Dr. Omar Habtur: “El diálogo rebaja la dureza de los conflictos y arremete contra los egoísmos”
En la segunda jornada del “diálogo interreligioso frente al identitarismo excluyente” protagonizada por la Fundación for Islamic Culture and Religious Tolerance, en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid, ha celebrado en su segundo día un nuevo encuentro en el cual se ha seguido apelando a la concordia y a el entendimiento religioso con el fin de conseguir la paz y la convivencia en nuestra sociedad. El diálogo interreligioso ha vuelto a ser la clave de la jornada como herramienta imprescindible para crear un futuro tolerante. El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha asegurado que "el diálogo interreligioso busca establecer la amistad y la armonía sobre la base de unos valores compartidos".
El codirector del curso, Mohammed Dahiri, ha arrancado el seminario tildándolo como un “encuentro anual muy importante”. Del mismo modo, se ha referido a España como “una tierra de cultura, civilizaciones y convivencia entre las religiones, además de ser un país que posee una pluralidad positiva, factor de fortaleza e inmunidad para cualquier sociedad”.
En este nuevo encuentro, el director general del Consejo de la Fatwa de los Emiratos Árabes Unidos, el doctor Omar Habtur Alderie, en representación del presidente de Asuntos Religiosos de EAU; Mohamed Salem Alkkabi, ha afirmado que “nuestras diferencias no son más que colores que embellecen nuestros acercamientos. No existen lienzos sin colores, no existe armonía sin diferencias. Esa sensibilidad artística nos permite ver que la diferencia y la pluralidad son una fortaleza”. Junto a esto ha señalado que “el lema de este encuentro en el Escorial es un cuadro bonito, un lienzo donde hay colores, formas y mensajes e ideas diferentes, credos, confesiones. Todo esto conforma una estética”.
Habtur ha parafraseado una expresión dictada por el ilustrado Voltaire tras afirmar que, “la buena gestión de la diferencia es que puedo discrepar contigo, pero estoy dispuesto a morir defendiendo tu opinión porque el secreto de la belleza de este universo es la convivencia de las cosas y de los contrarios”. En esta línea, el diálogo interreligioso supone un “diálogo de intercambio sincero entre las dos partes, es un camino de escuchar. El diálogo es un valor fundamental común y compartido por parte de los seres humanos. Es un principio humano y es la base de las relaciones humanas civilizadas. Es la clave de la solución de muchas problemáticas y nos permite abrir el camino de las diferencias para que sean visibles”.
En este aspecto ha remarcado el diálogo como una herramienta que “rebaja la dureza de los conflictos y arremate contra los egoísmos, gracias al diálogo pueden dos partes sentarse y escucharse. Esto en sí es un logro ético. Cuando tenemos dos partes hablan y dialogan. No hace falta que la parte A convenza a la parte B”. En este encuentro “dialogamos y charlamos siendo de culturas diferentes. Algunos miramos hacia lo abstracto y lo terrenal cada uno de nosotros representa una etnia y una condición diferente”. De esta forma, Habtur subraya que “el objetivo final de las religiones es servir a la humanidad. No es de recibo que las religiones sean la causa de la destrucción de los seres humanos. En el Corán se dice, di que hemos creído en Dios, no hacemos distinción entre ninguno de ellos. Asociar o condicionar el diálogo a un resultado es rebajarlo. El dialogo en si es un comportamiento humano”.
El doctor ha hecho referencia a la llegada del papa Francisco a Abu Dabi, visita en la cual el papa realizó una serie de preguntas de acuerdo con estas ideas en el mausoleo de Sheikh Zayed. Entre ellas planteaba cómo podemos salvaguardarnos unos a otros dentro de la familia humana y cómo pueden las religiones representar vías de hermandad en vez de exclusión. Omar habtur propone una serie de soluciones:
En primer lugar, Habtur propone que “no podemos construir un mundo civilizado sin diálogo ya que las religiones forman parte de nuestra vida y de nuestra sociedad nos guste o no, si no se utilizan convenientemente serán una vía de destrucción”. En segundo lugar, plantea “la prioridad de consolidar la paz entre las religiones” debido a que “nuestras religiones abarcan puntos comunes humanitarios y éticos que pueden ser puntos de levantamiento que nos van a ayudar a lograr el respeto mutuo”. En cuarto lugar, “las identidades excluyentes representan un peligro para todos porque de ahí viene la radicalización y el terrorismo”. Por último, “estos eventos son una llamada para el diálogo entre las distintas civilizaciones y culturas (…) nuestros encuentros deben ser constantes”.
De esta forma Habtur ha expresado que “la fundación islamic culture brinda su mano para coger nuestras manos en este gran país y para llamar a los estudiantes, que son los guardianes del conocimiento, para que se arrimen a este mensaje, pero ante todo es una responsabilidad de los líderes y de las instituciones académicas y formativas”.
Del mismo modo, el representante ha hablado sobre el contexto actual en que la sociedad global se encuentra inmerso tras la propagación de la pandemia de la COVID. Para él si este virus ha servido de algo ha sido para que “toda la humanidad nos encontremos todos de nuevo en un mismo barco, en una lucha común, debemos aunar nuestros esfuerzos para salvar este barco”.
