Quito tiene pendiente la reforma estructural, parada tras los sucesos de octubre; ante un ejercicio de transición, con la mirada puesta en las presidenciales del año 2021

Ecuador entra en un 2020 pleno de incertidumbre y estancamiento

AP/DOLORES OCHOA - Manifestación en Ecuador contra medidas económicas del FMI

Ecuador atravesará un 2020 “complejo” e “incierto”, según su presidente, Lenín Moreno, que viajó a la cumbre de Davos en busca de apoyo inversor. Al parón económico, las secuelas sociopolíticas de unas revueltas de octubre que casi tumban al Gobierno, las necesidades financieras y un contexto global y comercial difícil se suman las presidenciales de 2021, lo que hace de este año un período de transición con cariz electoralista.

La crisis movió en diciembre a Moreno a reiterar en Madrid su petición de más inversión para impulsar la economía, en lo que insistió al hablar con Sánchez en el World Economic Forum.

Las más de 160 firmas españolas en Ecuador y las 13.000 que exportan al país, asumen con cautela, pero sin alarma, que 2020 no será un año fácil. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Ecuador decreció el 0,2% en 2019 y solo avanzará el 0,1% en 2020, tras crecer el 1,4% en 2018 y el 2,4% en 2017 y sufrir la recesión (-1,2%) de 2016. Lejos queda la media del 5,1% de 2010-14. El Banco Central, que calculaba que el Producto Interior Bruto (PIB) habría caído el 0,2% en 2019 por los sucesos de octubre, que causaron pérdidas por 820 millones, ha limitado el descenso al 0,08% y otea un 0,7% en 2020. Sin las protestas (que dejaron 10 muertos y 1.340 heridos) y el parón de inversión pública, se habría crecido el 0,1%.

Moreno se reunió en Madrid con empresarios españoles para alentar a invertir en Ecuador, entre ellos altos ejecutivos de Santander, Telefónica, Iberia, Repsol, Barceló, AC Hoteles, Endesa y Globalia. Desde que llegó al poder en 2017, Moreno ha visitado España varias veces para animar a una mayor inversión y explicar los planes de interés y los nuevos motores del desarrollo. En esta última ocasión, concretó el nuevo Plan de Prosperidad, que contempla cinco ejes: Ley de Fomento Productivo, optimización del Estado, sostenibilidad fiscal, transparencia y protección social. La Ley de Promoción Productiva y Atracción de Inversiones Extranjeras, de 2018, incluye beneficios fiscales para nuevas inversiones y se aplica tanto a nuevas empresas como a las existentes.

La política económica y fiscal de Moreno ha sufrido algunos reveses en los últimos dos meses, tras retirar la decisión de eliminar los subsidios a las gasolinas, que había provocado la ola de violencia, y desestimar un proyecto de ley para el crecimiento, tras ser rechazado en el Parlamento. Ecuador habrá cerrado 2019 con un déficit fiscal de 3.600 millones. En enero entró en vigor una controvertida reforma impositiva: algunos sectores temen que la Ley de Simplicidad y Progresividad Tributaria pueda frenar algunas inversiones. Y los expertos otean un año muy complejo, con incertidumbre política, insatisfacción social y un probable estancamiento económico en ausencia de un ajuste vital que no se logra realizar por falta de voluntad política y de apoyo social.

Además de la dolarización como factor protector de la economía, Quito cuenta con el apoyo financiero clave del Fondo Monetario Internacional (FMI), decisivo para el Gobierno en 2019, cuando el ente acudió en apoyo de la debilitada economía ecuatoriana con una línea de crédito de 4.200 millones condicionada a un ajuste fiscal. Para 2020 está pendiente ese paquete de ajuste y, en este capítulo, el respaldo del Fondo, muy contestado en los disturbios de octubre, será fundamental.

Respaldo clave del FMI

Moreno tendrá que bregar para explicar a la sociedad este apoyo y también la necesidad de adoptar medidas que sirvan para recaudar al menos 3.000 millones de dólares más. El FMI pide hacer reformas y el Gobierno tendrá que convencer de su necesidad en una situación de elevado déficit fiscal en un momento de falta de apoyo en el Congreso y de riesgo de otro estallido social.

El presidente de Ecuador, Lenín Moreno

En el plano global, Moreno se vio en Davos con el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en busca de apoyo, y con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, para hablar de las condiciones del plan de crédito, criticado en sectores ecuatorianos. Mientras, en la feria internacional de turismo de Madrid Fitur, Ecuador pisó el acelerador con una campaña para relanzar un sector que se quiere convertir en clave. En el plano interno, Quito ha anunciado un impulso a la construcción de vivienda social con la emisión de un Bono Soberano internacional por 400 millones, con aval del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

En los últimos 10 años, el stock inversor español se eleva a más de 1.700 millones y España es el segundo país europeo que más invierte en Ecuador, muy interesado en que la inversión suba en energía, infraestructura, hidrocarburos y turismo. Allí están Repsol, Acciona (que ejecuta el metro de Quito), Telefónica, ACS, OHL, Air Europa, Sacyr, Mapfre, Santillana, CAF, Isabel, Pescanova, Indra, Iberia y Renfe. Globalia prevé un alza del 13% en sus plazas en vuelos a Ecuador, convertido en destino de expansión del sector de la moda, con Inditex, Mango y Adolfo Domínguez y Tendam a la cabeza.

Los últimos datos de Cepal apuntan a que la Inversión Extranjera Directa (IED) en Ecuador creció el 127,5%, a 789 millones en 2018. La IED llegada al país ha venido oscilando entre los 440 y los 540 millones en las últimas décadas. El Banco Central coincide en que la IED subió el 126,5% en 2018, si bien sitúa el total en 1.400 millones. Para 2019, Quito tenía prevista una llegada de 1.600 millones que probablemente no se habrá logrado: en el primer trimestre tan solo se captaron 132,9 millones.

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