Arrestan al asesor militar del Daesh en Nínive
La lucha contra el Daesh sigue vigente. A pesar de que la organización terrorista consiguió caer a manos de las fuerzas de coalición occidentales, el Daesh no ha desaparecido y su amenaza continúa presente en Siria o Irak, países donde intentaron instauran un supuesto Califato.
En las últimas operaciones antiterroristas, fuerzas de seguridad iraquíes aseguran haber arrestado al asesor militar del Daesh en Mosul, concretamente Nínive, la antigua capital de los asirios que tras el asedio de los terroristas fue reducida a escombros. Durante su cerco los contantes atentados que se cometieron acabaron destruyendo patrimonio arqueológico de gran relevancia y lo que consiguió sobrevivir fue vendido en el mercado negro.
En un comunicado emitido por la Agencia de Seguridad Nacional señalan que el terrorista fue derrocado después de ingresar al país de uno de los estados vecinos. Además, han señalado que “está incluido en varios cargos administrativos y financieros en las bandas del Daesh, la más importante de las cuales es el emir de una de las provincias del llamado estado de Gezira, además del funcionario financiero del mismo estado”. Asimismo, indican que “fue remitido a las autoridades judiciales para que tomen las medidas necesarias en su contra”.
Irak sigue librando importantes operaciones antiterroristas que consiguen reducir la amenaza del Daesh en la zona. La última fue ejecutada hace apenas unas semanas contra un importante cabecilla yihadista que habría sido el culpable de ejecutar un atentado que le habría costado la vida a 360 personas en el 2016. Le sucede la detención de Sami Jasim Muhamad al Yaburi, un integrista del Daesh que habría estado organizando las finanzas del grupo y manteniendo una comunicación constante con el antiguo líder yihadista Abú Bakr al Baghdadi.
El 6 de diciembre del 2017, Rusia y el Ejército Nacional Sirio anunciaron la derrota del Daesh en Siria finalizando con ello una importante etapa de la guerra civil. Tres días después Irak declaraba la misma derrota en el país como consecuencia de la operación antiterrorista encabezada por Estados Unidos e integrada por otras fuerzas occidentales que consiguieron desarticular los asedios de importantes ciudades como Mosul, ocupada por el Daesh desde el 2014.
En Siria, la lucha librada abiertamente contra el Daesh por parte de la Coalición Internacional contra el grupo terrorista y las operaciones protagonizadas por los kurdos integrados en las Unidades de Protección Popular (YPG) y en las Unidades de Protección Femeninas (YPJ), consiguieron cambiar el curso del terrorismo en la zona.
De ocupar e instaurar su intento de Califato en ciudades tan importantes como Raqa en Siria o Mosul en Irak, el Daesh se redujo a una red que no contaba con una organización estructurada tras la caída de importantes líderes.
Sin embargo, la derrota del Daesh no significa su desaparición. El modus operandi del grupo ha cambiado y ahora la captación y los atentados aislados forman parte de sus principales operaciones. En Al- Roj y Al-Hol la captación y el reclutamiento han sido los principales métodos por los cuales han tratado de hacer crecer las conocidas como células durmientes instauradas en las subestructuras de los campos.
En este reclutamiento, las mujeres que se han quedado viudas por la muerte de sus maridos, antiguos integrantes del Daesh, o que han sufrido su detención, han librado un papel fundamental en la propagación de su radicalismo, así como en la educación de los niños.
Por otra parte, en Siria y en Irak, a pesar de su debilitamiento los terroristas continúan asentados en regiones como en Idlib donde los diferentes grupos terroristas mantienen batallas por el control de la región. En otros países como Afganistán, la llegada de los talibanes ha propiciado la sucesión de diferentes atentados perpetrados por el ISIS-K que en la actualidad buscan evidenciar el poco control y la escasa seguridad que mantienen los talibanes en el país.
En este aspecto se teme que la futura retirada de Estados Unidos en Irak propicie el aumento de los ataques terroristas en el país y aumente su presencia en la zona, dificultando la prevención de sus ataques y movimientos.
El terrorismo yihadista sigue erigiéndose como una amenaza global que busca sembrar el caos y la violencia con el objetivo de instaurar el terror. Las operaciones antiterroristas siguen ejerciendo una labor trascendental en su caída que, muy a pesar de los esfuerzos librados, continúa constituyéndose como uno de los principales desafíos de la seguridad internacional.
