Los titulares de Defensa de Estados Unidos y Turquía negocian las condiciones de cara al nuevo escenario en Afganistán tras la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN

Avanzan las negociaciones para la seguridad del aeropuerto internacional de Kabul ante la creciente amenaza talibán

AP/RAHMAT GUL - Aeropuerto internacional Hamid Karzai, en Kabul, Afganistán

Continúa el tira y afloja entre Washington y Ankara para alcanzar un acuerdo definitivo en materia de seguridad a partir del próximo 11 de septiembre, cuando las tropas estadounidenses emprendan la retirada por completo de Afganistán. La creciente amenaza talibán obliga a ambos a sellar un pacto de mínimos que garantice la protección del aeropuerto internacional Hamid Karzai de Kabul.

“Las conversaciones fueron positivas y constructivas”, reconoció el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, tras dialogar con el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin. Akar reveló que existen determinadas cuestiones “sobre las que hemos llegado a un acuerdo”. Por lo tanto, las negociaciones para administrar el aeródromo de la capital avanzan.

PHOTO/AP  -   El ministro de Defensa turco, Hulusi Akar

Los encargados de la seguridad nacional de Estados Unidos y Turquía mantuvieron la semana pasada una serie de conversaciones telefónicas para discutir “el funcionamiento seguro del aeropuerto internacional Hamid Karzai”, según remitió en una nota el Ministerio de Defensa otomano.

El ministro Akar añadió que las iniciativas planteadas por Turquía han contado con la aprobación de varios miembros de la organización atlántica. “Intentamos seguir el proceso con nuestros hermanos afganos, la OTAN, la Unión Europea y la comunidad internacional”, aseguró el dirigente turco.

En junio, Turquía ofreció sus servicios para administrar el aeródromo de la capital tras la retirada de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN. El aeropuerto, ubicado en un enclave estratégico entre el palacio presidencial afgano y las misiones diplomáticas, promete ser determinante a la hora de mantener la seguridad de las embajadas y facilitar la llegada de ayuda humanitaria.

PHOTO/ Presidential Palace  -   El Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, durante su visita en Kabul, Afganistán, el 21 de marzo de 2021.

Ankara y Washington coinciden en mantener al aeropuerto de Kabul operativo. De lo contrario, Afganistán perdería el contacto con el exterior y dificultaría el desarrollo de las labores diplomáticas para encontrar una salida a la crisis. Para resolver esta cuestión, una delegación del Departamento de Estado y del Pentágono ha visitado esta semana la capital otomana.

Ankara es conocedora de que el funcionamiento del aeropuerto Hamid Karzai es capital para un futuro acuerdo de paz en Afganistán, aunque la oferta turca forma parte de una estrategia de fondo puesta en marcha por el Gobierno de Erdoğan. El objetivo consiste en acercar posturas con el resto de las potencias occidentales, sobre todo con EEUU, para reforzar su creciente debilidad interna. 

Por este motivo, Ankara ha optado por enterrar el hacha de guerra y limar asperezas con el resto de actores regionales. Eso sí, Turquía exige cierto apoyo a nivel político, financiero y logístico para poder extender su presencia regular en Afganistán, ya que el país atraviesa una profunda crisis económica marcada por la inflación y la devaluación de la lira turca. 

REUTERS/SEDAT SUNA - Fotografia. de archivo, el presidente turco Tayyip Erdogan (R) y el entonces vicepresidente estadounidense Joe Biden conversan tras su reunión en Estambul

En cualquier caso, no solo Estados Unidos aceptó el ofrecimiento, también lo hizo el propio Gobierno afgano. La última muestra de agradecimiento ha corrido a cargo del embajador de Afganistán en Turquía, Amir Ramin. “Gracias fraternas a Turquía como nuestro amigo de mayor confianza por la continuación de este importante papel más allá de misión internacional. Extenderemos todo el apoyo necesario para el éxito de esta misión”, expresó a través de Twitter.

