Consejo Presidencial de Gobierno en Yemen: oportunidades y amenazas
Se abre una nueva etapa en Yemen con el nombramiento de un Consejo que reúne a todas las fuerzas políticas antihutíes
Desde la capital de Arabia Saudí, Riad, en un decorado palaciego de colores satinados, de terciopelos y patinado de oro, Abd al-Rahman Rabbuh al-Mansur al-Hadi (de aquí en adelante Hadi) anunciaba en la televisión estatal de Yemen su decisión de deponer la autoridad de Gobierno de Yemen sobre los hombros de un Consejo de Gobierno a partir de ese día.
El presidente en el exilio de Yemen daba finalmente el paso un 7 de abril de 2022 y cedía el poder a una nueva autoridad compuesta por 8 políticos, militares y hombres influentes del país arábigo, sumergido en una guerra civil desde 2014. La decisión fue inmediatamente aplaudida por los gobernantes de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, padrinos del Gobierno en el exilio de Yemen, y líderes de la coalición militar que ha luchado contra los rebeldes hutíes hasta la tregua del mes de abril.
El cambio se produce en un momento decisivo. La guerra parece llegar a un punto muerto. Mientras que la Coalición Árabe consigue hacer algunos avances militares en la región por primera vez en cuatro años y frenar la conquista de Marib por parte de los hutíes, estos últimos responden con ataques de misiles y drones contra Emiratos y Arabia Saudí. A los ataques sobre Jeddah o Abu Dabhi, Arabia Saudí contestó con un incremento de sus bombardeos contra Saná, capital de Yemen, lo que condujo a la situación de punto muerto, o de "equilibrio militar”. La fuerza no iba a poder desatascar la situación. Tras ello llegó la tregua mediada por Naciones Unidas, y que dura ya más de 2 meses.
Todos los ojos están ahora puestos en este nuevo Consejo de Gobierno y en sus capacidades para desbloquear la situación política en Yemen, reuniendo a todas las fuerzas antihutíes del país. ¿Es este el paso definitivo para encaminar Yemen hacia la paz?
Traspaso de Poder
La mayoría de los grupos analistas centrados en la cuestión, South 24, Crisis Group y la prensa especializada, coinciden en que la decisión ha sido motivada de forma casi coercitiva por las autoridades saudíes, que tras su destitución han puesto a Hadi bajo arresto domiciliario e incomunicado. Si bien funcionarios saudíes han declarado que "Arabia Saudí no ha orquestado la destitución de Hadi ni ha amenazado con denunciar una supuesta corrupción", la Coalición Árabe dispuso para el nuevo Gobierno de Yemen una suma de 3.000 millones de dólares en ayudas tras el comunicado de Hadi.
El traspaso de poder, tal y como reza el comunicado oficial firmado por Hadi, lega todos los poderes presidenciales de Yemen al nuevo Consejo de Gobierno, algo que de facto se ha hecho posible gracias a la “oportunidad política”, es decir gracias al respaldo de las fuerzas implicadas en el conflicto. El Consejo de Gobierno tiene desde el momento de la firma todos los poderes en Yemen en lo que respecta la defensa de la República y la política exterior del Estado.
De iure la legalidad de la jugada saudí podría estar en contradicción con la maltratada Constitución de Yemen, de acuerdo Zaid Al-Ali, senior adviser para International IDEA, especializado en procesos constituyentes. “¿Esta decisión de traspaso de poder presidencial tiene algún peso constitucional y legal en Yemen? La respuesta parece ser que no”, afirma Zaid Al-Ali a través de la red social Twitter. Las decisiones presidenciales de Hadi llevan saltándose la Constitución desde hace varios años. El mismo decreto de traspaso de poder que firma Hadi el día 7 de abril termina aclarando que “cualquier artículo de la constitución de Yemen que contradiga al decreto pasa a ser anulado”.
El Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), no es el único actor de la comunidad internacional que ha aplaudido el cambio de poder en Yemen. Turquía también ha mirado con buenos ojos este nuevo paso, tanto como el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la misión especial para Yemen. “La asunción de responsabilidades -de acuerdo con este traspaso de poderes- por parte del Consejo de Liderazgo Presidencial (PLC) del Gobierno de Yemen refleja un conjunto más amplio de actores políticos”, aclara la nota de prensa del Consejo de Seguridad.
