El Comité Constitucional sirio se reunirá por cuarta vez esta semana en Ginebra con el objetivo de redactar una nueva Constitución para el país

Comienza la cuarta ronda de negociaciones para la paz en Siria

photo_camera AFP/FABRICE COFFRINI - El enviado especial de las Naciones Unidas para Siria, Geir Pedersen, en una conferencia de prensa antes del cuarto período de sesiones del Comité Constitucional de Siria, el 29 de noviembre de 2020

El llamado Comité Constitucional sirio, formado por 150 miembros que representan al Gobierno, la oposición y a la sociedad civil – medio centenar por cada parte –, se reúne esta jornada de nuevo en la que será la cuarta ronda de negociaciones sobre el futuro de Siria. Estas negociaciones están auspiciadas por Naciones Unidas y el enviado especial de la ONU para Siria, el noruego Geir Pedersen. La anterior, que tuvo lugar en agosto debido a las restricciones por la pandemia, y las dos primeras que tuvieron lugar en noviembre del año pasado, apenas un mes después de la creación del comité, evidenciaron el distanciamiento que existe entre Ejecutivo y oposición, y la dificultad para alcanzar acuerdos de peso.

Geir Pedersen anunciaba el domingo en rueda de prensa que para estas negociaciones “no hay fecha límite”, lo que debería facilitar llegar a un acuerdo. “Las reuniones se sucederán hasta el viernes, y luego se retomarán en enero”, precisaba el enviado especial de la ONU. A pesar de la desconfianza entre las partes, Geir Pedersen confía en que se puedan sentar las bases de esta nueva carta magna a principios de 2021. La oposición, encabezada en estas negociaciones por Hadi al-Bahra, no comparte el optimismo, ya que considera que Al-Asad busca alargar el proceso, mientras en paralelo consolida su avance militar con el que fortalecer su papel en las negociaciones.

Comité Constitucional de Siria en la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra

El diplomático noruego ha hecho los deberes de cara a esta nueva ronda de negociaciones, y siendo consciente de la influencia de muchos actores externos en el conflicto sirio, ha llevado a cabo una serie de viajes a algunos de estos países para tomar el pulso de la forma en la que se están tomando el proceso. Pedersen se ha trasladado así a países como Turquía, Arabia Saudí, Egipto, Irán y Rusia, además de haberse reunido con la Liga Árabe, tratando de garantizar la mejor sintonía posible antes de que se diese comienzo a esta nueva ronda y evitar fiascos como el que tuvo lugar hace un año, cuando la segunda ronda se dio por perdida directamente desde el primer día.

La Resolución 2254 de Naciones Unidas, aprobada por el Consejo de Seguridad a finales de 2015, recoge la necesidad de revisar la actual Constitución siria, que data de 2012. Además, se incluía la necesidad de llevar a cabo elecciones bajo su supervisión. Con este comité se busca aplicar lo recogido en dicha resolución y tratar con ello de poner fin a un conflicto que ha dejado casi 400.000 muertos desde 2011.

El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, a la derecha, y el enviado especial de las Naciones Unidas para Siria, Geir Pedersen, antes de sus conversaciones en Moscú, Rusia, el jueves 19 de noviembre de 2020

“Sabíamos que tendríamos que superar una gran desconfianza y que eso llevaría tiempo. Espero que comencemos a generar esa confianza entre las partes”, declaraba Geir Pedersen durante la rueda de prensa del domingo. Los objetivos marcados no son fáciles de conseguir para una situación que parece estancada desde hace años y en la que tienen intereses multitud de actores, incluidos algunos, como Turquía o Rusia, cuya presencia en la región es cada vez más creciente, no sólo en Siria, sino también en Libia. 

Edificios destruidos aparecen en el campamento palestino de Yarmuk, en las afueras meridionales de la capital siria, Damasco, el 25 de noviembre de 2020

Según Naciones Unidas, el conflicto sirio ha dejado más de seis millones de desplazados internos, la cifra más alta del mundo, de los cuales más de un tercio son niños. Unos números que dan fe de la violencia que se ha vivido en el país durante la última década, tras las protestas surgidas contra el régimen de Bachar al-Asad en el contexto de las Primaveras Árabes que recorrieron el norte de África y parte de Oriente Medio, dejando en Siria la peor situación de todas. Con el paso de los años y la ayuda internacional en la lucha contra el autoproclamado Estado Islámico, las fuerzas leales a Damasco se han ido haciendo con el territorio perdido en los primeros años, cuando las diferentes milicias islamistas y opositoras a Al-Asad se hicieron con una gran parte del territorio. Entonces se puso en duda la continuidad de los Al-Asad al frente del país, pero, casi diez años después, son parte imprescindible de la resolución del conflicto que estos días se discutirá en Ginebra, y cuyo representante del Gobierno será Ahmad Kuzbari. 

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