No obstante, el galopante aumento de la presencia talibán en Afganistán ha hecho saltar las alarmas. La Autoridad de Aviación Civil afgana se ha visto obligada a activar un sistema de defensa antiaérea en el aeropuerto Hamid Karzai como respuesta anticipada al posible lanzamiento de proyectiles talibanes contra las fuerzas e instalaciones gubernamentales.

En este sentido, Turquía también se ha visto amenazada por los talibanes. “Todo el mundo es consciente de que todas las fuerzas extranjeras tienen que retirarse de nuestra querida patria, en línea con el acuerdo de Doha, una decisión apoyada por Naciones Unidas y la comunidad internacional”, trasladó el grupo a través de un comunicado en alusión al acuerdo de paz firmado en febrero de 2020 con EEUU.

PHOTO/AP  -   Fotografia de archivo, combatientes talibanes, en el distrito de Shindand de la provincia de Herat, Afganistán

“Mevlüt Çavuşoğlu estuvo presente en la ceremonia de la firma”, remarcó el portavoz talibán Zabihulá Muyahid, apelando directamente al ministro de Asuntos Exteriores de Turquía. El representante talibán cargó además contra el Ejecutivo otomano por “extender su ocupación en nombre de un acuerdo con Estados Unidos”. Para la facción radical, esta decisión “generará sentimientos de resentimiento y hostilidad en el país hacia los funcionarios turcos y dañará los lazos históricos, culturales y religiosos con el pueblo de Turquía”.

La pelota está ahora en el tejado de Turquía para alcanzar un acuerdo con los talibanes. El grupo fundamentalista avanza hacia Kabul con la intención de expulsar a todas las tropas extranjeras de suelo afgano. Por su parte, Ankara, que cuenta con el segundo mayor ejército de la OTAN, ha puesto en marcha una serie de operaciones militares con 500 efectivos en las inmediaciones del aeródromo. 

En respuesta a los talibanes, el ministro Akar justificó la presencia de Turquía en el país como parte de una misión de largo recorrido. Ankara lleva dos décadas en Afganistán ejerciendo un papel no combativo y como acompañante de Estados Unidos. Además, tan solo ha intervenido en labores de asesoramiento, reconstrucción y mantenimiento, y ha operado el aeropuerto durante seis años.

AFP/VYACHESLAV OSELEDKO - La guerra de Afganistán, iniciada tras los atentados del 11 de septiembre, se cobró la vida de decenas de miles de afganos y de unos 2.400 soldados estadounidenses, y supuso el gasto de billones de dólares en lo que se considera un proyecto fallido de construcción nacional
Un republicano en Turquía

En mitad de las negociaciones para la gestión del aeródromo de Kabul, Joe Biden nombró un nuevo embajador de Estados Unidos en Turquía en sustitución de David Satterfield. Y, contra todo pronóstico, el presidente escogió al exsenador republicano por Arizona Jeff Flake.

“Con este nombramiento, la Administración Biden reafirma la mejor tradición de la política exterior y la diplomacia estadounidenses: el credo de que la política partidista debe detenerse en el borde del agua. La política exterior de Estados Unidos puede y debe ser bipartidista”, expresó Flake en un comunicado.

El designado engrosó la lista de ‘Republicanos por Biden’, conformada por más de dos dos docenas de legisladores del GOP (Grand Old Party), que mostró públicamente su apoyo al entonces candidato demócrata en la carrera presidencial. Flake trabajó en el Senado y en la Cámara de Representantes, sin embargo, su distanciamiento con la línea del partido marcada por Trump le hizo abandonar la disciplina de la formación.

Entre sus nuevos cometidos se encontrará el de bregar con las diferencias entre Washington y Ankara en relación con diversos temas, como el respaldo estadounidense a los kurdos en Siria, la compra del sistema antimisiles S-400 de Turquía a Rusia o la reciente definición de “genocidio” expedida por Biden ante las matanzas y deportaciones masivas de ciudadanos armenios durante el Imperio Otomano.
 

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