El periodista Bouziane Ahmed Khodja presenta en el Ateneo de Madrid “Makeda”, una novela que denuncia la mutilación genital femenina y su sufrimiento

Bouziane Ahmed Khodja: “Makeda es la portavoz de todas las mujeres”

photo_camera PHOTO/ATALAYAR/GUILLERMO LÓPEZ - Bouziane Ahmed Khodja

Música. Silencio en la sala. Los violines parecen llorar. Quizá lloran de verdad. Dirige el maestro Julio Maroto. Aplausos con el corazón encogido. Estamos en la presentación de “Makeda”, primera novela escrita en español del periodista y escritor de origen argelino Bouziane Ahmed Khodja. Le da la palabra Margarita Hernando de Larramendi, presidenta de la sección de Literatura del Ateneo. Comienza a contarnos que su obra nace en los continuos viajes en tren.

En esas idas y venidas a Madrid, el autor se plantea dar voz a las mujeres sometidas a ancestrales tradiciones como la mutilación genital; recordar el sufrimiento y trauma que esta crueldad les supone de por vida. “Quería una historia escrita en primera persona por una mujer. Me preguntaba qué hubiera sido de mi esposa, mi hija, mi madre, mis compañeras, mis amigas si hubieran sufrido este drama”, dice Bouziane Ahmed, quien asegura, con cierta tristeza, que la “discriminación nace con la mujer”, un hecho que, a lo largo de la historia, añade, ha sido aprovechado por los hombres.

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“Ha sido una experiencia tremenda. He ido buscando lo que puede sentir una mujer a lo largo de su vida, no solo con la mutilación genital, sino también ante el peso patriarcal, la mirada del padre a su hija, la traición de la madre, la abuela y la tía que la venden…”, cuenta el director del programa “Medina” de La 2 de TVE. “Makeda” es una historia dentro de muchas historias, donde se siente el dolor, la crueldad, la violencia y el sufrimiento, pero también, añade, donde se viaja, se ve la belleza del desierto y se deja una puerta abierta a la esperanza y el amor.

La protagonista solo tenía 8 años cuando vivió su terrible historia, una práctica, asegura el autor, que se asimila como normal en la tradición social, que se da en la mujer africana del mundo árabe y musulmán, pero no debido a la religión, sino a esa sociedad patriarcal y así, dice Bouziane Ahmed Khodja, lo recoge en su novela, un hermoso texto que pretende dar visibilidad a millones de niñas. “Esta historia es imaginación, pero es una realidad que se está viviendo y que debemos empezar a cambiar desde la educación”.  Eso desea: una nueva mirada a la mujer, no solo a la africana. “Makeda es la portavoz de todas las mujeres”, afirma.

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Una novela breve de 123 páginas que Pilar Requena, directora del programa Documentos TV, define “como un tesoro” y en la que destaca la sensibilidad del autor. Páginas que la llevan a recordar la situación que viven muchas mujeres, ahora especialmente en Afganistán, donde están siendo reprimidas y despojadas de sus derechos. “¿Qué hemos hecho las mujeres para merecer el odio de tantos hombres?”, se pregunta Requena.

Y la pregunta queda en el aire mientras sigue hablando de la escritura de esta novela que muestra un mundo terrible, pero que sabe adentrarse en el amor, la esperanza y la rebeldía de la protagonista que la lleva a buscar un mundo mejor. “La narración es tan bella que a veces hace olvidar lo terrible de la historia de Makeda”, dice la periodista.

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Una belleza que ensalza María Rodríguez, subdirectora del programa que dirige el autor. Con él ha compartido emociones, reflexiones y sentimientos tras la lectura de “Makeda”, como lo hace con el público en esta presentación: “Qué suerte haber nacido en la sociedad occidental donde si todavía queda camino no es nada comparable con otros sitios”. 

Y la periodista, que “sintió escalofríos al ir leyendo este relato”, recuerda los millones de niñas y jóvenes que sufren esta cruel práctica en el mundo, historias, dice, que no deberían suceder, que van contra sus derechos, que no son dogmas de fe, sino costumbres ancestrales que, afirma tajante, “hay que erradicar”.

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Mira al autor, su director y compañero desde hace años, porque quiere poner en valor que su cultura es la islámica y que es musulmán, algo que importa, “porque da un paso al frente y denuncia de forma bella y poética todo lo que está sucediendo, a la vez que abre esa puerta a la esperanza”.

Momento de lectura. Comienzan a sonar los violines. María Rodríguez alza su voz para ser escuchada en medio de la música. “Un grito, un grito solo…”. Y vuelve el silencio. Y los violines lloran de nuevo mientras “la sangre salía a borbotones…, sin anestesia, sin dudas, sin remordimientos…”. 

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Y los asistentes escuchan conmovidos la hermosa voz de María que lee el primer capítulo de “Makeda”, “la niña rota antes de ser mujer”; a la que están “convirtiendo en una mujer honorable”. Hasta llegar a las palabras finales del primer capítulo: “Así se despidió de ellas para siempre, con la mirada. Me habéis dejado en manos de una hechicera que me quita la vida”.

Y la voz se apaga. Silencio. Los violines siguen llorando. El público aplaude. “Makeda” es violencia; “Makeda” es amor.

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