Dos pozos petroleros en Irak se incendian tras explosiones atribuidas a Daesh
Dos pozos petroleros ubicados en el pequeño campo de Khabaz, ubicado al suroeste de la provincia iraquí de Kirkuk, se incendiaron este miércoles tras sendas explosiones en esa localización atribuidas al grupo yihadista Daesh, informaron a Efe fuentes de seguridad.
El teniente coronel de la Policía de la provincia norteña de Kirkuk, Hussein al-Obeidi, dijo a Efe que el grupo yihadista detonó dos artefactos explosivos en dos de los pozos del campo de petróleo de Khabaz, un ataque que causó "un gran incendio" en ambos pozos y que las autoridades están intentando apagar.
Los equipos de extinción de incendios de la compañía estatal iraquí North Oil Company (NOC), gestora de este campo, han conseguido controlar el fuego, dijo a Efe un ingeniero de la empresa que pidió no ser identificado.
La fuente no precisó si la producción de este campo se ha visto interrumpida por el ataque, y aseguró que los pozos del campo petrolero de Khabaz producen entre 20.000 y 25.000 barriles diarios de crudo. Hasta el momento, ningún grupo ha reivindicado la acción.
Los ataques contra instalaciones energéticas en Irak son habitualmente reivindicados por Daesh, que en los últimos meses ha detonado artefactos explosivos contra torres eléctricas y oleoductos.
En octubre, un oleoducto que conecta la región autónoma del Kurdistán, en el norte de Irak, con el puerto turco de Ceyhan fue objetivo de un ataque que provocó la suspensión temporal de exportaciones de crudo, según anunció entonces el Gobierno regional kurdo.
Asimismo, a finales del pasado mes de noviembre, Daesh reivindicó un ataque con cohetes Katiusha contra una refinería de la ciudad Al-Siniya, en la provincia central de Saladino.
Daesh ocupó grandes partes de Irak y llegó casi a las puertas de Bagdad en 2014, pero tres años después fue derrotado territorialmente tras una larga ofensiva de las fuerzas iraquíes y una coalición internacional liderada por Estados Unidos. No obstante, los ataques del grupo yihadista continúan prácticamente a diario contra miembros de seguridad y civiles en diferentes zonas del país. Los recientes ataques se producen en un momento en que la Casa Blanca anunció la retirada de 500 soldados estadounidenses, lo que sitúa el número de militares estadounidenses que aún se encuentran en Irak en unos 2.500 soldados.
