Ambas potencias cierran la primera fase de un acuerdo para mejorar sus relaciones bilaterales en el terreno económico

EEUU y China acuerdan una tregua parcial y limitada en su guerra comercial

PHOTO/MARIO TAMA/GETTY IMAGES/AFP - Un barco de carga llega al puerto de Los Ángeles, el más concurrido de los Estados Unidos, procedente de Yantian, China

Tras casi 18 meses de guerra comercial y la consiguiente escalada de aranceles, el presidente de Estados Unidos Donald Trump ha anunciado este viernes el cierre de la primera fase de un pacto con China que incluye la retirada parcial de aranceles y el aumento de las compras chinas de productos estadounidenses.

"Hemos acordado la primera fase de un acuerdo comercial muy grande con China. Han aceptado muchos cambios estructurales y enormes compras de bienes manufacturados, productos agrícolas y energéticos", ha afirmado Trump en su cuenta de Twitter. Asimismo, el inquilino de la Casa Blanca ha añadido que "los aranceles previstos para el 15 de diciembre no se aplicarán por el hecho de haber alcanzado el acuerdo".

"Comenzaremos las negociaciones sobre la fase dos del acuerdo de manera inmediata, mejor que esperar hasta las elecciones de 2020 [presidenciales en EEUU]. Este es un acuerdo asombroso para todos", ha remarcado Trump. En concreto, Trump ha señalado que espera que China duplique las compras anuales de productos agrícolas estadounidenses, hasta alcanzar un valor anual de 50.000 millones de dólares.

El mandatario ha recurrido a su hiperbólica ironía para describir el pacto: "Cariñosamente, le digo a los granjeros y agricultores que van a tener que comprar tractores mucho más grandes porque [el pacto] supone una enorme cantidad de negocio", aseguró al comentar la noticia poco antes de reunirse con el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, a quien recibió en la Casa Blanca.

El presidente de Estados Unidos Donald Trump con el presidente chino Xi Jinping. La relación entre ambos líderes ha tenido bastantes altibajos

De manera casi simultánea, Wang Shouwen, viceministro chino de Comercio, ha confirmado en rueda de prensa que esta "primera fase" del acuerdo aborda temas como la transferencia de tecnología, la propiedad intelectual, la expansión del comercio y el establecimiento de mecanismos para la resolución de disputas, entre otros.

"El acuerdo está en línea con las políticas chinas de reforma y apertura y sus necesidades de promover un desarrollo económico de alta calidad. Ayudará a fortalecer la protección de la propiedad intelectual, mejorará el entorno empresarial, ampliará el acceso al mercado chino y salvaguardará mejor los derechos e intereses legales de las empresas, incluidas las extranjeras, en China", ha asegurado Shouwen.

El pacto implica, no obstante, que se mantienen aranceles del 25% a importaciones chinas valoradas en 250.000 millones de dólares, junto con unos gravámenes reducidos del 7,5% a importaciones adicionales valoradas en aproximadamente 120.000 millones de dólares, ha informado Robert Lighthizer, representante de Comercio Exterior de EEUU, en un comunicado. Otra nota publicada por la agencia oficial china Xinhua asevera también que Estados Unidos se ha comprometido a retirar por fases los gravámenes que ambas partes se han ido imponiendo durante la disputa.

Lighthizer, que estuvo al frente de las negociaciones junto con Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, ha subrayado que el acuerdo logra cambios estructurales significativos y completamente verificables, y logra reequilibrar las relaciones comerciales entre EEUU y China".

Desde la comunidad empresarial, se ha aplaudido el acuerdo en esta primera fase, aunque con una nota de cautela. "Es una alentadora primera fase que fija el suelo ante un posible mayor deterioro de las relaciones bilaterales", ha indicado Craig Allen, presidente del US-China Business Council, que agrupa a más de 200 empresas estadounidense que hacen negocios en China. Allen ha advertido de que "todavía es el principio" y de que los "temas que encaran EEUU y China son complejos y diversos", por lo que "es improbable que se solucionen rápidamente".

Las negociaciones entre ambas partes habían sufrido varios sobresaltos, con informaciones contradictorias y críticas veladas, desde que en octubre se anunció un principio de acuerdo. El establecimiento de este acuerdo supone una victoria de Trump, que ha hecho del proteccionismo y la guerra comercial con China una de sus principales prioridades.

Las tensiones comerciales entre las dos mayorías economías mundiales, que comenzaron el año pasado, han tenido profundas consecuencias globales. En sus últimas previsiones de crecimiento mundial, publicadas en octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajaba sus proyecciones de expansión al 3 % este año, dos décimas menos que en julio, lastradas por las dudas que ha generado esta disputa.

Este pacto entre los dos gigantes económicos a nivel global se produce apenas unos días después de que la Organización Mundial del Comercio (OMC) haya perdido una parte importante de su capacidad operativa. La Administración Trump decidió no plantear una propuesta para renovar a los miembros estadounidenses del Órgano de Apelación, una institución que funciona como un tribunal de arbitraje para zanjar disputas entre Estados. Como consecuencia de esta política, el órgano quedó bloqueado, puesto que necesita estar integrado por, al menos, tres jueces para funcionar correctamente. Como resultado de la política de la Casa Blanca, solamente quedó un juez en activo. El director de la OMC Roberto Azevêdo ya ha puesto en marcha una ronda de consultas para estudiar soluciones a esta situación anómala. 
 

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