La oposición en bloque ha tomado las calles de forma masiva para protestar contra la hoja de ruta del presidente Kais Saïed

Comienzan los trámites para redactar una nueva Constitución en Túnez

PHOTO/Tunisian Presidency - El presidente Kais Saïed supervisa la toma de posesión del presidente de la Comisión Electoral Superior Independiente y sus miembros, Túnez, 12 de mayo de 2022

El comité consultivo designado por el presidente Kais Saïed para la redacción de una nueva Carta Magna se ha reunido por primera vez este sábado en el Palacio de Cartago, la residencia del jefe de Estado tunecino, para iniciar un proceso que dote al país de un nuevo marco constitucional. Dirigidas por el jurista Sadok Belaïd, profesor emérito en la Universidad de Túnez, las consultas deben de finalizar antes del próximo 25 de julio, fecha en que está fijado el referéndum.

“La nueva Constitución deberá dejar atrás los problemas económicos, sociales, culturales y educativos”, ha apuntado Belaïd al comienzo de su alocución. El experto en Derecho Público y enemigo acérrimo del partido islamista Enhada ha solicitado a los miembros de la comisión que redacten antes del martes un documento de dos páginas que contenga “su visión y filosofía” para Túnez en los próximos 40 años y cómo materializar esas ideas en la Carta Magna.

El órgano consultivo, integrado por los decanos en Derecho y Ciencias Políticas de la academia tunecina, lugar del que procede el propio Saïed, se encargará de la elaboración de las nuevas leyes fundamentales del Estado que sucederán a las establecidas en 2014, en cuya redacción participó el ahora presidente. Las competencias del comité pasan también por realizar estudios y propuestas en los ámbitos político, jurídico, económico y social.

En principio, el órgano estaría compuesto por dos subcomités en los que también participarían diversas asociaciones como la Confederación Tunecina de Industria, Comercio y Artesanía (UTICA), la Asociación Nacional de Abogados (ONAT), la Liga Tunecina para la Defensa de los Derechos Humanos (LTDH) y la Unión General de Trabajadores (UGTT), el sindicato más importante del país, excluyendo del proceso a las formaciones políticas mayoritarias como Enhada o el Partido Desturiano por no acatar la hoja de ruta de Saïed.

Contra todo pronóstico, la UGTT, una baza clave con la que contaba el presidente, rechazó formar parte de las deliberaciones por “no cumplir las condiciones para un diálogo real y significativo”, y organizó una huelga general para el 16 de junio que tiene el objetivo de paralizar el país después de que el nuevo Gobierno de Najla Bouden, la primera mujer jefa de Gobierno en un país árabe, se negase a incrementar los salarios.

Saied Bouden

“La huelga del 16 de junio podría convertirse en violencia de forma deliberada para dar una razón al Ejército y a la comunidad internacional para despedir a Saïed. Podrían acusarle de trastorno mental y obligarle a dimitir”, traslada a Atalayar el consultor tunecino Mourad Teyeb.

“La UGTT ha apoyado a Saïed desde el principio. Incluso cuando las medidas del presidente empezaron a perder popularidad, se mantuvieron a su lado porque su fracaso significaba la victoria de los islamistas”, recuerda Teyeb. “Su reciente cambio de posición tiene razones: están seguros de que Saïed está acabado”. Sin embargo, el mandatario parece decidido a mantener a toda costa sus planes para Túnez. 

La semana pasada, Saïed emitió un decreto por el cual convocaba de forma oficial el referéndum para la votación de la nueva Carta Magna. La fecha límite sería el 25 de julio. Ese día, los tunecinos podrán acudir a las urnas desde las 6.00 y las 22.00 hora local y deberán de responder a la pregunta: “¿Aprueba el borrador de la nueva Constitución de la República de Túnez?”. Solo hay dos salidas posibles, el ‘sí’ o el ‘no’. Los tunecinos residentes en el extranjero, por su parte, podrán votar entre el 23 y el 25 de julio.

Hasta entonces continuará el proceso de confección legal. Salih Yasun, analista político experto en Túnez, espera que “dado el poco tiempo que queda para el referéndum programado, muchas de las cláusulas de la Constitución actual sigan vigentes, aunque se amplíe sustancialmente la autoridad del presidente”. “A esto le seguirá una nueva ley electoral basada en el voto por distrito único con el objetivo de debilitar a los partidos”, anticipa para Atalayar a falta de ocho semanas para la votación.

