El grupo terrorista africano ha reivindicado las acciones, dirigidas contra una base de entrenamiento y un convoy militar

Doble ataque de los yihadistas de Al-Shabaab contra fuerzas estadounidenses e italianas en Somalia

AFP/ABDIRARAZAK HUSSEIN FARAH - Soldados somalíes en el lugar de la explosión de un coche bomba suicida que tuvo como objetivo un convoy de vehículos de la Unión Europea (R) en Mogadiscio, Somalia, el 30 de septiembre de 2019.

Somalia sigue siendo escenario de atentados terroristas. Este lunes, dos coches bomba estallaron simultáneamente junto al campamento militar estadounidense de Baledogle, a cien kilómetros al oeste de Mogadiscio. Paralelamente a este ataque, ha tenido lugar otra explosión en la capital dirigida contra un convoy del Ejército de Italia, según ha informado la agencia Reuters.

En lo relativo al ataque de Baledogle, el Mando África del Ejército de Estados Unidos ha asegurado, en una nota de prensa, que no ha habido heridos civiles ni militares. Los detalles sobre el asalto los ha proporcionado a Reuters la Policía somalí. El comandante Abdullahi Nur ha declarado: “Intentaron atacar el aeródromo de la base, pero los coches estallaron en el exterior”. Igualmente, la emisora de radio del Ejército Nacional de Somalia ha comunicado que las tropas somalíes y estadounidenses han rechazado el ataque. En el curso de la breve refriega que ha seguido a las detonaciones, diez terroristas han resultado muertos por dos impactos de la artillería estadounidense.

El grupo militante Al-Shabaab reivindicó la responsabilidad de un ataque contra una base estadounidense en Somalia el 30 de septiembre de 2019, cuando la Unión Europea confirmó un ataque separado contra un convoy de asesores italianos

La versión del grupo terrorista Al-Shabaab (‘Los jóvenes’), que ha reivindicado el ataque en un comunicado, es bastante distinta. “A primera hora de la mañana del lunes, una unidad de élite de soldados de la Brigada de Martirio de Harakat al-Shabaab al-Mujahideen ha lanzado una desafiante incursión en la base militar de Estados Unidos”, recoge el documento; “Tras romper el perímetro de la base fuertemente fortificada, los muyahidín entraron en el complejo y mantuvieron un intenso tiroteo con los cruzados”.

Un ataque ambicioso 

A pesar del fracaso de la operación, el ataque es audaz y ambicioso. Al-Shabaab, que forma parte de la estructura amplia de Al Qaeda, ha centrado la mayor parte de su actividad terrorista en ataques contra la población civil y el Gobierno somalí. Los ataques contra tropas extranjeras, menos frecuentes, han sido perpetrados contra soldados de la AMISOM, en su mayoría; atacar una base estadounidense es una táctica que no había puesto en práctica hasta la actualidad. Reuters cita al analista Hussein Sheikh-Ali del Hiraal Institute de Mogadiscio. Según este experto en seguridad, el hecho de que el ataque haya sido calculado específicamente contra los soldados estadounidenses indica el acceso a inteligencia de alto nivel por parte de Al Shabaab. 

Además, la elección de la base de Baledogle como blanco no es casual. El emplazamiento es una de las bases desde las que las fuerzas estadounidenses que apoyan la misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM). Desde allí, se coordinan muchas de las operaciones de contraterrorismo dirigidas a Al-Shabaab. Una parte sustancial incluye bombardeos con drones. Baledogle es, asimismo, un campo de entrenamiento de las tropas somalíes y sirve como lugar de estacionamiento para los soldados ugandeses de la AMISOM.
En paralelo al asalto a la base militar, otra explosión ha sacudido el centro de Mogadiscio al paso de un convoy italiano. En él, viajaban asesores militares destinados a Somalia en apoyo a la AMISOM. Lorenzo Guerini, ministro de Defensa transalpino, y Emanuela del Re, viceministra de Asuntos Exteriores, han condenado el ataque a través de Twitter, aunque han informado de que no ha habido víctimas entre los militares. Sin embargo, el oficial Omar Abikar sí ha reconocido, como recoge The Guardian, que hay víctimas civiles. Los ataques se han producido una semana después de otra explosión que mató a 14 soldados burundeses. 

Personal de mantenimiento de la paz de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM)  en un vehículo blindado en Mogadiscio

El grupo Al-Shabaab lleva activo, oficialmente, desde el año 2006, aunque fuentes como Counter Extremism Project señalan que su nacimiento se remonta a mediados de los 90, en paralelo al crecimiento de Al Qaeda. Desde entonces, se ha mostrado como un grupo terrorista muy activo, siempre bajo el paraguas de la red fundada por Bin Laden, Al-Zawahiri y Azzam. 

Su objetivo consiste en reemplazar al actual Gobierno de Somalia, apoyado por la UA, Naciones Unidas y la OTAN, por un poder basado íntegramente en la sharía o ley islámica. Además, ha perpetrado numerosos atentados en países vecinos, como Uganda y, especialmente, Kenia: en septiembre de 2013, un tiroteo en el centro comercial Westgate de Nairobi se saldó con 68 muertos; en abril de 2015, un asalto contra la Universidad de Garissa, también en la capital keniata, terminó con el asesinato de 151 personas. Las últimas estimaciones, facilitadas por The Washington Post, estiman su militancia en una horquilla entre los 7.000 y los 9.000 miembros.

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