Assa Zag, la histórica puerta del Sáhara
La provincia más grande de Guelmín se esfuerza durante su primer foro de turismo regional en promover su atractivo turístico. Un sector económico aún verde, a falta de inversión extranjera y de un plan claro al que adhieran todos los actores sociales.
Sin embargo, el valor bruto de la región existe. Es un rincón virgen, auténtico y salvaje en el que los viajeros más atrevidos encontrarán lo que buscan. Un destino alejado de los todo incluido de sol y playa y que brinda al viajero la oportunidad de conocer de primera mano el Sáhara, el Marruecos rural, sus habitantes y sus costumbres.
Sin embargo, en este sector, Assa ya debe competir con sus vecinos, que ofrecen experiencias similares desde ya hace algunos años, y cuentan por ello con cierta ventaja por la experiencia y la infraestructura de la que ya disponen. Las autoridades locales y los miembros de las comunidades no lo dan por perdido y en cada encuentro de ATALAYAR con los locales durante la semana de celebración del Mússem, la fiesta más importante del año, son palpables las ganas y la voluntad que ponen los marroquíes de Assa por intentar promover el atractivo de su particular región al resto de mundo.
Uno de los hombres que se encuentra empujando este carro es Ali Qisse, el presidente del Consejo Regional de Turismo de Assa Zag, la asociación de promoción del turismo local que trabaja con las autoridades y que se encarga de hacer avanzar proyectos en coordinación con las comunidades del lugar. En Assa, las jerarquías familiares de la tribu Ait Oussa siguen siendo un principal orden vertebrador de la sociedad y en ese sentido brilla la labor de Qisse, que intenta contar con la participación de las cabezas de familia en sus proyectos, que también tienen como objetivo el impacto positivo en los autóctonos.
Desde el órgano que preside Qisse, se trabajan los puntos que creen que la región puede explotar. Los participantes al foro los conocen también. No es ningún secreto que la región no puede ofrecer un turismo de masas, ni un turismo urbano o algo parecido. Todos los atractivos de Assa Zag pasan por una experiencia de aventura en el Sáhara.
El Mússem, aunque bien temporal, es tal vez el mayor recurso de la región. No solo para los extranjeros que lleguen hasta este remoto punto. También para los marroquíes de las poblaciones que rodean Assa. Los Mússem se organizan por todo Marruecos y deben contarse por el centenar. Pero entre todos ellos, el de Assa es particular. Se genera en torno a la Zawiya de Assa, una escuela religiosa de más de 700 años de antigüedad, que continúa impartiendo enseñanzas sobre el islam y el sufismo. Por esta Zawiya, la feria del Mússem de Assa tiene una particular importancia. Durante 5 días, se reúnen en Assa miembros de distintas comunidades para poner a la venta artesanía y productos de la tierra, además de poder admirar las carreras de camello y las tbourida marroquíes. Desde la organización del Mússem promueven también una serie de conciertos de música hasaní tradicional. Uno de ellos, con un repertorio de canciones religiosas, tiene como escenario la fachada principal de la Zawiya de Assa, en plena ciudad vieja.
Esta ciudad vieja, o Casbah, es otro de los grandes atractivos presentados durante el último foro de turismo provincial celebrado en Assa. Se trata de una ciudad amurallada, edificado en lo alto de las lomas y con vistas al palmeral del oued. La Casbah está fechada en torno al 1300, al igual que la Zawiya. Un proyecto de restauración puesto en marcha por la Agence de Developpement du Sud en colaboración con varios arquitectos y arqueólogos de Agadir le dio un soplo de aire nuevo a la ciudad vieja gracias a una reconstrucción y recuperación parcial. Muchos edificios se restauraron a imagen y semejanza de lo que fueron antaño. Ofrecen una visita especial y pintoresca al viajero, que puede sumergirse en la Assa más histórica. Varias casas de la Casbah se han restaurado para convertirse en restaurante e incluso en casas de huéspedes, dando la oportunidad a los visitantes de alojarse en una de ellas para tener una experiencia tradicional saharaui. En palabras de Mohammed Amal Karrioun, presidente de Majestic-Tours, una importante agencia de viajes marroquí, esta Casbah y esta versión más tradicional y autentica de Assa es la mejor carta que la ciudad puede jugar para atraer al viajero y posicionarse con un valor distinto al de las provincias vecinas de Tan-Tan o Tata.
Otro proyecto más que miembros de la comunidad de promoción turística de Assa Zag desean ver prosperar es el de los vivacs móviles. Especialmente atractivo para el turismo de aventura, los vivacs móviles son una buena opción para los viajeros que no deseen dormir en una ciudad o en un hotel. En una charla entre varios notables, a la que ATALAYAR asistió, distintos miembros de la comunidad local expresaron como hay que priorizar este punto en el plan de desarrollo turístico. “El alojamiento es lo primero”, dijo varias veces el líder de la comuna de Zag, y también miembro importante de la tribu Ait Oussa. La idea de los vivacs es más asequible que la construcción de un hotel y asegura costes menores y variables en función de la demanda. Valoraron también las opciones de hacerlos de lujo. La movilidad de los vivacs tendría como principal atractivo la posibilidad de moverse de oasis en oasis buscando las distintas etapas del viajero y conduciéndole hacia los mejores paisajes que se esconden por los 27.000 km de la provincia de Assa Zag.
La arqueología es finalmente uno de los valores que pueden hacer destacar a Assa. Para el español Gonzalo Sánchez Álvarez-Castellanos, autor de la primera guía de viaje para el sur de Marruecos, Assa Zag contiene tal vez los mejores hallazgos arqueológicos de todo el sur de Marruecos. En el enclave de Ouad Zag, dónde aún queda un poco de agua, se levanta una formación rocosa que varios paneles que contienen la fotografía de lo que era el Sáhara hace más de 10.000 años. Imágenes de armas, rinocerontes, jirafas, bueyes y distintos tipos de animales y escenas están grabadas en las piedras, algunas a tamaño sorprendente. Sitios patrimonio como este existen en al menos 8 lugares de la provincia, catálogos y accesibles con guía. Es imposible no acongojarse ante la idea de un desierto, que hace años fue pradera, bosque y jardín.