“El plan que anunció antes de presentarse a la presidencia era tener una especie de democracia directa mezclada con un sistema presidencialista. En consecuencia, las elecciones tienen lugar en el nivel local más bajo, del que se eligen los representantes a través de un sorteo”, añade Yasun. Saïed consideraba ambigua la última Constitución, que dividía la autoridad entre el presidente del Parlamento, el primer ministro y el presidente sin acotar con claridad sus prerrogativas.

Manifestaciones Túnez

Pero la hoja de ruta de Saïed, que decidió en julio de 2021 cesar al Gobierno del ex primer ministro Hicham Mechichi, disolver el Parlamento y suspender la Constitución para arrogarse plenos poderes en virtud de una polémica interpretación del artículo 80 de la Carta Magna, “una intervención con un fuerte apoyo de los militares, así como de una abrumadora mayoría de ciudadanos” como apunta Yasun, encuentra cada vez más resistencia entre la sociedad civil y los principales partidos de la oposición.

Decenas de simpatizantes de los partidos de la oposición salieron el sábado a las calles para protestar contra la redacción del nuevo documento legal. Solo la Policía tunecina impidió que los manifestantes, catalogando como “ilegítimo” el comité consultivo reunido en Cartago por estar al servicio de las ambiciones autoritarias del presidente Saïed, cercaran la sede de la Comisión Electoral. Al frente de las manifestaciones se situaron cinco formaciones políticas entre las que se encuentran Enhada y el Partido Desturiano, partidos rivales que comparten oposición respecto del presidente.

Saïed lleva un año gobernando por decreto ante las advertencias de la comunidad internacional. En los últimos meses ha venido acelerando su reforma constitucional desmontando la arquitectura institucional con el nombramiento de un nuevo Ejecutivo, el desmantelamiento del Consejo Superior de la Magistratura –máximo órgano judicial del país–, la disolución definitiva del Parlamento y más recientemente con la destitución de 57 jueces por presuntos casos de corrupción y protección del terrorismo.

“No fue una sorpresa. Lo planeó hace meses”, señala Teyeb. “Solo despidió a los que se oponían a él y a su hoja de ruta. Sus decisiones no tienen nada que ver con la lucha contra la corrupción. La lista de jueces que van a ser destituidos comprende más de 200 nombres. Los anunciará en el futuro. Saïed sólo disuelve las organizaciones que se le oponen o se mantienen independientes”.

Kais Saied

El carismático jurista de 64 años, que llegó al poder en 2019 sin adscripción política con más del 70% de los votos, intenta imprimir su visión para Túnez. Yasun le define como “un ‘outsider’ sin experiencia que consiguió explotar con éxito la frustración de los tunecinos con la clase política, sobre todo su incapacidad para traer el desarrollo económico que había prometido”. El presidente culpó a los partidos, en especial a los islamistas de Enhada, de haber lastrado el desarrollo del país.

“Ennahda llevó a cabo tareas múltiples y a veces contradictorias. Por un lado, intentó reformar las instituciones. Por otro, trató de colocar a sus seguidores en puestos clave para garantizar su supervivencia”, apunta el analista. “Ennahda ha sido uno de los partidos gobernantes desde 2013, pero nunca ha gobernado Túnez en solitario. La corrupción siempre existió, pero se hizo visible después de la revolución debido a los mayores niveles de libertad de prensa y de asociación. Podría decirse que Ennahda también ha contribuido a esta percepción, ya sea por algunos casos destacados o por las personas con las que ha decidido aliarse”.

“Sin embargo, el Estado tunecino está muy segmentado y Ennahda nunca pudo controlar sus instituciones más cruciales, como el aparato de seguridad o la UGTT”, asegura Salih Yasun. Saïed trata ahora de hacerse con todos los resortes del poder que los islamistas no alcanzaron, pero su verdadera legitimidad parece emanar de la calle. “Según una encuesta realizada por teléfono por Sigma Conseil en abril de 2022, Saïed gana unas hipotéticas elecciones presidenciales con un 84% de los votos”, explica el analista.

El consultor Mourad Teyeb cree que su apoyo “se desvanece poco a poco”. “Si creemos en las encuestas creíbles, así como en los resultados de su llamada consulta nacional, no cuenta con el apoyo de más del 4% de los tunecinos. El pasado 8 de mayo, no pudo reunir a más de 300 o 400 personas en una manifestación en Túnez, aunque se movilizaron todas las instalaciones y la logística del Gobierno para que la gente asistiera”.

Yasun apunta en esta dirección y se muestra “escéptico” en relación con los últimos sondeos. “Observo una sensación de agotamiento entre los tunecinos. Yo estimaría que probablemente todavía tiene la mayor parte del apoyo, pero se está erosionando gradualmente”.

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