Los nueva Administración debe considerar si los acuerdos “cumplen los objetivos estratégicos”

Biden suspende las ventas de armas a Arabia Saudí y Emiratos

photo_camera Atalayar_Joe Biden presidente Estados Unidos Casa Blanca (2)

“Es típico al inicio de una Administración revisar las ventas pendientes, para asegurarse de que lo que se está considerando sea algo que avance en nuestros objetivos estratégicos y en nuestra política exterior”, declaró Antony Blinken, el nuevo secretario de Estado de los Estados Unidos.

Así explicaba el titular de política exterior de Biden la decisión tomada por su Administración de suspender varios acuerdos de venta de armas con Arabia Saudí y Emiratos. Fuentes del Departamento de Estado alegan que es una “acción administrativa rutinaria típica de la mayoría de las transiciones”. 

Los acuerdos comprendían la venta de 50 cazas furtivos F-35 a Emiratos por un valor de 23.000 millones de dólares, así como la bomba inteligente Paveway IV de Raytheon, equipada con modo dual y sistema de guía GPS y láser INS capaz de atacar en todas las condiciones climáticas, además de unas 3.000 municiones a Arabia Saudí por 478 millones de dólares. 

Desde la Administración precisan que, por el momento, ambos acuerdos se mantienen “en revisión”. Sin embargo, mientras que el de municiones con Arabia Saudí está “bloqueado”, el alcanzado con los Emiratos Árabes Unidos sobre los cazas F-35 está “bajo examen”.

Atalayar_F35

El embajador emiratí en Estados Unidos, Yousef al-Otaiba, quitó hierro al asunto a través de un comunicado: “Como en transiciones anteriores, los Emiratos Árabes Unidos anticiparon una revisión de las políticas actuales por parte de la nueva Administración”. 

Al-Otaiba manifestó que el paquete F-35 les permite mantener disuadir agresiones y tranquilizar a los socios regionales. “También permite a los Emiratos Árabes Unidos asumir una mayor carga regional de la seguridad colectiva, liberando activos estadounidenses para otros desafíos globales”, añadió. 

No obstante, el embajador de Emiratos se mostró tajante pese a la suspensión del acuerdo: “Trabajaremos en estrecha colaboración con la Administración Biden en un enfoque integral para la paz y estabilidad en Oriente Medio”. Las autoridades saudíes, por su parte, aún no han realizado declaraciones al respecto. 

El acuerdo de los cazas F-35 se produjo el pasado mes de diciembre entre EEUU y Emiratos, dentro del marco de los Acuerdos de Abraham. Entonces el objetivo era acercar posturas entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel. Estos últimos eran, además, el único país de la región que poseía cazas F-35, pero permitió la venta a Emiratos avalados, en parte, por el fracaso de los demócratas en el Congreso, que fueron incapaces de bloquear la transacción. 

Atalayar_Anthony Blinken
Las miradas puestas en Yemen

Durante el año 2019, la Administración Trump aprobó ventas de armas por valor de 8.100 millones de dólares destinadas tanto a Arabia Saudí como a Emiratos. El Congreso no intervino, pues el entonces presidente decretó el “estado de emergencia” para evitar el trámite.

Fueron varios los congresistas críticos con esta decisión, incluso algunos republicanos. Varias organizaciones en defensa de los Derechos Humanos denunciaron que la venta de armas estadounidense servía al ejército saudí para atacar contra objetivos civiles en Yemen. 

La guerra de Yemen se ha convertido ya en la mayor crisis humanitaria del planeta. Tras el levantamiento de hutí en marzo de 2015, Arabia Saudí comenzó a asediar el país causando la muerte de miles de civiles. 

Los saudíes contaban entonces con el apoyo de Estados Unidos, su principal proveedor armamentístico, y con los Emiratos Árabes Unidos. El objetivo era evitar que los hutíes, el grupo insurrecto chií influenciado por Irán, tomasen el poder. 

El secretario de Estado bajo la Administración Trump, Mike Pompeo, anunció días antes de abandonar el cargo la designación de los hutíes como organización terrorista. La decisión traería consigo un paquete de sanciones que impediría la ayuda humanitaria en Yemen. 

Su sucesor en el puesto, Tony Blinken, anunció que su prioridad en este momento es revertir las sanciones a los hutíes, pese a las “continuas agresiones a Saná, a nuestros aliados saudíes y a los abusos contra los Derechos Humanos y otras atrocidades, entre las de impulsar a grupos radicales violentos”. 

Sin embargo, Blinken reconoció la existencia de una “campaña liderada por Arabia Saudí” que también ha contribuido a la “mayor crisis humanitaria en el mundo”. Y que es necesario que la Administración Biden haga “todo lo que esté en su mano” para mantener la ayuda humanitaria en Yemen.