El Ministerio de Asuntos Exteriores asegura tener una “evidencia creíble” de que la tecnología canadiense fue desviada a las tropas de Azerbaiyán en Nagorno-Karabaj

Canadá cancela las exportaciones armamentísticas a Turquía

PHOTO/ADRIAN WYLD/THE CANADIAN PRESS vía AP - El ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, Marc Garneau

El Gobierno de Canadá ha anunciado este martes la cancelación de los permisos de exportación de armamento y tecnología militar a Turquía tras constatar que el material acabó en manos del Ejército azerí, desviado por Turquía sin el consentimiento de Ottawa, durante el conflicto de Nagorno-Karabaj, según ha remitido el ministerio de Asuntos Exteriores canadiense. 

El ministro de exteriores, Marc Garneau, recordó en el comunicado que Canadá suspendió en octubre la exportación de alta tecnología militar tras la apertura de la investigación sobre la cesión de Turquía de armas con tecnología canadiense a Azerbaiyán. “Esas suspensiones siguieron a la decisión de cancelar la emisión de nuevos permisos de exportación a Turquía en el otoño de 2019, tras su incursión militar en el noreste de Siria”, agregó el ministro. Por lo tanto, Canadá reafirma su posición al respecto.

El ministro indicó que la decisión responde a la violación turca de los términos del contrato contraído con el país norteamericano. Garneau hizo autocrítica: “Este uso no era coherente con la política exterior canadiense, ni con las garantías de uso final dadas por Turquía”. “Turquía es un importante aliado de la OTAN y las solicitudes relacionadas con los programas de cooperación de la OTAN se evaluarán caso por caso”, añadió.

Un funcionario camina entre los objetos que Armenia presentó como drones azeríes capturados y derribados durante los recientes enfrentamientos armados en la frontera armenio-azerí, en Ereván el 21 de julio de 2020

Los aviones no tripulados fueron determinantes para decantar la balanza en favor de Azerbaiyán en su disputa con el Ejército armenio, según los expertos en materia de Defensa. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos dio en noviembre la voz de alarma en relación con los ataques indiscriminados perpetrados por Armenia y Azerbaiyán en zonas pobladas de Nagorno-Karabaj, y advirtió de que podían constituir crímenes de guerra. 

Durante y después del conflicto tanto Azerbaiyán como Armenia se lanzaron acusaciones de gravedad, sin embargo, las autoridades de Canadá señalan que no hay pruebas creíbles de que los vehículos aéreos no tripulados, equipados con sensores canadienses, hayan sido utilizados por Azerbaiyán para cometer o facilitar violaciones graves del Derecho Internacional Humanitario. Por su parte, los soldados armenios aseguraron que los drones azeríes contaban con materiales producidos por L3 Harris WESCAM en Burlington, Ontario.

El ministerio de Asuntos Exteriores canadiense publicó posteriormente la documentación íntegra sobre la investigación, realizada por Global Affairs Canada con el respaldo del Departamento de Defensa Nacional. El informe arroja, según palabras del ministro, “pruebas creíbles de que la tecnología canadiense exportada a Turquía se utilizó en Nagorno-Karabaj”.

En esta captura de fotogramas realizada a partir de un vídeo facilitado por las Fuerzas de Karabaj, el lunes 4 de abril de 2016, un dron arde tras ser derribado por las fuerzas armenias en Nagorno-Karabaj, Azerbaiyán

Uno de los puntos que denuncian las autoridades de Canadá son las transferencias del Gobierno turco de los drones UAV Bayraktar TB2, probablemente equipados con sensores canadienses, a las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán. Estos, según indica el informe, “podrían interpretarse como incompatibles con las garantías de uso final proporcionadas al Gobierno de Canadá en marzo de 2020”. “También es muy probable que el Gobierno turco desplegara los UAV TB2 en apoyo de la GNA en Libia, pero no hay pruebas creíbles suficientes para confirmar si dichos UAV estaban equipados con sensores canadienses”, agrega el documento.

Sin embargo, el informe no ha mostrado evidencias palmarias acerca del uso irregular del material armamentístico canadiense. La documentación recoge que “el Departamento [de Defensa Nacional] no está en condiciones de confirmar el desvío de bienes y tecnología militares canadienses exportados a Turquía”. Aunque la misma matiza que determinadas acciones del Gobierno turco “podrían interpretarse como incompatibles con las garantías de uso final proporcionadas al Gobierno de Canadá en marzo de 2020”.

“El Departamento evalúa que, en general, no existe un riesgo sustancial de que las exportaciones canadienses de bienes y tecnología militar a Turquía socaven la paz y la seguridad, ya sea a nivel nacional o regional”, concluye el informe. Tampoco indica que estas sean constitutivas de actos de terrorismo, o para cometer o facilitar delitos en virtud de los convenios y protocolos internacionales relativos a la delincuencia organizada transnacional.

El ministerio de Asuntos Exteriores canadiense mantiene su apoyo a Turquía, como aliada de la OTAN, con respecto de las actividades del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). En el documento remite, además, que las fuerzas turcas han estado utilizando vehículos aéreos no tripulados, “probablemente con material canadiense”, en su lucha contra el PKK dentro de Turquía. “Turquía es también un socio importante en la lucha contra el terrorismo y participa en la Coalición Global contra el Daesh, así como en la Misión de la OTAN en Irak”.

El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu
Canadá atempera sus relaciones con Turquía

Marc Garneau, ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, trasladó la decisión del Ejecutivo a través de una misiva. El propio Garneau mantuvo una conversación con su homólogo turco, Mevlüt Çavusoglu, en la que acordaron “un mecanismo de diálogo entre los funcionarios canadienses y turcos para construir una confianza mutua y una mayor cooperación en los permisos de exportación”.

Turquía, sin embargo, ha mostrado su descontento sobre la decisión del Gobierno canadiense. Ankara ha denunciado la supuesta hipocresía de Canadá, ya que envía continuamente armas a Arabia Saudí a pesar de su papel en la guerra de Yemen y su historial de violaciones en materia de Derechos Humanos. Çavusoglu exigió a su homólogo canadiense a revertir la medida, y la Embajada turca en Ottawa advirtió a los aliados de Turquía que “eviten pasos poco constructivos que afecten negativamente a nuestras relaciones bilaterales y socaven la solidaridad de la alianza”, señaló un comunicado de la embajada turca en Ottawa. 

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, a la izquierda, y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y su esposa, Emine Erdogan, llegan a la cena oficial en la víspera de la ceremonia internacional por el centenario del armisticio de la Primera Guerra Mundial del 11 de noviembre de 1918 en el Museo de Orsay, en París, el sábado 10 de noviembre de 2018

Canadá ha mostrado su preocupación por el “retroceso democrático” en Turquía. El país norteamericano ha denunciado los intentos del Gobierno de reprimir a la oposición y la libertad de expresión, las restricciones a los medios de comunicación y las detenciones arbitrarias. Sin embargo, la investigación incluye que “a pesar de los desafíos en materia de DDHH, Turquía es un país con instituciones democráticas sólidas y una cultura de resistencia democrática continua”.

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