El Consejo de Gobierno
El nuevo órgano de máximo poder de Yemen lo forman 8 hombres de distintos contextos, pero elegidos en consenso por las fuerzas que apoyan más de cerca al bando gubernamental de Yemen. Es acompañado por un consejo de consulta compuesto por otros casi 50 nombres de políticos, empresarios y militares yemeníes.
- Rashad Al-Alim es aquel al frente del Consejo de Gobierno. Se trata de una figura política veterana y consolidada en Yemen, con fuertes lazos con Arabia Saudí. Anteriormente era asesor de Hadi y ejercerá en el Consejo de Gobierno como un ‘primus inter pares’. Su carrera política en las altas esferas comenzó cuando fue el ministro de Interior en los años 2000. De acuerdo con la agencia AP, Al-Alim tiene también fuertes vínculos con el partido político Islah, filial yemení de los Hermanos Musulmanes.
- Sultan Al Aradah también tiene asiento en el Consejo de Gobierno. Es el gobernador de la provincia de Marib, una de las más importantes del país por sus recursos energéticos. De acuerdo con el perfil que le dedica la periodista Nada Al-Taher para The National News, Al Aradah es un líder nato desde su nacimiento en el seno de una de las familias tribales más importantes de Marib. Ha destacado por su eficacia a la hora de resolver disputas entre tribus y bandos políticos a nivel local y regional. Unas cualidades muy apreciadas teniendo en cuenta la intención del Consejo de Gobierno de llegar a un pacto con los hutíes para acabar la guerra.
- Brig Al Zubaidi, militar de alto rango de la aviación yemení. Ya dirigió los combates en la pasada guerra civil del sur de Yemen durante el Gobierno de Saleh. Tras su derrota en la batalla de Adén, Al Zubaidi se exilió a Djibouti hasta volver dos años después del fin de la guerra civil en 1994. Desde entonces se ha convertido en un portavoz del movimiento autonomista del sur de Yemen. Entre 2015 y 2017 fue gobernador de Aden, el principal puerto del país. Desde 2017 es el presidente del Consejo Transicional del Sur de Yemen.
- Tariq Saleh, sobrino del mandatario Abdullah Saleh, es el líder de las Fuerzas de Resistencia Nacional, una milicia armada no afiliada al Gobierno en el exilio del expresidente Hadi.
- Abdurahman Al Muharrami Abu Zaraa, comandante en jefe de la Brigada de los Gigantes, otra milicia armada antihutí compuesto por entre 20.000 y 30.000 efectivos, lo que hace de ella el grupo armado irregular más grande de Yemen, con el apoyo militar y financiero de los Emiratos Árabes Unidos.
- Abdullah Al Alimi Bawazeer, miembro del partido islamista Al-Islah, filial local de los Hermanos Musulmanos. Hasta la formación del consejo había sido miembro del gabinete de Hadi.
- Faraj Salmin al-Bahsani es el gobernador de la provincia de Hadramaut, además de un oficial del Ejército regular de Yemen. Pertenece a la formación política Congreso General del Pueblo. Hadramaut es la provincia más grande de Yemen.
- Othman Hussein Megali es un diputado de la Asamblea de Yemen, además de un jefe tribal en Saada, la provincia al norte del país y con una fuerte presencia de los hutíes desde el inicio de la guerra civil.
Los cambios en el futuro
Los rumores y la espera de un cambio en la cúpula de poder del gobierno en el exilio o son reciente. Desde 2020 los analistas del Saana Center, de South 24 o de Crisis Group hablaban ya de una reforma total del poder del bando gubernamental. Tal y como explica Peter Salisbury, analista senior en Crisis Group, los bandos antihutíes llegaron a la conclusión que mantener el status quo del Gobierno Hadi en el exilio no era una opción viable. “En general, se reconoció que Hadi ejercía poco o ningún control, o incluso influencia, sobre la mayoría de las principales agrupaciones antihutíes ahora representadas en el consejo”, apunta Salisbury en su análisis ‘Behind the Yemen Truce and Presidential Council Announcements’. Únicamente las intervenciones de Emiratos Árabes Unidos eran capaces de poner orden entre las distintas facciones políticas de Yemen. Dentro de los bandos antihutíes, Yemen se divide principalmente entre el norte y el sur, siendo la parte sur tradicionalmente secesionista, desde la guerra civil de los años 90. Adén contra Saná.
