El país busca formar el Consejo Soberano, órgano supremo de gobierno que presidirá Sudán en la etapa transitoria, con seis miembros civiles y cinco uniformados

Arranca el juicio contra Omar al-Bashir en Sudán que encamina el periodo de transición

photo_camera AFP - Mujeres sudanesas celebran en Jartum después de la firma entre el Consejo Militar de Transición y la oposición de la declaración constitucional para una transición civil

Sudán sigue dando pasos mirando al futuro a la par que busca cerrar muchas de las heridas del pasado, herencia del líder derrocado, Omar al-Bashir. El sábado 17 comienza el juicio por corrupción contra el exmandatario el mismo día que los gobernantes militares, el Consejo Militar de Transición, y los líderes de la oposición firmarán un acuerdo de transición histórico que pretende allanar el camino para el gobierno civil. Será cuando se forme el denominado Consejo Soberano, órgano supremo de gobierno que presidirá Sudán en la etapa transitoria, con seis miembros civiles y cinco uniformados que deberá buscar establecer una asamblea legislativa como uno de los primeros pasos. 

Al-Bashir, que gobernó Sudán desde el golpe de Estado militar de 1989 ya ahora encarcelado en una prisión de Jartum, la capital, se enfrenta a cargos relacionados con "posesión de moneda extranjera, corrupción y recibir regalos ilegalmente". El 16 de junio, un fiscal leyó los cargos contra el depuesto líder en lo que fue su primera aparición desde que fue removido del poder. La Fiscalía anunció entonces que las investigaciones contra el depuesto líder habían sido completadas y que el exmandatario iba a ser imputado por delitos corrupción por la posesión de divisas extranjeras y por "las órdenes de emergencia". Las protestas del pueblo sudanés empezaron en diciembre de 2018 contra el mandatario Omar al Bashir, derrocado y arrestado el pasado 11 de abril, tras 30 años en el poder, y que causaron la muerte de decenas de manifestantes y miles de detenidos. 

Meses de protestas en las calles por la mala situación económica, la inflación y la escasez de productos básicos se llevaron por delante a Al-Bashir y, tras varias semanas en las que la junta militar que dirige el país y que se intentó quedar con el poder. El pasado 3 de agosto la junta militar y las Fuerzas de la Libertad y el Cambio (FCC, por sus siglas en inglés), la plataforma de la oposición, llegaron a un acuerdo político constitucional para gobernar el país durante tres años. Dicha declaración será ratificada por ambas partes, la junta militar y la oposición.

Pese a que algunos grupos armados incluidos en la alianza no lo rubriquen, de momento, el documento que se firmará sentará las bases del Estado y los órganos de gobierno para la fase transitoria de tres años y tres meses, tal y como acordaron civiles y militares. La junta militar que gobierna el país desde la salida de Al-Bashir prometió que actuaría contra los miembros del régimen anterior en caso de haber cometido delitos. Especialmente contra aquellos que perpetraron el sangriento desalojo de la acampada de protesta frente a la sede del Ejército en Jartum el pasado 3 de junio.

Los grupos rebeldes, rechazan sumarse al acuerdo hasta que se logre una solución global a los conflictos armados en varias regiones de Sudán ya que consideran que no tiene en cuenta las causas por las que llevan décadas luchando. El Frente Revolucionario, que agrupa a los movimientos armados de las regiones de Darfur, Kordofán del Sur y Nilo Azul ha afirmado que se ausentará del Gobierno transitorio. La formación de las nuevas estructuras de poder el próximo sábado es el elemento clave para que Sudán encamine de la mejor manera el periodo de transición por lo que la opinión de los rebeldes será tenida en cuenta para elegir a los miembros del Ejecutivo. 

Según parece, el Gobierno transitorio formará de inmediato una comisión para la paz que trabajará en un proceso político que ponga fin a los históricos conflictos en Darfur, Kordofán del Sur y Nilo Azul. Los movimientos armados han mantenido un alto el fuego con el Ejército sudanés y se han mostrado abiertos al diálogo en esta delicada etapa, desde que Al Bashir fue depuesto por los militares.

Las FCC designaron el jueves a Abdallá Hamdok para que sea el primer ministro del país en la etapa transitoria de tres años y medio aunque su nombramiento tendrá que ser aprobado por los militares también. Hamdok, de 63 años, ha sido vicesecretario de la Comisión Económica de la ONU para África (UNECA) desde 2011 hasta 2018, y anteriormente ocupó otros puestos dentro de esta organización internacional.

El juicio contra Omar al-Bashir será determinante para que Sudán pueda pasar una página de su historia. El dictador reclamado por la Justicia internacional por crímenes de lesa humanidad. El Tribunal Penal Internacional ha dictado dos órdenes de detención contra Al-Bashir sobre la base de que hay motivos razonables para creer que, además de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad —incluidos asesinatos, exterminio y violaciones—, Al-Bashir ha cometido genocidio contra los grupos étnicos fur, massalit y zaghawa. “Más de diez años después de emitirse la primera orden de arresto contra él, en 2009, ha llegado el momento de que Al Bashir se enfrente a la justicia en el TPI”, ha dicho Joan Nyanyuki, directora de Amnistía Internacional para África Oriental, el Cuerno de África y los Grandes Lagos.

Si finalmente es elegido para liderar el Consejo de Ministros transitorio, Hamdok tendrá ante sí difíciles retos económicos y políticos en Sudán. El país sufre un deterioro económico en varias áreas, como “la pérdida de ingresos petroleros, la reducción de las reservas de divisas, el desempleo, la acumulación de deuda que ascendió alrededor de 50 mil millones de dólares”, explica el embajador sudanés en España, Mohamed Abdalla Abdelhameed Ahmed, en declaraciones a Efe. 

"Cualquier militar o civil" que se demuestre que participó en la dispersión, el pasado 3 de junio, de la sentada a las puertas de la sede del Ejército o en el asesinato indiscriminado de civiles será "inevitablemente llevado a juicio”, aseguró Abdalla Abdelhameed. “Lo que consiguieron los sudaneses durante esta revolución, fracasaron en conseguirlo muchos países en nuestra región”, celebra el embajador sudanés en relación con los cambios de los últimos meses en el país africano, dijo el Embajador. 

El consenso, con la repartición del poder entre los militares y la oposición, y la determinación, a través del respeto al Consejo Soberano, de ambos bandos será la clave para que Sudán pueda seguir avanzando en la senda del cambio que la voluntad del pueblo sudanés tanto anhelaba. Las bases sobre las que se construirá un futuro Gobierno, las bases institucionales para unas elecciones democráticas con garantías, definirá el futuro del país. 
 

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