El Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET) celebra una sesión online para desgranar el comportamiento de los grupos terroristas ante la COVID-19

Así funciona el terrorismo en los tiempos del coronavirus

AFP/FADEL SENNA - Reclusos, presuntamente afiliados a Daesh, en la prisión en la ciudad siria nororiental de Al-Hasakah

La geopolítica, la economía, el turismo, los viajes, el trabajo…la pandemia del coronavirus se ha convertido en una crisis global que afecta a gran parte del mundo y que está poniendo patas arriba la forma de vida moderna. Ante este complejo escenario mundial, los grupos terroristas también mueven ficha y modifican sus comportamientos para adaptarse a la nueva situación, según han explicado varios expertos este martes durante una sesión online organizada por el Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo. 

La crisis del coronavirus ya está teniendo influencia en algunos de los puntos calientes de Oriente Medio, como Irak o Siria. “Hay un aumento de la inseguridad en la zona y se han producido varios motines en cárceles donde cumplen condena miembros de Daesh. Reclamaban mascarillas y medios de protección”, ha explicado Pilar Cebrián, periodista especializada en yihadismo y afincada en Estambul. Cebrián también apunta a que Daesh se está fortalecimiento en Irak ante el avance de la pandemia y que en los juicios contra los yihadistas extranjeros se están aplazando por la COVID-19. 

“En las últimas semanas se han relajado las muertes de civiles en el frente bélico en Siria. Quizá el coronavirus ayude a poner fin a la guerra en el país. Es la oportunidad del Gobierno de Damasco de ofrecer asistencia a la población en las zonas que aún no controla y legitimarse”, ha afirmado la periodista.  

Civiles que huyen de Siria

La propaganda de Daesh y de Al Qaeda ha llamado a la liberación de los presos terroristas e insta a eruditos y ulemas a promover la yihad durante el tiempo de Ramadán, según ha explicado Sergio Altuna, consultor de seguridad e investigador del Real Instituto Elcano. “En sus comunicaciones oficiales han explicado que la pandemia es un castigo divino. Al Qaeda apunta a que la usura que practica occidente está siendo castigada mediante el virus”, ha asegurado Altuna. Daesh, por su parte, ha señalado en su propaganda que el coronavirus es un castigo divino por la intervención de los ejércitos occidentales en Oriente Medio.  

El analista afirma que ambos grupos han ido cambiando sus mensajes propagandísticos según ha ido avanzando la pandemia. “Al principio dijeron que era un castigo a China por su represión del pueblo uigur, cuando se extendió a Irán afirmaron que lo merecían por herejes y cuando llegó a occidente aseguraron que se trataba de una sanción divina por el capitalismo”, ha asegurado.  

Terminal del aeropuertos de Pekín

La propaganda de Al Qaeda también ha difundido que la pandemia ha provocado el cierre de los bares y discotecas, lugares que ellos consideran de pecado. Por su parte, Daesh ha llamado a realizar atentados en grandes ciudades y a explotar la retirada de las tropas extranjeras en Oriente Medio para retomar la senda de las conquistas. “Una cosa son las amenazas que lancen y otra su capacidad para llevarlas a cabo”, ha matizado, sin embargo, Altuna.  

Los grupos de extrema derecha también se han apresurado a posicionarse frente a la pandemia. “Han expandido las teorías de la conspiración. Algunos grupos neonazis de Estados Unidos han llegado a negar su existencia y afirman que se trata de una estrategia del Gobierno para cercenar libertades”, ha explicado Cristina Ariza, investigadora del Tony Blair Institute. Estos grupos también han difundido informaciones que apuntan a que la ONU ha creado el virus en un laboratorio para acabar con la población blanca. Reino Unido ha sufrido un repunte de los delitos de odio debido a la difusión de estas teorías de la conspiración, según explica Ariza.  

Enemigos muy parecidos 

Moussa Bourekba, investigador del Cidob (Barcelona Center for International Affairs) ha dibujado durante su intervención las similitudes entre la pandemia y el terrorismo. “Son invisibles, están dentro y fuera de las fronteras, eligen a sus víctimas de manera indiscriminada, son un evento excepcional e inesperado y los gobiernos se ven forzados a tomar medidas de excepción”, ha declarado.  

Bourekba ha advertido del peligro de que la normativa extraordinaria puesta en marcha para combatir la COVID-19 sea convierta en algo permanente. “Nuestro estado de derecho no se puede quedar atrapado en la cuarentena”, ha explicado. El analista ha puesto de ejemplo las modificaciones que se introdujeron tras los atentados del 11-S, en principio excepcionales, y que, no obstante, se han mantenido a lo largo del tiempo. Este investigador también ha señalado el peligro de que grupos fuera del estado aprovechen esta crisis para legitimarse. “Los talibanes o Hizbulá están aprovechando, proporcionando material sanitario y habilitando hospitales”, ha aseverado.  

Militantes de Hezbolá

Otro problema que tiene aparejado la pandemia es el peligro de radicalización. “Mucha gente podría estar empapándose de interpretaciones radicales ahora mismo y no hay manera de controlarlo”, ha advertido Altuna. Aunque es difícil conocer cuál es la posibilidad de que se produzca un atentado durante la cuarentena, su impacto mediático sería brutal y tendría profundas implicaciones en materia de seguridad, ha concluido el experto de Elcano.

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