresa multinacional pueda adquirir el 100% del capital de una firma pública argelina al cabo de cinco años. En el marco del tímido proceso de internacionalización de la economía argelina, España desempeña un papel importante junto con otros países desarrollados como Francia e Italia y emergentes como China y Turquía.

España, primer socio comercial

En 2013, España se convirtió en el primer socio comercial y cuarto proveedor de Argelia, y las inversiones españoles en este país del Magreb son cada vez más relevantes. Unas 220 empresas españolas de sectores como la construcción y la obra pública, la ingeniería, la energía, las finanzas y los servicios mantienen una importante actividad en Argelia. Algunas de estas empresas son grandes compañías multinacionales como Acciona, ACS, OHL, FCC, Iberdrola, Caixabank, Banco Sabadell, Abengoa, Repsol, Cepsa, Gas Natural, Agbar y CAF. En el marco de la VI Reunión de Alto Nivel (RAN) entre España y Argelia que se celebró el pasado mes de julio en le sede de la CEOE, en Madrid, los representantes de los dos países coincidieron en destacar la necesidad de fortalecer las relaciones económicas bilaterales. En este sentido, cabe recalcar que el Foro Empresarial Hispano-Argelino que se llevó a cabo con motivo de la RAN fue un éxito.

El ministro de Industria y Minas argelino, Abdelssalem Bouchouareb, se felicitó por ello y puso de manifiesto que España puede desempeñar una actividad clave en Argelia en sectores como la energía, la agroalimentación, las infraestructuras y el turismo. “Las relaciones comerciales entre ambos países tienen mucho margen de progreso”, aseguró el ministro argelino. Por su parte, José María Lacasa, presidente de la Fundación CEOE, se decantó por convertir las relaciones bilaterales entre los dos países en un reto “estratégico”. Este reto, para España, es inaplazable, entre otros motivos, porque Argelia vende más del 50% del gas natural que consume nuestro país. En los últimos dos años se han incrementado las relaciones económicas entre España y Argelia, y ministros españoles como el de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, y la de Fomento, Ana Pastor, han llevado a cabo una intensa actividad. 

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