COP25: Los acuerdos no llegan y la crisis climática continúa
El cierre de la Cumbre del Clima, la COP25, prevista para el viernes 13, tendrá que esperar. Al menos lo que respecta a los resultados de las negociaciones y el comunicado final de la gran cita climática celebrado en España bajo la presidencia de Chile.
Sin que los Estados participantes hayan podido cerrar acuerdos específicos muchos en Ifema señalan a la COP26, en Glasgow, como la esperanza. Una vez más se pasa la pelota a otra cumbre, otro momento. El movimiento global social reclamando acción política que se ha hecho fuerte durante este año, y durante estas jornadas en Madrid es especial, no ha sido correspondido por las negociaciones políticas y técnicas que han tenido lugar durante la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático.
La segunda semana de la cumbre, la semana decisiva, la fase de Alto Nivel o ministerial, no ha producido los resultados esperados y todo indicaba que los representantes políticos seguirán negociando en Madrid hasta la mañana del sábado, por lo menos. Así, los negociadores no han avanzado al ritmo que se esperaba y han puesto en evidencia, una vez más, las diferencias entre países ricos y pobres. La notoria ausencia de los grandes emisores durante la COP25 ha evidenciado el distanciamiento y, sin duda, ha complicado cualquier acuerdo. Hay quienes también critican la falta de liderazgo de la presidencia chilena de la COP25 para lograr resultados.
El viernes, en la Feria de Madrid, donde se celebra la COP25, daba la sensación de que el plan de acción para la mitigación y la adaptación a la crisis climática estaba estancado en el mismo punto que hace diez días, antes de que comenzara la cumbre. "¿En cuántas COP hemos escuchado eso de que se acabó el tiempo de hablar y que era hora de actuar?", se preguntaba en voz alta una representante de la delegación argentina en Madrid que acompañaba al nuevo ministro de Ambiente del país, Juan Cabandié. Irónicamente Argentina ha mandado a dos delegaciones dado que el nuevo presidente Alberto Fernández asumió su cargo en el ecuador de la cumbre por lo que se produjo un relevo que poco bien hace.
Muchos consideraban la COP25 como una de transición previa a la COP26, en Glasgow, que marcará el inicio del Acuerdo de París, y al que se considera la reunión más importante sobre cambio climático desde que se firmara dicho acuerdo en 2015. Hoy llegamos al final de la Cumbre Mundial del Clima sin que la comunidad internacional haya podido cerrar un acuerdo sobre la regulación del mercado de carbono y sin compromisos ni planes que reflejan la necesidad de ampliar la reducción de emisiones por países, las dos cuestiones clave de este encuentro.
Las negociaciones sobre los mercados de carbono se han estancado durante toda la semana con los grandes contaminantes descartando endurecer sus recortes de emisiones. Las compensaciones de emisiones de carbono seguía siendo uno de los temas más controvertidos en la cumbre internacional sobre cambio climático. El famoso Artículo 6 del Acuerdo de París es papel de los mecanismos de mercado para reducir las emanaciones de gases de efecto invernadero es el principal tema de fricción entre los países del norte y del sur en la COP25. La compensación de emisiones de carbono permite a un país ayudar a alcanzar sus propios objetivos de reducción de emisiones financiando dicha reducción en otro país. Las empresas también utilizan cada vez más los créditos de carbono para compensar sus emisiones.
Mientras tanto la necesidad de lograr cambios específicos urgen. Las emisiones globales de efecto invernadero deben dejar de crecer de manera inmediata y caer a un ritmo del 7,6 por ciento cada año desde 2020 a 2030 para tener la posibilidad de limitar el calentamiento del planeta en 1,5 grados centígrados, según advirtió el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas (PNUMA), que insiste en que de no ser así no se alcanzará el reto marcado por el Acuerdo del Clima de París firmado en 2015.
El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) lleva varios años con mensajes inequívocos de la necesidad de actuar. Pero el lema de la COP25, 'Es Tiempo de Actuar', solo evidencia la incapacidad política que predomina. Lo que se celebra en España es que las cuestiones medioambientales que hasta hace poco estaban a la cola de la agenda social, política y económica del país se han convertido en mainstream. Por su parte el Gobierno no deja de repetir que, clima aparte, los 60 millones que han supuesto el coste de la COP25 dejarán un retorno de 100 millones para la Comunidad de Madrid.
El Pacto Verde Europeo, la ambiciosa política impulsada por la nueva presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, que fija el objetivo de descarbonizar la economía europea a mitad de siglo, ya ha encontrado su primer escollo. El bloqueo de Polonia hizo que los líderes de la Unión Europea fracasaran el jueves en su objetivo de lograr el compromiso unánime de alcanzar la neutralidad climática en 2050; en otras palabras, que la UE emita solo el CO2 que sea capaz de absorber en su territorio.
Convertiría a la Unión en el primer gran bloque mundial en fijarse una fecha concreta para desprenderse de las emisiones contaminantes, en línea con el Acuerdo de París contra la crisis climática algo que ahora tendrá que esperar. Los líderes volverán a intentar convencer a Varsovia en una nueva cumbre el próximo mes de junio, cuando se prevé que esté cerrado el presupuesto a largo plazo de la Unión Europea (2021-2027) y Polonia pueda saber de qué fondos dispondrá para sumarse al compromiso común. El precedente no ayuda: los líderes de la UE intentaron alcanzar la unanimidad para desprenderse del CO2 a mitad de siglo en la cumbre europea del pasado mes de junio, pero el objetivo fue vetado entonces por Polonia, Hungría, República Checa y Estonia.
