La distribución de una vacuna contra el coronavirus es muy complicada

COVID-19: la cadena de suministro será la clave del éxito de las vacunaciones

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La carrera por conseguir una vacuna eficaz contra la COVID-19 parece que está llegando a su fin. El pasado 2 de diciembre, Reino Unido fue el primer país del mundo en aprobar la vacuna de la farmacéutica estadounidense Pfizer y su socio alemán BioNTech, y ya ha comenzado el proceso de vacunación.

Por otra parte, la agenda para el mes de diciembre cuenta con la reunión del comité asesor de la Administración de Medicamentos y Alimentos de EEUU (FDA), donde se debatirá una posible autorización de uso de emergencia para esta vacuna. La UE, a través de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), decidirá también, antes de finales de diciembre, si autoriza provisionalmente la vacuna de Pfizer.

Esta es la misma hoja de ruta que, probablemente, seguirán las vacunas de Moderna, AstraZeneca / Oxford y Johnson & Johnson, siempre que los datos de eficacia y seguridad resulten sólidos. Pero una cosa es conseguir la vacuna y otra cosa muy distinta es hacerla llegar al lugar preciso donde se necesita.

La distribución de una vacuna contra la COVID-19 es extremadamente compleja, un desafío logístico al que nunca antes nos habíamos enfrentado. Es necesario tenerlo todo absolutamente previsto, desde el momento en el que las vacunas son expedidas por las empresas farmacéuticas hasta que llegan al brazo de una persona. Y existen varias cuestiones clave a considerar.

Optimización de la insuficiente capacidad de carga aérea

La industria de la aviación desempeñará un papel clave en la logística de lo que puede ser la solución al problema (cuarentenas, ciere de fronteras, confinamientos…) que la ha venido ahogando, hasta casi asfixiarla, desde el pasado mes de marzo.

Aunque algunas vacunas podrán distribuirse por carretera, el desafío de la capacidad de distribución, desde los centros de producción hasta los puntos de destino, requerirá de la participación y el esfuerzo de todas las aerolíneas para que las vacunas lleguen a las personas.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha señalado que “para proporcionar una dosis única a 7 800 millones de personas serían necesarios 8 000 aviones de carga Boeing 747”. Por su parte, Boeing, en su publicación Commercial Market Outlook 2020-2039, señala que, en la actualidad, la flota mundial de carga es de 2 010 aviones, un número muy inferior a los 8 000 necesarios. Hay que considerar, además, que no todas las aeronaves de carga disponibles son del modelo 747.

Muchas de las compañías ya han realizado vuelos de prueba de transporte de la vacuna para adaptarse a los posibles requerimientos. Según The Wall Street Journal, United Airlines, que normalmente opera un vuelo especial desde Bruselas al Aeropuerto Internacional O'Hare de Chicago, ya ha realizado algún ensayo de transporte para enviar la vacuna de Pfizer (antes de su aprobación), con el fin de establecer su protocolo de distribución lo más rápido posible.

Las operaciones de vuelo requieren de una autorización especial por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA), ya que las necesidades de hielo seco para mantener la temperatura de grandes cantidades de vacunas exceden los protocolos de seguridad vigentes para la industria aeronáutica.

Conclusión #1: es necesario movilizar la máxima flota mundial de aviones posible con las adaptaciones que sean necesarias.

Limitaciones logísticas en la cadena de frío

Para establecer los requisitos de la logística de distribución, el primer paso consiste en determinar los lugares de recepción y almacenamiento de la vacuna, para después proceder a diseñar las operaciones de distribución.

La vacuna de Pfizer debe almacenarse a temperaturas de -70℃ (temperaturas más gélidas que las de la Antártida), mientras que la de Moderna también debe congelarse, pero solo a -20℃ (temperaturas de un congelador estándar). El resto de vacunas, las cuales no desarrollan tecnología ARN mensajero, presentan restricciones menores de almacenamiento en frío.

Elaboración propia a partir de los datos publicados por el Ministerio de Sanidad, en el documento 'Estrategia de vacunación covid-19 en España, líneas maestras'.

Posteriormente, estas vacunas deben ser distribuidas hasta los puntos de vacunación designados en cada país. Entre ellos, se incluirán centros médicos, clínicas y hospitales. Por otro lado, resulta necesario que estos lugares dispongan de suficiente personal capacitado, de los equipos necesarios para custodiar las dosis y del espacio adecuado para poder vacunar a un gran número de personas.

Por lo tanto, en esta fase, la vacuna de Pfizer también presenta mayores limitaciones operativas para mantener la cadena de frío requerida.

