La experta de la Universidad Francisco de Vitoria pasó por los micrófonos de ‘De cara al mundo’

Beatriz de León: “La estrategia rusa en el Sahel se basa en desestabilizar a Europa”

photo_camera Beatriz de León Cobo

En la última entrega de ‘De cara al mundo”, el espacio radiofónico de Onda Madrid, contamos con la participación de Beatriz de León Cobo, colaboradora de Atalayar y la Universidad Francisco de Vitoria, para hablar de la actividad de Rusia en África, especialmente en la zona del Sahel, una región que preocupa por la actividad terrorista y la inestabilidad política que se vive allí.

¿Cuánto debemos preocuparnos de lo que está ocurriendo en el Sahel?

Hay que preocuparse mucho, ahora más que nunca, estamos en un momento de inestabilidad absoluta con todo el mundo mirando hacia Ucrania y esto conlleva a un vacío respecto a toda la atención que se le debe prestar a esta zona estratégica. El Sahel está a menos de 2.000 kilómetros de las fronteras europeas, existen problemas relacionados con la estabilidad política, muchos golpes de Estado y, sobre todo, una tendencia autocrática que preocupa a los países europeos porque parece que las cosas van a seguir yendo a peor en vez de a mejor. En segundo lugar, la situación en cuanto a seguridad está en el peor momento en años por la diversidad de grupos, estos ya no se encuentran solo en Mali o en Burkina Faso, sino que han ido bajando y cometiendo atentados en las fronteras de otras regiones como son Costa de Marfil, Ghana o Togo. Es una situación muy preocupante, donde incluso estamos empezando a encontrar rivalidades entre Boko Haram y Dáesh en la punta del lago de Chad. La multiplicidad de organizaciones y de grupos armados que se dedican a hacer la contraguerrilla a los grupos yihadistas hace que el terreno se haya convertido en muy inseguro y que tenga pocas perspectivas de mejora la situación.

Parece que al estar en África no nos afecta y es nuestro patio trasero, si los grupos terroristas consiguen desestabilizar la región, o llegar a la zona de Mauritania, Argelia y Marruecos las consecuencias serían incalculables. 

Las consecuencias podrían ser catastróficas, lo bueno es que Argelia, Marruecos y Mauritania conocen perfectamente la amenaza y hasta tienen acuerdos informales para asegurarse que controlan la amenaza, además sus servicios de inteligencia son muy buenos. Si cae alguno de los Gobiernos de la zona del Sahel no hay ninguna seguridad de que esto no corra como la pólvora hacia todos los lados, también hay que tener en cuenta que cuanto más se fortalecen los grupos terroristas, económicamente, sobre todo, más oportunidades hay de que utilicen la red de tráfico de personas para meter a su gente en Europa. Hay que tener muy claro que esto es una amenaza real, que afecta a millones de personas en el Sahel, pero que también nos afecta a nosotros directamente. 

Allí se trafica con todo... armas, personas, drogas... la situación es inaceptable para la Unión Europea y también para otras potencias como Estados Unidos o China sin embargo no se actúa de la manera contundente que este conflicto necesita. 

Viendo los números de lo que invierten los países de la Unión Europea sí que hay una gran inversión de dinero y recursos, el problema es que el conflicto avanza con tanta rapidez que a veces los instrumentos que utilizamos quedan obsoletos. La amenaza avanza y cambia, es totalmente híbrida, se juntan las redes yihadistas con los grupos armados y es muy complicado identificar a todos esos grupos y personas, más si cabe si no se está sobre el terreno, a pesar de que tenemos soldados; hablando del desierto del Sáhara, solo los tuaregs son capaces de controlarlo. Todas esas complejidades, las fronteras porosas, implican que se requiera altos niveles de coordinación, con cada estrategia vamos implementado lecciones, pero nos queda mucho camino por recorrer. El problema ahora es la falta de voluntad política, Francia se va de Mali, no del Sahel, pero hay muchos socios europeos que dudan si quieren seguir estando en Mali y en el Sahel por lo complicadas que son las circunstancias y, sobre todo, porque si ellos no quieren estar allí no se les puede obligar a quedarse, a pesar de que sea importante para nosotros ellos son países soberanos. 

Beatriz de León Cobo

¿Qué pintan los mercenarios rusos grupo Wagner en Mali? ¿Por qué el Gobierno maliense hace migas con Rusia?

Por muchos motivos, la estrategia rusa en el Sahel viene de hace muchos años, tienen un acuerdo de defensa desde 2018, y han ido aumentando su cooperación, es una estrategia de Putin a largo plazo que se basa principalmente en desestabilizar a Europa. No solo utilizan el instrumento militar sino a la sociedad civil, es increíble ver en las manifestaciones malienses banderas rusas y saber que los líderes de la sociedad de Mali son prorrusos y están encantados de colaborar. Al final ellos ven a Rusia como un ‘partner’ que no les va a imponer ningún tipo de visión sobre lo que debe hacer un Estado en términos de democracia, a Rusia le da absolutamente igual si gobierna un tirano autócrata o la persona más democrática, eso les da bastante confianza a los africanos, sobre todo por toda la historia que tienen de colonización con los países europeos. Rusia está llevando a cabo una muy buena estrategia en varios países a la vez como Guinea, Mali, o Burkina, donde se están posicionando bien en la sociedad civil a través de grandes campañas de desinformación y hablando con los líderes africanos para intercambiar defensa por explotación de minas, como hicieron en la República Centroafricana. Lo hacen a cambio de protección de los líderes, operaciones contra terroristas, y todo ello sin pensar en derechos humanos o en gobernanza o en todo lo que requerimos los europeos cada vez que trabajamos con países de África, siendo más pragmáticos y teniendo otros intereses en cuenta. 

¿Qué podemos hacer, existe alguna línea de actuación disponible?

Es una pregunta muy compleja, pero alguna clave sobre el tema es que hay que entender que a pesar de que Wagner no es Rusia, es una empresa militar privada, hay que entender que los rusos están detrás y están jugando la estrategia de no implicarse en temas políticos en Mali y por eso están ganando la batalla. Nosotros debemos repensar porque tenemos tanta facilidad de negociación con China o Arabia Saudí y tantos problemas con Assimi Goita. La Unión Europea tiene que pensar muy bien hasta qué punto quiere tirar estos diez años de operaciones internacionales por la borda y cortar relaciones definitivamente solo porque el presidente de la transición no nos parezca que lo esté haciendo bien o que nos parezca que esté cometiendo muchas violaciones de derechos humanos, hay que ser un poco flexible en nuestra relación. De todas maneras, no creo que nos debamos ir de la región, España comparte esta postura y, por supuesto, tenemos a la Unión Europea detrás, pero es muy importante que no abandonemos el terreno. El terrorismo, la migración y el crimen organizado no son un problema de los africanos, representan un problema para todos. Por todo ello debemos seguir hablando con los actores estratégicos implicados en el Sahel, se deben encontrar soluciones a corto, medio y largo plazo para salir de estas crisis, que cabe destacar que son crisis dadas por los medios de comunicación y las personalidades políticas de ahora, y considero que no podemos tirar todos los años de construcción de la relación por un mal momento. Por supuesto que debemos estar, y la población española debe ser consciente de ello, porque África es el futuro, es nuestro vecino y encima los españoles compartimos frontera con ellos.   

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