EEUU despliega el mayor contingente militar en el golfo Pérsico desde la guerra de Irak

Raúl Redondo

Pie de foto: Estados Unidos enviará tropas adicionales, junto a equipamiento militar, a Arabia Saudí con el fin de fortalecer su política de "disuasión" en la región del golfo Pérsico ante "la aparición de amenazas creíbles", informó el Pentágono. AFP PHOTO /US NAVY/GREG Z. RODARTE/HANDOUT

Estados Unidos tiene previsto destinar un nuevo destacamento militar, compuesto por 500 soldados, a la base aérea rey Salmán de Arabia Saudí, en medio de la tensión existente con Irán en el golfo Pérsico; acrecentada por los últimos episodios relacionados con la inseguridad del tránsito marítimo en la región, los cuales han sido atribuidos al régimen persa. 

Tras 15 años, las tropas estadounidenses vuelven a pisar territorio saudí, después de la ocupación de Irak en 2003 dentro de la operación que se efectuó contra el dictador iraquí Sadam Hussein. El propio rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdulaziz al-Saud, ha ratificado la operación dando el visto al envío de soldados y material bélico; una actuación que había anunciado anteriormente Donald Trump, presidente de Estados Unidos, con el objetivo de disuadir a Irán de seguir efectuando ofensivas que atenten contra la seguridad del tráfico naval en la zona del golfo Pérsico y que amenacen a la paz regional y mundial. El Pentágono estadounidense justificó esta medida ante la “aparición de amenazas creíbles” contra la estabilidad en el golfo Arábigo. 

“Por invitación y en coordinación con el reino de Arabia Saudí, el secretario de Defensa ha autorizado el envío de personal y recursos”, indicó hace unas fechas en un comunicado oficial el Mando Central de las Fuerzas Armadas de EEUU (CENTCOM). En dicha nota, el CENTCOM también explicó que esta acción “dota de una mayor capacidad de defender nuestras tropas y nuestros intereses en la región ante la aparición de amenazas creíbles”. 

Pie de foto: Un helicóptero UH-1Y Venom, despega de la cubierta del buque de asalto anfibio USS Boxer (LHD 4) durante su tránsito a través del estrecho de Ormuz, en el golfo de Omán, mar Arábigo, el 18 de julio de 2019. PHOTO/DALTON SWANBECK/US NAVY via REUTERS

Por su parte, las autoridades saudíes señalaron que con esta misión se trata de “reforzar la seguridad y estabilidad en la zona”. En este sentido, el Ministerio de Exteriores del reino saudí publicó en la red social Twitter que tanto Riad como Washington siguen profundizando en fortalecer su sólida relación ante las “amenazas regionales”. “Basado en una cooperación mutua entre Arabia Saudí y Estados Unidos y en su deseo de reforzar todo lo que pueda preservar la seguridad de la región y su estabilidad, el rey Salmán aprobó alojar fuerzas estadounidenses”, reseñó también, por su parte, el Ministerio de Defensa saudí. “Para Estados Unidos el despliegue tendrá un efecto disuasorio suplementario y reforzará nuestra capacidad para defender a nuestras tropas y nuestros intereses en la región frente a amenazas emergentes y creíbles», añadió.

Estos 500 efectivos militares se suman a los 1.000 que estaban ya desplegados en la zona del golfo Pérsico desde junio, tras la orden que comunicó Patrick Shanahan, secretario de Defensa en funciones de EEUU, quien remarcó que “los recientes ataques iraníes validan la fiable información de los servicios de inteligencia sobre el comportamiento hostil de Irán y sus agentes próximos”.

Pie de foto: Fotografía de archivo, el rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdulaziz al-Saud, junto al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, durante una ceremonia de recepción en Riad, Arabia Saudí, el 20 de mayo de 2017. PHOTO/CORTESIA DE LA CASA REAL DE ARABIA SAUDITA via REUTERS

Todo esto ocurre tras un último suceso relacionado con la captura por parte de la Guardia Revolucionaria de Irán (cuerpo de élite del Ejército persa) del petrolero británico Stela Imperio en el estrecho de Ormuz, del que se sospechaba, en principio, de contrabando de petróleo. Aunque las autoridades saudíes se han apresurado a disociar este episodio del envío de tropas norteamericanas, el cual estaría ya planeado desde hace semanas. Este acontecimiento se une a una larga lista de encontronazos navales en aguas del golfo Pérsico, de los que se responsabiliza al régimen de los ayatolás, que buscaría desestabilizar la zona, poniendo en riesgo la paz establecida. 

Tanto EEUU como sus principales socios en la zona (Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos e Israel) llevan tiempo acusando a Irán de haber fortalecido su posición estratégica gracias al famoso acuerdo nuclear firmado en 2015, el Plan de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés). Mediante el cual se pretendía controlar el desarrollo nuclear de Irán a cambio de contraprestaciones. La Administración Trump tomó la determinación hace un año de salirse de ese acuerdo e imponer sanciones económicas y políticas a los iraníes, destacando sobre todas las relacionadas con el comercio del crudo iraní, gran fuente de ingresos del país.

Pie de foto: El general del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos Kenneth F. McKenzie Jr (C-L), comandante del Comando Central de los Estados Unidos (CENTCOM), saluda a los oficiales saudíes durante su visita a una base militar en al-Kharj, en el centro de Arabia Saudí, el 18 de julio de 2019. AFP/FAYEZ NURELDINE

Tras estas medidas agresivas, que incluían la retirada de exenciones a ciertos países sobre la compra de petróleo persa y que dañaban sobremanera la economía iraní, el régimen persa contraatacó destacando que seguiría comerciando con su petróleo e incluso amenazando con bloquear el estrecho de Ormuz, principal zona de paso del comercio mundial de crudo. Además, Irán amenazó con rebajar sus compromisos nucleares si persistían las sanciones impuestas contra su nación. 

Mientras tanto, se han ido sucediendo en las últimas semanas enfrentamientos marítimos de los que se ha responsabilizado a Irán, como, por ejemplo, el sabotaje a petroleros en aguas emiratís, el ataque directo a cargueros en el golfo de Omán o la interceptación de navíos en el estrecho de Ormuz, como la protagonizada por agentes iraníes sobre el buque The British Heritage, que obligó a la intervención de fragatas de guerra de Reino Unido. Debido a la situación de inestabilidad desatada en el golfo Pérsico, llegó incluso la condena del mundo áraba través de las cumbres de la Meca que fueron organizadas por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y la Liga Árabe, bajo el auspicio del rey Salmán de Arabia Saudí. En estos cónclaves se acusó directamente a Irán de “amenazar la seguridad mundial”. Continúa de esta forma la escalada de tensión en el área del golfo Pérsico, ante la que los aliados contrarios a Irán tratan de oponer una fuerte coalición que mantenga la estabilidad en la zona y que sirva de elemento de disuasión para la actitud beligerante del régimen de los ayatolás.

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