Sus líderes han trazado el camino para convertir al país en la cuarta potencia espacial de Asia y la séptima del mundo

Corea del Sur entra en la nueva carrera espacial para clavar su bandera en la Luna

photo_camera PHOTO/Reuters - El presidente surcoreano Moon Jae-in (derecha) se ha propuesto potenciar su sector espacial y llegar a la Luna mientras el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, se dedica a gobernar con mano de hierro el país que ha heredado

El presidente Moon Jae-in acaba de definir la ruta que va seguir Corea del Sur para “entrar con paso firme” en la nueva carrera espacial, seguir la senda de China, India y Japón y convertir en diez años al país en la cuarta potencia espacial de Asía y en una de las siete primeras del mundo.

Mientras el líder de Corea del Norte Kim Jong-un dedica gran parte de sus recursos a comprar y desarrollar sistemas de armas y gobernar con mano de hierro, Moon Jae-in se ha propuesto impulsar de manera activa las actividades espaciales nacionales, a lo que en 2021 va a dedicar un presupuesto de 553,1 millones de dólares en programas de satélites, lanzadores y equipamientos clave.

La principal aspiración del Gobierno de Seúl es “lograr en 2030 nuestro sueño de descender sobre la Luna mediante nuestro propio vehículo de lanzamiento”, ha afirmado Moon Jae-in el 25 de marzo, en el que ha sido su primer discurso dedicado en su integridad al ámbito espacial desde que asumió la presidencia de la República de Corea en mayo de 2017. 

El Gobierno de Seúl pretende posar en 2030 un módulo de superficie en la Luna. A modo de avanzadilla, una astronave será colocada el año próximo alrededor de nuestro satélite natural para comenzar los estudios

La primera etapa de los aspiraciones de exploración de la Luna anunciadas por el presidente Moon ha sido confirmar que en el año 2022 se lanzará al espacio la astronave Korea Pathfinder Lunar Orbiter, que orbitará la Luna para cartografiar los posibles lugares de descenso del módulo lunar previsto para 2030 y buscar depósitos de hielo de agua, aluminio, helio-3, silicio y uranio.

La misión está prevista que vuele con destino la Luna en agosto del próximo año. Pero en ausencia de un lanzador coreano que todavía se encuentra en desarrollo, el despegue se materializará desde Estados Unidos ‒el principal aliado de Corea del Sur‒ en un cohete Falcón 9 de la compañía SpaceX del magnate Elon Musk.

En su visita del 25 de marzo al Centro Espacial Naro, en la costa sur del país, el presidente Moon Jae-in fue informado de los progresos alcanzados en lanzadores y en los desafíos que presenta su puesta a punto
Tecnología estatal para el sector privado

Moon ha subrayado el papel clave que va a conceder al sector privado para fortalecer la competitividad internacional de la industria espacial coreana, que cuenta con las aportaciones de compañías de la importancia mundial, por ejemplo, de Samsung, LG, Kia, Hyundai y Korea Aerospace Industries.

En tal sentido, el presidente ha ordenado transferir “por etapas” a la iniciativa privada la tecnología desarrollada por los institutos estatales de investigación, a la vez que “intensificar” la construcción de un “ecosistema industrial innovador” para aprovisionar de equipos y colaborar con las más importantes empresas espaciales del mundo.

Otros objetivos estratégicos que ha anunciado consisten en crear una red experimental de plataformas de comunicaciones con tecnología 6G, un sistema de navegación y posicionamiento por satélite con ingeniería coreana ‒que considera esencial para potencias sus sectores de vehículos autónomos y drones‒, y varias constelaciones de nano satélites dedicados a fortalecer la defensa nacional y salvaguardar su independencia respecto a Corea del Norte.

Corea ha emplazado en órbita desde 1992 un total de 17 satélites de diferentes categorías y pesos, de los que ocho están operativos y nueve fuera de servicio

A muy corto plazo, los principales esfuerzos de Corea y su agencia espacial KARI, ‒acrónimo en inglés de Instituto de Investigación Aeroespacial de Corea‒ pasan por completar la puesta a punto del cohete llamado Nuri o KSLV-2, cuyo vuelo inaugural de demostración está programado para octubre próximo. Se trata del primer vector desarrollado en el país de tres etapas, propulsado por motores-cohete de combustible sólido con capacidad para transportar a la órbita terrestre baja un satélite de hasta 1,5 toneladas.

Corea no había podido penetrar en la tecnología de los motores de combustible sólido a causa de un acuerdo con Estados Unidos, que restringía su uso y fabricación, limitación que hace unos años quedó sin efecto. El despegue de los vehículos de lanzamiento coreanos se realiza desde Centro Espacial Naro, situado en el extremo sur del país, junto a la costa y a 485 kilómetros de Seúl. Allí se concentran las principales capacidades espaciales de la nación.

El satélite de observación de 500 kilos CAS500-1 ha sido el último en viajar al espacio. Fue el 22 de marzo desde el cosmódromo de Baikonur, junto al nano satélite 3B5GSat del operador español Sateliot
País veterano del espacio

Gestionado por el KARI, el Centro Espacial Naro alberga dos rampas de lanzamiento, una sala de control y seguimiento de vuelos, instalaciones para el montaje de lanzadores e integración de satélites, así como los equipamientos necesario para pruebas y ensayos. El presidente Moon Jae-in también ha decidido abrir las puertas del restringido sector de lanzamientos a la empresa privada y ha asegurado que va a levantar en Naro un lugar para sus actividades. 

La República de Corea no es un recién llegado al sector espacial. Desde 1992 ha situado en el espacio un total de 17 satélites de su propiedad de diferentes categorías y pesos, tanto de fabricación propia como extranjera. De todos ellos, nueve ya están fuera de servicio y ocho están operativos alrededor de la Tierra cumpliendo funciones relacionadas con las telecomunicaciones, la observación de la Tierra y la supervisión del medio ambiente.

El último en ser posicionado en el espacio lo fue hace muy pocos días. Es la plataforma de teledetección CAS500-1 de 500 kilos, que se encuentra en órbita a cerca de 500 kilómetros de altura y funciona correctamente. Primero de una serie de dos ejemplares, fue lanzado desde el cosmódromo ruso de Baikonur el 22 de marzo por un cohete ruso Soyuz-2, el mismo que colocó en el espacio al nano satélite 3B5GSat del operador español Sateliot, que el Gobierno autonómico de Cataluña pretendió hacer pasar como suyo bajo el nombre de Enxaneta.

Corea y España mantienen excelentes relaciones en todos los órdenes. Los Reyes Felipe VI y Leticia visitaron el país asiático en octubre de 2019 para reforzar más los intercambios y el grado de cooperación entre las dos naciones

La importancia que Corea brinda a su sector espacial es de tal nivel que Moon Jae-in ha avanzado que el primer ministro Chung Sye-kyun asumirá la presidencia del Comité Nacional del Espacio. Con esta medida confía en estrechar la coordinación entre las instituciones públicas y privadas y convertir al país en una de las siete potencias espaciales líderes en el mundo.

España y Corea tienen economías muy diferentes pero datos muy similares en PIB y renta per cápita, aunque los intercambios comerciales son deficitarios para España. Con una superficie cercana a los 100.000 km² ‒equivalente a la suma de las Comunidades Autónomas de Castilla-León y Baleares‒, pero con una población del orden de los 52 millones de habitantes ‒que supera en 10 millones la de España‒, las eficientes y rápidas medidas aplicadas por las autoridades coreanas para limitar la propagación de la COVID-19 han logrado que los contagios sean mucho menores que en la mayoría de países europeos.

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