Miles de personas conmemoraron la pasada jornada el primer aniversario del asesinato de Qassem Soleimani en varios puntos de Oriente Medio. Especialmente en Bagdad, la capital iraquí donde fue lanzado el misil que acabó con la vida del líder iraní por parte de Estados Unidos. Un año después del ataque, varios medios israelíes han recogido una información que apunta a un supuesto intento de venganza contra los aliados estadounidenses en la región.
Los servicios de inteligencia de Emiratos Árabes Unidos (EAU) han arrestado a un grupo iraní ubicado en las ciudades de Dubái y Abu Dabi acusados de planear una serie de atentados contra ciudadanos israelíes presentes en el país, según N12. Los miembros de la facción están siendo investigados por las autoridades emiratíes.
Las primeras hipótesis apuntan a que el escuadrón había planeado un ataque fuera de las fronteras de Israel, aprovechando el aumento del flujo de visitantes de este país a EAU tras la normalización de sus relaciones diplomáticas.
El asesinato del científico nuclear iraní, Mohsen Fajrizadeh, el pasado 27 de noviembre en las inmediaciones de Teherán avivó la tensión en la región. Irán señaló a Israel como culpable del ataque, una acusación que ha alimentado la búsqueda de venganza por parte de las autoridades persas.
Esta amenaza de atentado se produce días después de la acusación del ministro de Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, al todavía presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por “buscar una excusa para empezar una guerra contra Irán”. “La Inteligencia que nos llega desde Irak indica que existe un complot para fabricar un pretexto e iniciar una guerra”, señaló el ministro a través de Twitter. De esta forma, Javad Zarif ha recalcado que Irán “no busca ningún tipo de guerra, pero que defenderá de forma directa y abierta a su gente, su seguridad y sus intereses vitales”.
La respuesta israelí a estas acusaciones fue tajante. El ministro de Energía israelí, Yuval Steinitz, calificó de “disparate” estas teorías e instó al país a mantenerse en “estado de alerta”. “Se trata de una señal de advertencia de que Irán está apuntando a Israel, está buscando excusas para arremeter contra Israel”, apuntó el ministro.
Chili Tropper, ministro de Cultura israelí y parte junto con Steinitz del gabinete de seguridad del primer ministro Benjamin Netanyahu, ratificó las declaraciones de su compañero afirmando que las autoridades israelíes están en alerta por el aniversario del asesinato de Soleimani.
Durante los últimos meses de la Administración Trump, Estados Unidos ha estado expandiendo su presencia militar en la región para prevenir cualquier tipo de represalia dirigida tanto a EEUU como a sus socios israelíes, responsabilizados del asesinato de Fajrizadeh. Medios israelíes aseguran, además, que su Gobierno ha reforzado la seguridad en las embajadas de todo el mundo.

Proteger a los viajeros israelíes representa todo un desafío. Israel se ha visto obligado a hacerlo tras el aumento exponencial de la circulación israelí en EAU tras la normalización de sus relaciones diplomáticas. Emiratos es uno de los únicos destinos disponibles para los viajeros israelíes a consecuencia de la COVID-19. Se estima que unos 25.000 israelíes volarán a EAU durante las vacaciones de Hanukkah.
Por su parte, el país de los ayatolás mantiene una presencia importante en Dubái. Los lazos comerciales entre Irán y Emiratos siguen manteniéndose, lo que ha alimentado la teoría de que la ciudad sirve como base para los servicios de inteligencia iraníes.
El papel más complejo lo interpreta Emiratos. Sus autoridades condenaron el ataque a Fajrizadeh y advirtieron de una posible escalada, aunque, guiados por Estados Unidos, establecieron relaciones diplomáticas con Israel, un factor que preocupa ahora a los emiratíes. El país puede ser objeto de represalias iraníes como los ataques a los petroleros sufridos hace justo un año.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quiso visitar EAU y Bahréin en diciembre, pero su viaje se pospuso por motivos de agenda días antes del asesinato de Fajrizadeh. En principio la visita tendrá lugar a finales de enero, sin embargo, los funcionarios israelíes y emiratíes dicen no tener claro si se llevará finalmente a cabo, por seguridad y por sensibilidad política.