En medio de una guerra que ya dura un lustro, una buena noticia. El Gobierno de Yemen y el Consejo Transicional Sureño (STC, por sus siglas en inglés) han acordado avanzar en la aplicación de los tratados de paz ratificados en Riad a principios el pasado mes de noviembre por Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, presidente del país reconocido internacionalmente, y Aidarous al-Zubaidi, presidente del STC.
Esta segunda fase de los acuerdos estipula que las tropas desplegadas en las gobernaciones de Adén, Abyan y Shabwa, tanto por el Ejecutivo de Al-Hadi como por el STC, han de replegarse. Serán reemplazadas por fuerzas de seguridad locales. No se ha detallado, concretamente, quiénes integrarán esas fuerzas.
La operación de retirada deberá hacerse efectiva en un plazo de tres semanas a partir de este sábado, 11 de enero, según ha explicado Ahmed Obaid bin Dagher, asesor de Al-Hadi. Igualmente, en un intervalo de 15 días, deberá realizarse una recolección de armamento de calibre medio y pesado. Las armas serán enviadas, posteriormente, al frente para luchar contra los rebeldes hutíes, aliados de Irán. Todo el proceso será supervisado por la Coalición Internacional liderada por Arabia Saudí, que ya ejerció como anfitriona durante las rondas de negociaciones. Además, el Gobierno de Yemen está emplazado a nombrar un gobernador y un jefe de Seguridad para Adén antes del 18 de enero.
En un comunicado oficial que ha recogido el portal de noticias Aden Press, Nizar Haitham, el portavoz del STC, ha adelantado que las fuerzas del Cinturón de Seguridad, asociadas a los separatistas sureños, liberarán algunos prisioneros de las fuerzas gubernamentales que fueron aprehendidos durante la ofensiva del pasado mes de agosto. Haitham ha reiterado la voluntad de su grupo de cumplir con todos los compromisos estipulados.
Esta segunda ronda de negociaciones ha contado, igualmente, con la asistencia de Riad. “Esta fase es una parte integral para completar los pasos previos del Acuerdo para lograr la seguridad, la estabilidad, la paz y el desarrollo. Aplaudo los esfuerzos del presidente Hadi y los equipos de su gobierno y el STC por su efectiva respuesta para implementar el pacto”, ha declarado Mohammed bin Saeed al-Jaber, embajador del reino wahabita en Yemen.
El nuevo paso hacia la reconciliación aliviará la precaria situación que continúan padeciendo los habitantes de Adén. La subida de los precios del petróleo, desatada a partir del asesinato del general iraní Qassem Soleimani, ha provocado un aumento en el coste de otros productos. A pesar de que la economía local se había estabilizado a partir de agosto, la crisis actual hace temer que la emergencia humanitaria se agrave todavía más.
El conflicto en el sur de Yemen es una más de las ramificaciones de la guerra en este país de la península Arábiga. Después de su independencia de Reino Unido en 1967, el territorio estuvo dividido. En tiempos de la Guerra Fría, la República Árabe de Yemen, o Yemen del Norte, oscilaba más hacia el polo capitalista, mientras que la República Popular Democrática de Yemen, o Yemen del Sur, cayó en la órbita de Moscú.
A pesar de que ambas estructuras se unieron en 1990, el clima de inestabilidad y violencia que ha vivido el país a lo largo de los últimos años ha hecho reflotar los sentimientos nacionalistas en amplios sectores de la población sureña. A menudo, los yemeníes de las regiones más meridionales se han sentido relegados a una situación de marginalización por parte de las diferentes administraciones de Saná.
Adén ha sido el principal núcleo urbano en torno al cual se ha articulado el movimiento secesionista. Es la segunda ciudad de todo Yemen, pero alberga el puerto más importante del país. El STC se estableció en 2017 como un actor participante. Desde entonces, Emiratos Árabes Unidos ha financiado y equipado a las fuerzas del Cinturón de Seguridad, su brazo armado. Estas tropas, a menudo, han entrado en combate directo contra las tropas gubernamentales apoyadas por una Coalición Internacional de la que, paradójicamente, EAU también ha sido un pilar fundamental.