El británico Richard Branson y el norteamericano Jeff Bezos pugnan por ser los primeros en efectuar un vuelo suborbital

Dos multimillonarios protagonizan la gran carrera por el negocio de llevar turistas al espacio

PHOTO/Blue Origin - El fundador de Amazon, Jeff Bezos, volará acompañado de Wally Funk, de 82 años, una de las 13 mujeres que en 1959 superaron las mismas pruebas a que fueron sometidos los astronautas del programa Mercury de la NASA. Pero Funk no alcanzó el espacio

Los conocidos emprendedores, multimillonarios y magnates de los negocios Richard Branson ‒creador del imperio Virgin‒ y Jeff Bezos ‒fundador del gigante Amazon‒ se disputan la victoria final en la carrera por abrir las puertas de los viajes espaciales suborbitales al turismo internacional.

Es lo que faltaba por añadir a una competición no reconocida entre Estados Unidos y China por llevar astronautas a la Luna y a otra entre las mismas potencias por liderar la exploración de Marte. La tercera rivalidad en el campo espacial está teniendo lugar entre dos compañías asentadas en Estados Unidos, que aspiran a capitanear un mercado global que, en principio, será solo para unos pocos privilegiados. Pero con el paso de unos cuantos años, los estudios señalan que reportará a sus promotores muchos miles de millones de euros.

Se trata de una pugna comercial para llevar turistas de cualquier nacionalidad hasta los límites del espacio y regresar a la Tierra sin llegar a orbitar alrededor de ella, lo que dará paso a una actividad turística que lleva cerca de dos décadas estancada. El motivo del retraso radica en que las administraciones federales norteamericanas exigen que los proyectos planteados por la iniciativa privada reúnan las necesarias condiciones de seguridad para hacerlos realidad.

La tripulación que viajará el 11 de julio en el SpaceShipTwo. En los extremos, Dave Mackay y Michael Masucci, pilotos; Colin Bennett, ingeniero de operaciones en cabina; Beth Moses, instructora jefe de astronautas; Richard Branson, presidente del Grupo Virgin; y Sirisha Bandla, vicepresidenta de asuntos gubernamentales

La principal posición la ocupa el excéntrico emprendedor del Grupo Virgin, el británico Richard Branson, de 70 años, con su original maquina voladora SpaceShipTwo. El segundo en la línea de salida es el influyente propietario de Amazon, Jeff Bezos, de 57 años, con su astronave New Shepard. Calentando motores mucho más atrás y ausente de la lucha se encuentra Elon Musk ‒que acaba de cumplir 50 años‒, con su proyecto Starship.

El lugar en el que se desarrolla la competición se materializa en un solo escenario geográfico, pero en varios circuitos. Las maquinas partirán hacia los límites del espacio desde Estados Unidos y regresarán a sus diferentes bases de partida. Branson despegará desde el puerto espacial América, en el estado de Nuevo México. Con carácter previo ha volado con diferentes resultados, el más reciente tripulado el 22 de mayo. La astronave de Jeff Bezos desde el oeste de Texas, tras haber efectuado 14 vuelos con éxito, el último el 14 de abril con tripulación.

La astronave SpaceShipTwo se desprende de su avión nodriza WhiteKnightTwo a unos 15 kilómetros de altura. Su propulsión cohete le permite alcanzar en torno a los 80 kilómetros de altura, donde sus pasajeros pueden sentir los efectos de la micro gravedad
Para sentir la ingravidez y maravillarse del espectáculo visual

Elon Musk mantiene su proyecto Starship en sus instalaciones de Boca Ratón, también en el estado de Texas. Pero no tiene prisa por llevar a cabo su primer disparo tripulado suborbital de ida y vuelta con fines turísticos. Está dedicado a sacar provecho de sus suculentos negocios con la NASA, con el Departamento de Defensa de Joe Biden ‒ antes de Donald Trump y Barack Obama‒ y de poner en órbita de satélites comerciales y científicos.

El polifacético y visionario británico Richard Branson fundó su compañía Virgin Galactic en 2004 para ofrecer vuelos espaciales suborbitales. Tras más de 15 años de continuos esfuerzos y pruebas, ya tiene a punto un doble sistema de propulsión compuesto. Un avión nodriza llamado WhiteKnightTwo lleva despega y alcanza algo más de 15 kilómetros de altura, desde donde suelta el más ligero SpaceShipTwo, capaz de llegar a un techo de unos 90 kilómetros. Una vez en sus inmediaciones, sus pasajeros pueden sentir los efectos de la micro gravedad y observar una panorámica única del Planeta Azul y del espacio que les rodea.

Aunque Branson había anunciado que viajaría al espacio en el cuarto vuelo tripulado de pruebas, lo ha adelantado. Su cambio de planes se debe a su intención de sacar la delantera a su rival, Jeff Bezos, cuya compañía Blue Origin había notificado el 5 de mayo que el primer vuelo suborbital tripulado de su astronave New Shepard tendría lugar el 20 de julio.

