Es probable que los resultados económicos de las principales jurisdicciones financieras islámicas sigan siendo moderados durante el resto del año

Después de la COVID-19, ¿qué le espera a las finanzas islámicas?

photo_camera What awaits Islamic finance?

Aunque los bancos islámicos salieron relativamente ilesos de la crisis financiera mundial de 2008, la COVID-19 está teniendo un impacto más profundo. No obstante, la interrupción podría brindar oportunidades para diversificar el sector y acelerar su expansión una vez que la pandemia disminuya. En relación con las instituciones convencionales, los bancos islámicos están más expuestos a las pequeñas y medianas empresas (PYMES), la microfinanciación y los préstamos al por menor, en particular en Asia. Es probable que los resultados económicos de las principales jurisdicciones financieras islámicas sigan siendo moderados durante el resto del año.

En consecuencia, aunque la industria había estado anteriormente en vías de un fuerte crecimiento en 2020, la agencia calificadora Standard & Poor's proyectó en junio que registraría un crecimiento de un dígito bajo a medio en 2020-21, debido tanto a la pandemia como a la incertidumbre de los precios del petróleo.
Esto se compara con el crecimiento del 11,4% del año pasado, que se sustentó en un mercado de sukuk (bonos islámicos) más dinámico y en nuevas oportunidades de crecimiento. No obstante, Standard & Poor's cree que el Covid-19 podría liberar el potencial a largo plazo del sector, argumentando que la pandemia ofrece "una oportunidad para un crecimiento más integrado y transformador con un mayor grado de estandarización, un mayor enfoque en el papel social de la industria y una adopción significativa de la tecnología financiera".

Sukuk contra la pandemia

Un certificado financiero similar a un bono en la banca convencional, el sukuk es un elemento clave del ecosistema financiero islámico. Sin embargo, el mercado del sukuk está más concentrado, es más pequeño y menos líquido que su contraparte convencional. Además, el proceso de emisión de los mismos sigue siendo relativamente complejo y largo, y entraña costos de transacción más elevados.

El Banco Islámico de Desarrollo recaudó 1.500 millones de dólares

En vista de ello, se prevé que el volumen general de emisión se verá atenuado este año, aunque se produzca una ligera recuperación tras el pronunciado descenso observado en los últimos meses. Standard & Poor's prevé que el volumen de emisión alcanzará los 10.000 millones de dólares en 2020, frente a los 162.000 millones de dólares registrados en 2019. Sin embargo, ha habido señales de que la pandemia podría provocar una expansión del papel del sukuk.

En junio, por ejemplo, el Banco Islámico de Desarrollo (BIsD) recaudó 1.500 millones de dólares con su primer "Sukuk de la Sostenibilidad", diseñado para ayudar a la recuperación del Covid-19 en sus países miembros. Los ingresos se destinarán exclusivamente a proyectos sociales en el marco de la financiación sostenible del BIsD, centrándose en el "acceso a los servicios esenciales" y en la "financiación de las PYME y la generación de empleo".
Tras el éxito del sukuk, Bandar Al Hajjar, presidente del BIsD, pidió entonces a la industria financiera islámica que "promoviera el sukuk sostenible y social como clases de activos alternativos que tienen el potencial de contrarrestar el impacto múltiple del coronavirus Covid-19".

Varios países han comenzado a explorar el potencial de las finanzas islámicas

También en junio, Indonesia emitió una sukuk global de wakalah de 2.500 millones de dólares en tres tramos, uno de los cuales fue una sukuk verde de 759 millones de dólares, dedicada al desarrollo sostenible.

La sukuk se sobre-suscribió en casi siete veces la cantidad objetivo. Su principal objetivo era apoyar el programa de coronavirus del Gobierno, así como "fortalecer la posición de Indonesia en el mercado financiero islámico mundial y apoyar el desarrollo de las finanzas islámicas en la región asiática", dijo a los medios de comunicación locales Dwi Irianti, director de financiación islámica del Ministerio de Finanzas.

La COVID-19 ha dado lugar a vientos contrarios

A pesar de albergar la mayor población musulmana del mundo, Indonesia todavía no ha aprovechado plenamente la financiación islámica. Por lo tanto, la sukuk es una señal alentadora de que el potencial del sector está empezando a hacerse realidad. Mientras tanto, se anunció recientemente que el Ministerio de Finanzas de Malasia lanzará un "Sukuk Prihatin" de 500 millones de RM (120 millones de dólares) el 22 de septiembre. Los ingresos se destinarán a la financiación de medidas de estímulo económico, así como a ayudar a las microempresas, mejorar la cobertura de la banda ancha en las escuelas y financiar la investigación sobre enfermedades infecciosas.

Futuro post-pandémico

Si bien el coronavirus ha dado lugar a vientos contrarios en toda la industria, estos ejemplos muestran cómo también ha dado lugar a una mayor conciencia del potencial de las finanzas islámicas. ¿Cómo se puede mantener y aumentar este impulso al entrar en el mundo pospandémico? La digitalización y el aumento de la importancia de la tecnología financiera (fintech) son fundamentales.

"Covid-19 nos ha llevado a acelerar la transformación digital que ya estaba en marcha antes de la pandemia", dijo Ayman Sejiny, director general de ICD, a OBG. Esto ampliará el acceso y aumentará el papel socialmente transformador del sector. Además, fintech puede aumentar la estandarización, agilizar los procesos, reducir los costos y aumentar la transparencia, haciendo que los instrumentos financieros islámicos sean más competitivos en relación con las formas convencionales.

En lo que respecta al sukuk, la normalización es particularmente importante, tanto en lo que respecta a la teoría en que se basa el vehículo como a la documentación jurídica asociada a él. Una mayor estandarización también permitirá a los bancos islámicos avanzar en nuevas áreas. "Las finanzas islámicas deben ahora explorar nuevos sectores como la salud y el turismo conforme a la Sharia. Debemos trabajar duro para desarrollar productos bancarios islámicos adecuados para estos sectores", dijo Sejiny a OBG.  

También existe la posibilidad de que las herramientas financieras islámicas desempeñen un papel más importante en la promoción del comercio, lo que podría ayudar a impulsar la recuperación económica de los mercados emergentes. "El brote de Covid-19 ha puesto en marcha nuevas oportunidades para los mercados financieros islámicos, como la provisión de productos de financiación comercial que cumplan con la Sharia, así como programas de desarrollo comercial para promover un mayor enfoque en el impacto social, la sostenibilidad, la innovación y la digitalización", dijo Hani Salem Sonbol, director general de la Corporación Islámica Internacional de Financiación del Comercio, a OBG. 

Así pues, aunque la banca islámica sigue enfrentándose a importantes vientos en contra relacionados con Covid-19, la crisis podría constituir un importante punto de inflexión en el crecimiento mundial de la industria".
 

Más en Economía y Empresas