Además, ha resaltado Emiratos Árabes como un país de ejemplo de progreso, tolerancia y “pluralidad en muchos aspectos”. Emiratos “comparte con ustedes el valor de la fraternidad humana y el amor sincero hacia cualquier ser humano"
En el acuerdo abrahámico, “había que dar un paso para salvar vidas y garantizar la perennidad, al servicio de las generaciones futuras, este acuerdo se plasma en la casa abrahámica que alberga 3 templos, uno para musulmanes, uno para cristianos y otros para judíos en un mismo espacio (…) algunos musulmanes no llegaron a entender la casa abrahámica, es algo muy sencillo: constituye una familia que está conformada por tres confesiones que desean vivir en tolerancia”.
En una segunda intervención, el cardenal arzobispo de Madrid y vicepresidente de la conferencia episcopal española, Carlos Osoro, ha expresado que “el diálogo interreligioso es la base entre las diversa conversiones religiones para construir una amistad sincera en el camino de la fraternidad”. En esta línea, “lo más propio de la fraternidad no solo es respeto y la tolerancia si no sobre todo el cariño, estamos llamados a valorarnos, estimarnos y querernos. El ser humano tiene que ser el buen samaritano quien ante el sufrimiento humano y la extrema vulnerabilidad no hay fronteras religiosas. Importancia de que todas las religiones nos unamos en busca de un mundo más compasivo y fraternal”. Osoro señaló que "entre las religiones es posible encontrar un modo de convivencia serena, ordenada y pacífica, acogiendo las diferencias y con la alegría de ser hermanos en cuanto hijos de un único Dios"; remarcó que es necesario “profundizar en el conocimiento mutuo generar de respeto y compasión”, haciendo alusión a la importancia del diálogo entre las personas de distintas religiones, destacando que ese diálogo “no se lleva a cabo por diplomacia o por amabilidad, sino con el objetivo es establecer amistad y armonía y sobre la base de unos valores compartidos”.
El cardenal apela a la “construcción de la fraternidad” y “no cerrar puertas a nadie porque Jesús rompe la frontera de lo religioso.Es un espíritu de verdad y de amor”, recalcando que “el punto de encuentro es la conciencia de seguir la ley fundamental del amor”. En el diálogo interreligioso “la compasión y la misericordia junto con el cuidado de los pobres y el anhelo de justicia forma parte del ADN de nuestras religiones por ello el diálogo y la acogida forman parte de un modelo de poliedro en vez de una esfera estática y encarnada”.
En la segunda parte de la jornada se ha llevado a cabo una mesa redonda en la que han participado diferentes personalidades académicas para debatir acerca de las perspectivas del futuro sobre el diálogo interreligioso.
El profesor de Sociología de la Universidad de Barcelona, Joan Hernández Serret, ha afirmado que el “diálogo interreligioso no es un fin es un proceso, nos ayuda a partearnos con el diferente nos ayuda a tener conciencia sobre la diversidad” y “nos obliga a repensar el propio camino”.
A la hora de referirse al aumento exponencial del radicalismo y del terrorismo derivado de la intolerancia, Hernández ha opinado que “la ignorancia da seguridad, por ello el fanatismo no deja de ser una mala hierba religiosa. El diálogo es el remedio porque significa purificación (…) el diálogo interreligioso es crear cultura de paz” y en esa pluralidad por la que aboga el diálogo “solo puede vivir el ser humano maduro”.
Por lo tanto, la cabida que tendría el diálogo interreligioso en nuestra sociedad vendría derivada de una serie de retos. Estos desafíos giran en torno a “la adaptación a los nuevos desafíos estar presente en la sociedad y en el espacio público, así como reconocer la responsabilidad de las propias religiones con su diálogo y fomentar el diálogo interreligioso y sus relaciones con idiosincrasias diferentes como antídoto de actitudes excluyentes”.
Por otro lado, el profesor de filosofía de la Universidad Pablo Olavide, Antonio de Diego, ha advertido que “existe un peligro en este diálogo interreligioso, y es el riesgo del encuentro vacío. Coexiste un Argot monologo interreligioso, pero no existe un dialogo serio y firme”.
De cara a los retos futuro, de Diego ha explicado que, en términos generales, nos olvidamos de vivir en el presente ya que “vivimos entre una continua nostalgia que es una hipertrofia del pasado y un excesivo anhelo por el futuro, sin embargo, el tiempo de dios es el presente, el kairos, lo que se llama en la cultura cristiana, frente al kronos”. El académico ha proseguido explicando que “cuanto más perfecta es una ideología más intolerante es porque la ideología es la idealización del logos. Vivimos en un mundo excesivamente idolatra, la idolatría es el mayor problema porque lesionamos la dignidad humana, lo que nos hace diferenciarnos”.
El siguiente ponente, el Doctor en Ciencias de las Religiones por la Universidad Complutense, Rafael Ruiz Andrés ha afirmado que “el diálogo interreligioso se configura como un espacio fundamental en el que existe una necesidad de enfocar la mirada a un espacio más social”. Por ello admite que es necesario un “replanteamiento de la secularidad por parte de las religiones, debe dejar de ser la historia del otro para ser la historia de ellas mismas en la que la fraternidad sea un concepto fundamental” en comparación con los grupos terroristas que parten de “la premisa de que no todos los seres humanos somos iguales”.
Finalmente, el evento ha llegado a su fin con la conclusión de Omar Habtur quien ha mostrado su rechazo hacia “la violencia y la discriminación”, y ha expresado la necesidad de “encontrar puntos comunes, colaborar con la humanidad y en su beneficio, impedir que haya conflictos en pro de la tolerancia, la convivencia y la aceptación del otro”.
