Uno de los principales retos a los que tiene que hacer frente el Ejecutivo de coalición es la aprobación de unos presupuestos del Estado

Dudas y certezas del nuevo Gobierno de Israel

AP/MAYA ALLERUZZO - El primer ministro israelí Naftali Bennett, sentado a la izquierda, el presidente Reuven Rivlin, sentado en el centro, y el primer ministro suplente y ministro de Asuntos Exteriores Yair Lapid

Israel sale por fin del atolladero político en el que llevaba sumido desde 2019. Después de cuatro elecciones en menos de dos años y al borde de unas quintas. La coalición Lapid-Bennet ha salido finalmente adelante poniendo fin a 12 años de liderazgo de Benjamin Netanyahu. El domingo se ponía punto final al Gobierno liderado por Netanyahu a través de una votación en el Parlamento israelí (Knesset) con 60 votos a favor, 59 en contra y una abstención.

El autodesignado “Gobierno del cambio” está compuesto por ocho partidos de los 13 que conforman la Knesset y aúna todos los espectros políticos desde la derecha pasando por el centro, izquierda y por primera vez en la historia del país hebreo un partido árabe pasa a formar parte del Gobierno. Una amalgama de formaciones que se caracterizan más por sus diferencias que por sus semejanzas. Pero al parecer la necesidad de echar a Benjamin Netanyahu del poder ha podido más que todas las diferencias y finalmente existe un cambio de Ejecutivo en Israel.

Atalayar_nuevo Gobierno Israel

La pregunta clave ahora es: ¿Cuánto durará este nuevo Gobierno? Los obstáculos son muchos, empezando por la férrea oposición que el ex primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu pretende encarnar. Netanyahu durante su intervención en el Parlamento tras el voto de confianza mostró su tono beligerante hacia el nuevo Ejecutivo atacando al recién estrenado primer ministro, Naftali Bennet, de quien decía no tener credibilidad en el terreno internacional.

“Bennet no tiene credibilidad en la arena global. Un primer ministro debe ser capaz hasta de decir no al Gobierno norteamericano” en clara referencia al pacto nuclear que el Ejecutivo de Biden quiere retomar con Irán. Netanyahu continuó su discurso de despedida atacando al nuevo Gobierno tildándolo de “Gobierno débil” y terminó su intervención volviendo a hacer hincapié en la idea de “fraude”. “El público no olvidará este tremendo fraude. Trabajaremos hasta que tumbemos a este Gobierno peligroso. Regresaremos pronto”. Con las palabras “regresaremos pronto” Benjamin Netanyahu se despedía del puesto de primer ministro que ha ostentado durante 12 años bajo la advertencia de que no se lo va a poner nada fácil al nuevo Ejecutivo.

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No solo Benjamin Netanyahu se erige como uno de los grandes obstáculos a sortear por el Ejecutivo liderado por Lapid-Bennet. Naftali Bennet, quien juró su cargo como 13º primer ministro de Israel, presentó el programa del nuevo Gobierno en la Knesset ante los gritos de los partidos ultraortodoxos y miembros del Likud de “Vergüenza” o “mentiroso”, haciendo referencia al ambiente de crispación política que se estaba viviendo en el país durante los últimos años. Bennet que ocupará el cargo de primer ministro durante dos años y luego cederá su puesto al líder de Yesh Atid, Yair Lapid, abogó por un tono más conciliador. “Ha llegado el momento de que los diferentes líderes, de todas las partes del país, se paren para detener esta locura".

Asimismo, el primer ministro israelí ante las acusaciones del líder de la oposición, Benjamin Netanyahu, anunció una línea dura contra Irán. “No permitiremos que Irán obtenga armas nucleares. Israel no es parte del acuerdo nuclear, y mantendremos la libertad de actuación”, señaló Bennet. También hizo referencia a la cuestión palestina y adelantó que este nuevo Gobierno pretende “abrir un nuevo capítulo en la relación con los ciudadanos árabes de Israel”, pero siempre teniendo en cuenta que el conflicto persiste “nuestros enemigos amenazan la existencia del estado de Israel. Si Hamás vuelve a lanzar misiles, les golpearemos con dureza”, señaló.

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Uno de los principales retos a los que tiene que hacer frente el Gobierno de coalición es la aprobación de unos presupuestos del Estado que llevan sin poder aprobarse de 2019. Asimismo, y según recoge el acuerdo de coalición, el nuevo Ejecutivo tendrá que ponerse de acuerdo en la limitación del número de mandatos consecutivo (ocho años o dos mandatos) al frente del Gobierno. Esta medida podría poner punto final a cualquier opción de reelección de Benjamin Netanyahu.

La religión es otro de los grandes tabús en un Gobierno formado por partidos tanto laicos como religiosos. La coalición pretende poner fin al monopolio del rabinato en la industria kosher. En esta misma línea existe un gran debate en el seno del nuevo Ejecutivo sobre la apertura de comercios y el uso de transporte público durante el Sabbat, la jornada sagrada de descanso entre los judíos. Otra de las medidas más polémicas y que provocó la ruptura del anterior Gobierno de coalición entre Benjamin Netanyahu y Benny Gantz (Azul y Blanco) es la incorporación de los estudiantes de las yeshivas (escuelas rabínicas) al servicio militar, que en la actualidad se encuentran exentos.

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El Gobierno número 36 de Israel contará con 28 ministerios, el tercero más amplio de la historia, de los cuales nueve serán ocupados por mujeres. Otro de los grandes hitos de este Ejecutivo es la incorporación, por primera vez, de un partido árabe. Muchos son los puntos de fricción que pueden hacer fracasar esta coalición que ha desbancado al eterno Benjamin Netanyahu, que se enfrenta a un juicio por corrupción y fraude. Pero es el propio Netanyahu el que ha conseguido que partidos de tan diversa ideología decidan dejar sus diferencias a un lado y formar un Gobierno que permita a Israel experimentar otro tipo de liderazgo.

Las calles de Tel Aviv se llenaron de detractores de Netanyahu que celebraban la investidura del nuevo Gobierno al grito de “empieza una nueva era”, en contraposición en Jerusalén cientos de ultraortodoxos se reunieron a rezar frente al Muro de las Lamentaciones para que no se aprobase el nuevo Gobierno.

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El presidente estadounidense, Joe Biden, ha sido el primer líder internacional que ha felicitado a Naftali Bennet por la formación de un nuevo Gobierno. Asimismo, durante la conversación, Biden volvió a recalcar el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con la seguridad de Israel, según recoge el comunicado oficial de la Casa Blanca. El nuevo Gobierno de Israel debe hacer frente a múltiples obstáculos que pondrán a prueba la capacidad de entendimiento y cohesión entre los heterogéneos partidos políticos que conforman el Ejecutivo. 

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