El multimillonario fundador de Amazon, Jeff Bezos, viajará acompañado de su hermano Mark, un desconocido que ha pagado casi 30 millones por el billete y una veterana piloto de 82 años

Finalmente, el británico partirá en su astronave panorámica SpaceShipTwo ‒bautizada Unity 22‒ que despegará el próximo 11 de julio desde el puerto espacial América, que Virgin Galactic ha levantado en el desierto de Nuevo México, a 72 kilómetros al norte de la ciudad de Las Cruces. El coste de las instalaciones ha superado los 200 millones de dólares y la construcción de las infraestructuras se prolongaron desde abril de 2006 hasta agosto de 2019.

A los mandos del Unity 22 estarán los pilotos de pruebas Dave Mackay y Michael Masucci, que hace pocas semanas ya alcanzaron con la misma astronave cerca de 90 kilómetros de altitud sobre el nivel del mar, techo que la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA) y la Fuerza Aérea norteamericana consideran que es el límite inferior del espacio ultraterrestre. Sin embargo, la Federación Astronáutica Internacional sitúa tal límite en la línea de 100 kilómetros, razonada y definida hace décadas por el físico Theodore von Karman. 

La cabina de pasaje del SpaceShipTwo de Richard Branson está repleta de ojos de buey, para que los turistas puedan disfrutar de la panorámica de la Tierra y del cosmos. También puede alojar cargas para su evaluación en órbita
Comienza la cuenta atrás para el turismo suborbital

La cabina de pasajeros la ocupará Richard Branson, al que acompañarán tres directivos de Virgin Galactic: la instructora jefe de astronautas, Beth Moses; el ingeniero jefe de operaciones en cabina, Colin Bennett; y la vicepresidenta de asuntos gubernamentales y operaciones de investigación, Sirisha Bandla. Su labor consistirá en identificar mejoras “para hacer más placentero, inolvidable e inspirador el vuelo de los futuros clientes de la compañía”, recalca el director ejecutivo de Virgin Galactic, Michael Colglazier.

Branson quiere ofrecer una “experiencia única” a quienes confíen en su modelo de viaje al espacio para contemplar la Tierra y el cosmos. Pero, para convertirse en turista espacial y lucir el escudo que lo acredita se necesita contar con una espléndida cuenta corriente, superar un examen médico y unas cuantas horas de preparación para acostumbrarse a la ingravidez, algo solo al alcance de una ínfima parte de los turistas que visitan España. 

Si el vuelo se desarrolla de forma satisfactoria, las previsiones de Virgin Galactic para 2021 son lanzar al espacio otras dos misiones, una de ellas para la Fuerza Aérea Italiana. Tras las revisiones de mantenimiento preceptivas del avión nodriza WhiteKnightTwo y de la astronave SpaceShipTwo, los vuelos tripulados para transportar turistas hasta los límites del espacio comenzarán en 2022.

A semejanza del SpaceShipTwo de Richard Branson, la cápsula New Shepard de Jeff Bezos está acolchada para facilitar los movimientos en ingravidez y rodeada de ventanas para permitir a los turistas unos momentos únicos en su vida

Su competidor, la compañía Blue Origen, propiedad del multimillonario dueño de Amazon, Jeff Bezos, anunció el 7 de junio que su fundador y su hermano Mark ocuparían dos de los cuatro asientos de la misión de la cápsula New Shepard, programada para el 20 de julio, que su superará los 100 kilómetros de altitud. En las siguientes semanas se han ido desgranando quienes serán sus otros dos compañeros de viaje.

El tercero será el desconocido ganador de la subasta pública por una plaza efectuada el 12 de junio, en la que participaron 7.600 personas de más de 150 países. Identificado hasta el momento como licitante 107, pujó 28 millones de dólares, a los que debe añadir el 6% de comisión para la casa de subastas. En total, el viaje le supondrá cerca de 29,7 millones de dólares.

La cápsula New Shepard viaja en la parte superior de un lanzador Blue Origin, que se separa, supera los 100 kilómetros de altura y regresa a tierra con paracaídas. El lanzador describe otra trayectoria y aterriza en vertical

Para diferenciarse de la misión de Virgin Galactic, Blue Origin hizo público el 1 de julio que una piloto de 82 años sería la cuarta ocupante. La seleccionada es Wally Funk, una de las 13 mujeres que en 1959 superaron las mismas pruebas a que fueron sometidos los astronautas del programa Mercury de la NASA. Se trataba de una iniciativa privada que contaba con apoyo oficial, pero ninguna de las llamadas Mercury 13 tuvieron ocasión de volar al espacio en las capsulas de las misiones Mercury de los años 60. Wally Funk cumplirá su sueño seis décadas después gracias a Jeff Bezos.

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