Conclusión #2: La vacuna de Pfizer parece ganadora, pero las vacunas de Novavax, Oxford, Sanofi y J&J apuntan a una cierta ventaja logística.

Cadena de suministro para la estrategia de distribución y aplicación de la vacuna.
Cadena de suministro para la estrategia de distribución y aplicación de la vacuna. Elaboración propia
Modelos de distribución

En lo relativo a la logística de distribución, resulta necesario considerar diferentes opciones para el diseño de la cadena de suministro. Las opciones van a depender de los requisitos de temperatura, las distancias de transporte, y los volúmenes a distribuir, así como de los aspectos relacionados: coste, tiempo de entrega, capacidad de almacenamiento y disponibilidad de embalaje y equipo.

Lo más probable es que, durante los primeros meses de vacunación, se recurra al modelo de envíos directos, en palés o cajas, directamente desde el punto de fabricación hasta el destino final por camión o por avión. Esta modalidad podría tener sentido para la distribución global inicial o en los casos en los que los puntos de vacunación estén cerca del punto de fabricación.

En una segunda etapa lo más razonable es evitar el almacenamiento prolongado ([cross-docking](https://economipedia.com/definiciones/cross-docking.html) en la jerga). En este caso, los palés o cajas provistos de sistema refrigerante se suministran al país correspondiente y, sin llegar a almacenarse, se procede a trasladarlos de los muelle de descarga a los muelles de carga, donde se reetiquetan y desde donde se envían por carretera a los distintos destinos finales. Esta solución agiliza las entregas en destino y no requiere de centros de almacenamiento, procediéndose a la distribución capilar de manera regular.

La solución de emplear centros de distribución locales presenta una mayor garantía de existencias. Sin embargo, requiere de centros de almacenamiento para recibir grandes volúmenes y de infraestructura para la conservación, manipulación y división de grandes unidades en otras de tamaño “paquete” para su almacenamiento y posterior entrega diaria de última milla. Esta parece una solución más a medio plazo, quizás cuando se consiga un mayor grado de estabilización de las vacunas y los requisitos de temperatura y manipulación sean menos agresivos.

Conclusión #3: El modelo de distribución podrá perfeccionarse a medida que se consiga mejorar las condiciones de conservación y estabilización de la vacuna.

Coordinación y trazabilidad

La comunidad científica internacional ha reaccionado de manera extraordinaria, uniendo esfuerzos, coordinándose de manera inédita y trabajando conjuntamente ante la situación de pandemia. De hecho, históricamente, las vacunas se han venido desarrollando en periodos de cinco a veinte años. Por tanto, la idea de un desarrollo rápido para conseguir una administración generalizada de la vacuna en menos de un año constituye un escenario sin precedentes.

De igual forma, la distribución de las vacunas requiere de una coordinación nueva, exacta y precisa entre todos los agentes implicados en la cadena de suministro. Aquellos datos que se consideren relevantes deberán ser recopilados y compartidos rápidamente entre expertos sanitarios, científicos y expertos de la cadena de suministro.

Esa información deberá servir para ir mejorando los planes previstos por las autoridades competentes de todos los países. La distribución de las vacunas necesita de la colaboración global y de un diseño específico y viable para realizar las entregas de última milla en los centros de vacunación.

El éxito de la vacunación también requiere del seguimiento: el control de los lotes y la serialización estandarizada de viales. La industria y la logística farmacéutica son ampliamente reconocidos por la eficacia y trazabilidad de sus operaciones. De hecho, sus técnicas, estándares y protocolos se replican en otros mercados que operan con mercancías altamente sensibles, como la industria alimentaria, la cosmética o las mercancías peligrosas.

En realidad, la logística farmacéutica ya ha demostrado estar preparada tecnológicamente. El reto ahora es disponer de la capacidad suficiente para hacer frente a unos volúmenes (milmillonarios) nunca antes vistos.

Conclusión #4: a mayor coordinación y visibilidad de los datos logísticos de las vacunas, mayor posibilidad de salvar vidas.

A pesar de que el proceso de vacunación será una carrera de fondo, los principales proveedores de logística para las cadenas de suministro farmacéutica y hospitalaria están preparados para ofrecer una logística inteligente y centrada en las personas. Siendo conscientes de que lo que está en juego es salvar vidas, los profesionales de la cadena de suministro centrarán sus esfuerzos, más que nunca, en priorizar las entregas de manera coordinada con los puntos de vacunación.The Conversation

Tomás García Martín, Decano de la Facultad de Tecnología y Ciencia, Universidad Camilo José Cela y Rafael Villa Martínez, Profesor de Ciencias del Transporte y Logística, Universidad Camilo José Cela

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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