La cumbre de Acción Climática celebrada estos días en Naciones Unidas supone un paso más allá de lo acordado en París en 2015.

Compromisos y oportunidades para las empresas tras la Cumbre de Acción Climática 

En primer lugar, porque ha sido convocada de forma extraordinaria por el Secretario General de NNUU para emplazar a los Estados a que incrementen sus objetivos de reducción de emisiones, una vez comprobado que con lo que lo que habían reportado hasta el momento estaríamos en un escenario de incremento de la temperatura de más de 3o, lo que nos situaría en terreno desconocido para la vida en el planeta. Y, por otro lado, porque ha conseguido trascender los muros de Naciones Unidas para saltar a otros ámbitos de la sociedad. Entre ellos, y con más fuerza que en otras ocasiones, al mundo empresarial, conscientes del cambio de paradigma que se avecina y de las oportunidades que puede suponer. 
Compromisos de los estados 
Han sido muchos los Estados que han incrementado sus compromisos de reducción de emisiones, han adelantado los plazos de descarbonización de sus economías y han prometido inversiones mayores para el desarrollo de energías renovables y para dotar de más recursos al Fondo Verde, el mecanismo para ayudar a países en desarrollo en la adaptación y mitigación del cambio climático. En ese sentido, aunque se esperaba – y se necesita – más ambición por parte de China, la incorporación de Rusia al Acuerdo de París ha sido saludada como un gesto positivo. De esta forma las posiciones negacionistas del cambio climático encabezadas por Trump y Bolsonaro van quedando progresivamente arrinconadas. 

Unión Europea 
Aunque la Unión Europea no ha presentado un plan como tal debido a la situación de 
interinidad en que se encuentra la Comisión Europea por las recientes elecciones, Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, ha anunciado en la cumbre que se prevé un compromiso del conjunto de la UE de reducción de un 55% de sus emisiones en 2030, lo que significaría incrementar en 15 puntos el plan presentado en 2015 en el Acuerdo de París. Tusk afirmó en la Cumbre que el objetivo que planea proponer a la nueva Comisión supone que al menos una cuarta parte del próximo Presupuesto de la UE a largo plazo tenga relación con las políticas climáticas. 
Es sabido también que la presidenta de la Comisión plantea reconvertir áreas centrales del Banco Europeo de Inversiones en un “banco para el clima”, lo que supone destinar un billón de euros para invertir en la próxima década en este campo. No obstante, estas políticas están pendientes de aprobación por la nueva Comisión, y dependerán en buena medida de la posición que adopten países como Polonia, Hungría y la República Checa, críticos con el compromiso de neutralidad en carbono en 2050 debido a su vinculación con el carbón. 
En la parte más ambiciosa dentro de Europa, en la Cumbre vimos a Macron planteando que las políticas exteriores de la Unión Europea incorporen criterios de lucha contra el cambio climático y conservación de los bosques, en clara alusión a las políticas contrarias de Trump y Bolsonaro. 
Principales avances 
El principal avance de la Cumbre de Acción Climática ha sido el anuncio de la Alianza de Ambición Climática, en la que 59 naciones han expresado su compromiso para elaborar planes de acción climática reforzados, incrementando así las contribuciones nacionales, y otras 11, entre los que se encuentra España, han iniciado ya ese proceso para aumentar la ambición en 2020, como se detalla aquí. 
Este acuerdo se complementa con otros que buscan no sólo acelerar la transición, sino determinar sus perfiles. En esa clave hay que entender la Acción Climática por el Trabajo, iniciativa conducida por España y Perú con el apoyo, entre otros, de la OIT y que ha conseguido la adhesión de 40 países. La iniciativa cuenta con el respaldo de nueve empresas multinacionales, comprometidas con los derechos laborales marcados por la OIT. 
Los Estados adheridos a la iniciativa se comprometen a elaborar Planes Nacionales para una Transición Justa, Trabajo Decente y Empleos Verdes. Estos planes habrán de contar con la identificación de las oportunidades de empleo en los procesos de descarbonización, así como la caracterización de las habilidades y competencias que necesitan los trabajadores y trabajadoras para ser parte activa de la transición ecológica. 
Entre las empresas firmantes destacan multinacionales españolas como Iberdrola, Acciona, Endesa y Ferrovial, junto a referentes internacionales como Engie, Orsted y Sodexo Iberia. En el ámbito español, esto se ha traducido en una coalición de más de 80 empresas y organizaciones empresariales, entre las que se encuentra la CEOE, comprometidas con la transición justa. 

Sectores de actuación 
Si prestamos atención a los sectores, además del energético, clave en la transición ecológica, ha adquirido protagonismo en esta cumbre el impulso a la transición justa en el sector industrial y en el agrícola, ambos necesitados de considerables esfuerzos para alinearse con la agenda climática y con el conjunto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Como hemos podido comprobar recientemente, se trata de sectores especialmente vulnerables, por lo que hay que extremar las medidas de acompañamiento. El caso de los granjeros holandeses es altamente revelador. 

El papel de las empresas 

Junto al compromiso de los Estados, las empresas han dado también pasos importantes. 87 corporaciones, que en conjunto suponen una capitalización de mercado de más de 2,3 billones de dólares, con 4,2 millones de empleados de 28 sectores y con sede en 27 países, se han comprometido a cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Estas empresas se comprometen a alinear sus negocios con la ciencia, es decir, a establecer objetivos de acuerdo a las evidencias que la ciencia va generando. 
Para que todo esto sea posible es imprescindible que el sector financiero se ponga del lado de la transición ecológica. Durante la celebración de la cumbre en Naciones Unidas 130 bancos de todo el mundo han firmado los Principios de Banca Responsable promovidos por la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI). Con la asunción de estos principios las entidades financieras se comprometen a alinear sus negocios con el Acuerdo de París sobre Cambio Climático y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los españoles BBVA y Santander fueron dos de los treinta que impulsaron la iniciativa, a la que se han sumado ya también CaixaBank, Bankia, Banco Sabadell, Grupo Cooperativo Cajamar y Laboral Kutxa. En conjunto, estas 130 entidades comprometidas con los Principios de Banca Responsable representan más de 47 billones de dólares en activos. 
Se autoriza la difusión y reproducción del material contenido en esta Nota técnica para fines comerciales o no comerciales, citando en todo caso la fuente de los materiales utilizados. 

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato