El profesor del Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado y de la UNED, participa, junto a David Cedena, de la Jefatura de Información de la Guardia Civil, en una mesa redonda en la Universidad Nebrija

Echeverría pide que la próxima cumbre de la OTAN en Madrid no se olvide de la inestabilidad del Sahel

Sahel

Madrid albergará la cumbre de la OTAN los días 29 y 30 de junio. En plena guerra en Ucrania, los asuntos de seguridad en el este de Europa centrarán las disquisiciones y los debates, pero hay otras zonas, cerca de España, que requieren atención. Es el caso del Sahel Occidental, compuesto por Mauritania, Mali, Burkina Faso, Níger y Chad, donde los yihadistas se han convertido en uno de los actores principales.  “El activísimo de grupos terroristas potentes hace que estemos en uno de los escenarios más exigentes del mundo en términos de seguridad, y mucho más para España; lamentablemente para esta zona, estamos inmersos en una situación de distracción. En la próxima cumbre atlántica tenemos que insistir en este tema”, manifestó Carlos Echeverría, subdirector del Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado y profesor de Relaciones Internacionales de la UNED, durante un acto celebrado en la Universidad Nebrija. 

Ante países “vulnerables” y una población joven que abraza el terrorismo frente a la corrupción de ciertas élites políticas de esta área africana, los países de la OTAN deberán “equilibrar” el tratamiento de la frontera este con el de la sur. A su juicio, “tenemos que convencer a nuestros aliados de la OTAN de que en el sur hay una situación difusa con actores peligrosos que se fortalecen día a día”.

Echeverría señaló que, en 2012, al desmoronarse el Estado libio y como consecuencia de las revueltas árabes, “la mal llamada primavera árabe”, el Sahel Occidental “que era ya un infierno se transformó en un infierno en mayúsculas” para sus habitantes. En un acto promovido por el Departamento de Relaciones Internacionales y de Seguridad de la Universidad Nebrija y moderado por las profesoras Gracia Abad y Susana de Sousa Ferreira, el investigador de la UNED centró su análisis en Mali, “inmenso en lo geográfico y ridículo en población y en defensa y seguridad”. 

Las dificultades de Francia

Ante la sorpresa internacional y la confusión, Mali en 2013 pide ayuda a Francia ante la ocupación de territorio por parte de los grupos yihadistas. Hoy, casi diez años después, Francia “está en dificultades” y se está replegando de este país, “y eso dinamiza el espíritu de victoria de los terroristas”.

En 2013, los yihadistas “se dispersan y se confunden con el paisaje, pero la amenaza, junto con sus causas económicas y sociales, se extiende a otros países”. Ahora mismo Mali es “una acumulación de actores y siglas” como la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Mali (MINUSMA) – con 17.000 efectivos-, Francia y otros aliados como España, “que han arrimado el hombro” con apoyo logístico y formación, Estados Unidos y sus fuerzas especiales, grupos prorrusos y terroristas de Al-Qaeda, Estado Islámico o Boko Haram. “Cuando Francia interviene en Mali, las Fuerzas Armadas malienses tenían 15.000 efectivos y un helicóptero que no era de combate; hoy sigue teniendo prácticamente el mismo número de efectivos, con cientos de bajas... si les dijera el número de muertos de la semana pasada, saldrían deprimidos”.

Dos golpes de Estado en menos de un año y la desinformación que impacta en la población maliense hacen, según Echeverría, que la situación “no haya dejado de ir mal” y que los actores europeos “estemos en una situación de desventaja cada vez mayor”. 

“Alerta temprana”

En la misma mesa redonda, David Cedena, jefe del Departamento de Inteligencia Estratégica en la Unidad Central Especial 2 de la Jefatura de Información de la Guardia Civil, recordó que el objetivo principal en la lucha contra el terrorismo es detectar “la alerta temprana” para prevenir ataques, un propósito en el que entra “un conocimiento exhaustivo” de la amenaza y sus componentes. Ideológicos y sociales y los equilibrios geoestratégicos. Para él hay que concentrar los esfuerzos en Mali, Níger y Burkina Faso. En este último país “la situación está deteriorándose y hay grupos sin ningún tipo de control”.  Aquí, “el descontento es tan grande que la población ha apoyado el golpe de Estado”, lo que, unido a los desplazados internos en la región, hacen de Burkina Faso un Estado “especialmente vulnerable”.

Cedena repasó misiones internacionales en Mali como la Operación Barkhane (Francia y Fuerzas Armadas de los países aliados locales del Sahel), la EUTM-Mali (Unión Europea) o la GAR-SI Sahel, un proyecto europeo, en el que está implicada la Guardia Civil española, que ha creado 13 unidades especiales locales.

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