El partido centrista liberal de Marruecos deposita de nuevo su confianza en Akhannouch para dirigir el Gobierno en los próximos cuatro años

Aziz Akhannouch es reelegido como presidente de la Agrupación Nacional de los Independientes

photo_camera AFP/IAN FOSYTH - Aziz Akhannouch, primer ministro de Marruecos

El pasado sábado tuvo lugar en Rabat el VII Congreso de la Agrupación Nacional de los Independientes (RNI) en el que se renovó el cargo de Aziz Akhannouch como mandatario del partido político. El candidato obtuvo 2549 votos a favor de todos los congresos y se trata de un nuevo intento para impulsar los éxitos de esta facción. 

Mohamed Ghiath, líder del RNI, asegura que “la séptima conferencia nacional transcurrió en unas condiciones políticas y organizativas tranquilizadoras” en lo que respecta al futuro de la agrupación. La nueva elección trae consigo la culminación del trabajo realizado en los últimos cinco años por parte del partido, permitiéndole lograr un progreso tangible.

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El presidente agradeció en un discurso a los militantes de su partido y dijo ser consciente de la enorme responsabilidad que vuelve a recaer sobre su figura. Mejorar la comunicación con la ciudadanía, trabajar con seriedad e informar de forma transparente y honesta sobre sus acciones son algunos de los objetivos de esta nueva etapa política.

Asimismo, la dura situación económica mundial, las consecuencias de la COVID-19 y la escasez de precipitaciones son algunos de los retos a los que van a tener que hacer frente. Todo ello sin perder el foco sobre el importante proyecto de desarrollo integral encomendado por el monarca Mohamed VI.

Los observadores consideran que la reelección del político marroquí es un mensaje especial para los opositores del partido. Este hecho pone de manifiesto la importancia para combatir las campañas de desinformación que pretenden desprestigiar al Ejecutivo. Lo que se busca ahora es demostrar la fuerte cohesión existente dentro de la RNI.

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La oposición, por su parte, define como insuficiente la labor realizada por el actual Gobierno. Abdelilah Benkirane, secretario general del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), considera que las grandes promesas anunciadas no se han cumplido y que “si el primer ministro no puede cumplir con su deber y asumir su responsabilidad, debe presentar su renuncia”.

Respecto a estas declaraciones, la Agrupación Nacional de los Independientes las ve como un intento de llamar la atención de los medios y de la opinión pública. Akhannouch se muestra claro con respecto al bando contrario y los define como “huérfanos electorales” debido a su derrota en las últimas elecciones legislativas celebradas en septiembre del año pasado. 

La tasa de participación fue del 50,3%, un total de 8,7 millones de ciudadanos ejercieron su derecho y le dieron el poder al partido centrista liberal. La RNI saltó del cuarto al primer puesto consiguiendo 97 escaños, seguido del Partido de Autenticidad y Modernidad y del Partido Istiqlal, con 82 y 78 asientos, respectivamente. 

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El PJD pasó del primer puesto al octavo lugar consiguiendo tan solo 12 escaños de los 395 de la Cámara de Representantes. Los altos cargos de este partido denunciaron un supuesto fraude electoral y denunciaron la compra masiva de votos. El desgaste de la formación y las divisiones internas provocaron el fracaso de un partido que llevaba gobernando en Marruecos desde 2011.

Estas elecciones fueron las primeras tras la aprobación de una reforma electoral que buscaba eliminar la barrera del 3% de votos para poder obtener más escaños. El país alauí las consideró como un hito histórico clave en el camino de la democracia y del buen funcionamiento de las instituciones. 

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