El primer reto que deberá afrontar el Consejo de Gobierno, de acuerdo con Maged Al-Madhaji, analista senior del Saana Center, será el de gobernar, luchar y negociar. Dos escenarios se abrirían frente al Consejo de Gobierno. El primero vería florecer una tregua larga y estable durante la cual la negociación con los hutíes permita establecer un punto de partida sujeto a condiciones favorables a ambos bandos. En el segundo escenario, un fracaso de la tregua llevaría al retorno de las hostilidades y al empeoramiento de las ya nefastas condiciones económicas y humanitarias de Yemen. El “equilibrio militar” tras los bombardeos tanto en Yemen como en Arabia Saudí, así como la voluntad de la CCG de terminar con el conflicto armado apuntan con esperanzas al primer escenario, el de las negociaciones. Según Al-Madhaji, incluso los hutíes son conscientes de que la solución militar en Yemen ya no es viable y que no puede aportar avances a las negociaciones.
Por otro lado, otro de los riegos del Consejo de Gobierno es repetir los mismos errores que las precedentes formaciones en Yemen. En la historia del país ya han existido varios Consejos de Gobierno que han fracasado repetidamente. Este nuevo deberá de mantenerse cohesionado pese a tener a diversos grupos políticos en su seno, y mantener a raya las distintas corrientes en estos mismos grupos.
De acuerdo con Maysaa Shuja Al-Deen, analista del Sanaa Center, la elección de Rashad al-Alimi es una decisión muy “interesante”. Su experiencia política y sus conexiones deberían de serle de ayuda para gestionar los conflictos que pudieran surgir dentro del Consejo de Gobierno. El traslado del Gobierno a Adén, donde han jurado su cargo, debería también ser algo que juego a favor del nuevo órgano de poder. Pese a haber sido nombrado y anunciado fuera de Yemen, todos sus componentes siempre han estado muy cerca del terreno y de las operaciones en el país.
Para alcanzar la estabilidad entre las fuerzas antihutíes, la destitución del primer ministro de Hadi fue clave. Los grupos políticos del sur de Yemen se sienten mucho más en seguridad ahora, además de tener asiento en el Consejo de Seguridad.
El director del centro de estudios South24, Yaqub Al-Sufyani, consideró en una entrevista concedida al medio Al-Arab que las condiciones económicas de Yemen también son clave para alcanzar una cohesión en el bando antihutí. De acuerdo con Al-Sufyani, conseguir que todos los ingresos de las regiones controladas por el bando gubernamental sean regularizados correctamente a través del Banco Central de Adén es una condición esencial. “Los dilemas económicos pueden socavar significativamente el consenso del Consejo de Gobierno”, afirmó Al-Sufyani en la misma entrevista.
En el aspecto económico todavía, 7 años de mal gobierno han creado una gran cantidad de expedientes sin resolver entre los cuales destacan numerosos impagos a funcionarios y empresas de servicios, que han afectado muy negativamente al funcionamiento eficaz del país.
Los expedientes de seguridad también han sufrido un importante lastre en los últimos años a causa de la administración Hadi. Los grupos terroristas como Al Qaeda y el Daesh campan a sus anchas en algunas regiones del sureste de Yemen, sin que se encuentren con una oposición firme por parte de las fuerzas afines al bando gubernamental.
El analista militar Al-Awbali, entrevistado por Al-Arab pone el foco en la necesidad de una coordinación militar centralizada y en la puesta en marcha de una inteligencia militar efectiva, que ahorrarían hasta en un 50% los gastos militares de Yemen. “El Ejército nacional de Yemen sufre una gran corrupción y de una gestión desorganizada por parte del Ministerio de Defensa y sus departamentos afiliados, ya que se formaron facciones y nudos de poder dentro del mismo ministerio, sus delegaciones etc…” Sigue explicando Al-Awbali.
Con estos objetivos y retos, pero también con unos puntos muy positivos en comparación con el anterior Gobierno, el Consejo formado en abril tiene una dura tarea de conseguir la paz en Yemen. Por suerte, se puede esperar que debido a las condiciones antes mencionados, la tregua se mantenga y tanto los hutíes como la Coalición Árabe dejen las armas. El consenso y el liderazgo de Rashad Al-Alim debería permitir volver a poner orden en el bando gubernamental y a compartir el poder que antes solo ostentaba el partido Islah, para favorecer a las demás formaciones y encontrar soluciones que convengan a todo el espectro político y tribal.
