El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, da comienzo a una serie de reuniones en Europa y realiza su primera parada en la capital ucraniana, donde se ha encontrado con Zelenski para abordar el aumento de las tensiones con Moscú

Blinken viaja a Kiev como muestra de solidaridad con el Gobierno ucraniano

photo_camera AP/EVAN VUCCI - El secretario de Estado Antony Blinken

En medio de la escalada de tensiones de las últimas semanas entre Kiev y Moscú, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, aterrizó en la capital ucraniana, en una visita que tiene como objetivo demostrar el “apoyo a la soberanía e integridad territorial” del país por parte de Washington, según afirmó el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Ned Price. 

“Este es un momento crítico para Ucrania”, explicó Blinken en una rueda de prensa junto a Kristina Kvien, encargada de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos en Ucrania. “Espero fervientemente que podamos mantener esto en un camino diplomático y pacífico, pero en última instancia, esa será la decisión del presidente Putin”, añadió advirtiendo que, si el mandatario ruso prefiere abogar por una postura agresiva, entonces estará decantándose por la “la confrontación y las consecuencias para Rusia”.

Durante su breve estancia en Kiev, el secretario de Estado estadounidense se reunió con el presidente, Volodímir Zelenski, así como con el ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, para abordar la amenaza rusa en la frontera. “Ahora estamos en una etapa en la que Rusia podría lanzar un ataque contra Ucrania en cualquier momento”, declaró Blinken. Además, el funcionario norteamericano agregó que Moscú está intentando “desafiar algunos principios muy básicos que sustentan todo el sistema internacional y que son necesarios para tratar de mantener la paz y la seguridad; principios como que una nación no puede simplemente cambiar las fronteras de otra por la fuerza”. 

Vladímir Putin y Volodímir Zelensky

“Si permitimos que se violen esos principios con impunidad, entonces abriremos una caja de Pandora muy grande. El mundo entero está mirando lo que está pasando aquí”, concluyó. 

La visita de Blinken tiene lugar tan solo unas semanas después de que Washington anunciase una ayuda de 200 millones de dólares (más de 175 millones de euros) al Gobierno de Kiev. Y, aunque aún se desconocen los detalles de las partidas que integra este paquete de ayudas “para asistencia en seguridad y defensa” de Ucrania, esta supone la mayor dotación aportada por los EEUU desde la anexión rusa de Crimea en el año 2014.

A su vez, la estancia de Blinken en el país ucraniano ha servido como somero prefacio de su viaje a Berlín, donde va a entrevistarse con su homóloga alemana, Annalena Baerbock, para considerar las opciones que están sobre la mesa ante el hipotético avance ruso hacia Ucrania. Asimismo, también en la capital alemana, Blinken y Baerbock formarán parte de una reunión de la Transatlantic Quad –un grupo conformado por representantes diplomáticos de Francia, Reino Unido, Alemania y EEUU–, con el objetivo de continuar evaluando la situación. 

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, en la Conferencia de Desarme de las Naciones Unidas, el 25 de febrero de 2020 en Ginebra

Sin embargo, el encuentro más esperado del viaje de Blinken tendrá lugar el día 21 de enero, cuando el secretario de Estado estadounidense se desplace a la ciudad suiza de Ginebra para reunirse con el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. 

Ambos diplomáticos se reunieron telefónicamente hace pocos días para valorar los encuentros de la semana pasada entre Rusia, EEUU y sus aliados, aunque –según una alta funcionaria del Departamento de Estado de los EEUU– tanto Blinken como Lavrov concluyeron que sería “más útil” entrevistarse en persona durante el viaje del norteamericano a Kiev y Berlín. Así, el anuncio de esta cita en Ginebra, tan solo unas horas antes de la salida de Blinken hacia el continente europeo, dan cuenta del frenético ritmo de unas negociaciones cuyo resultado aún está en el aire. 

"No voy a presentar ningún documento al ministro de Exteriores Lavrov. Necesitamos ver dónde estamos y ver si quedan oportunidades para proseguir la diplomacia y el diálogo”, ha precisado el representante estadounidense tras reunirse con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba. Pues, a pesar de que las expectativas sobre el encuentro no sean del todo pesimistas, la postura de Washington es notablemente cautelosa. 

REUTERS/SAUL LOEB - El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, saluda al ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, a su llegada a una reunión en la sala de conciertos Harpa, al margen de la cumbre ministerial del Consejo Ártico, en Reikiavik, Islandia, el 19 de mayo de 2021

Esta reunión, que ha sido calificada por la alta funcionaria del Departamento de Estado, como “una oportunidad” de compartir preocupaciones y encontrar puntos comunes, se desarrollará alrededor de los movimientos militares y las demandas rusas de seguridad. Unas demandas que incluyen la garantía de que Ucrania no entrará en la OTAN, así como la retirada de tropas de la Alianza de los territorios fronterizos con Rusia que forman parte de la antigua esfera soviética –a pesar de que estos sean miembros de la organización, como es el caso de Letonia o Lituania –. Unas demandas que, por su parte, la OTAN ha rechazado. 

Mientras, el aliado regional de Putin – Alexander Lukashenko –, ha anunciado la llegada de tropas rusas al territorio bielorruso con el objetivo de desarrollar ejercicios militares conjuntos. A este respecto, un miembro del Departamento de Estado de los EEUU afirmó en una rueda de prensa que Moscú podría estar llevando a cabo una “demostración de fuerza” adicional previa a un posible ataque. “El hecho de que estemos viendo este movimiento hacia Bielorrusia permite a los rusos otro acercamiento en caso de que decidan emprender más acciones militares contra Ucrania”, manifestó Blinken. 

En este sentido, varios funcionarios norteamericanos han manifestado su temor ante el aumento de métodos que, aunque no supongan una invasión directa, colaboren en la desestabilización de Ucrania. Algunos de ellos serían la guerra digital, las actividades de desinformación, los ciberataques –como el que irrumpió en la web oficial de Kiev el pasado viernes –, o las operaciones de “falsa bandera”.

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