A la compañía SpaceX se le abren los contratos de la NASA para transportar astronautas a la Estación Espacial Internacional

El éxito del magnate Elon Musk por el despegue desde Florida se ha visto ensombrecido por la explosión en Texas de su lanzador Starship

photo_camera PHOTO/BILL INGALLS (NASA) - Desde un observatorio a 14 kilómetros de la rampa de despegue, Melania Trump, el vicepresidente Mike Pence y el presidente Donald Trump han presenciado el despegue

La primera capsula espacial tripulada ocupada solo por astronautas de Estados Unidos ya viaja por el espacio rumbo a la Estación Espacial Internacional (ISS). Gran parte del mérito se debe al empeño del multimillonario Elon Musk, dueño de la empresa espacial SpaceX fabricante tanto de la astronave Dragón como del cohete portador Falcón 9.

Atrás queda el intento abortado de despegue de hace tres jornadas por causas atmosféricas y en el olvido la casi una década ‒exactamente 3.252 días‒ sin que la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA) haya contado con posibilidad alguna de transportar seres humanos a la órbita terrestre.

Pero el histórico vuelo desde el Centro Espacial Kennedy ‒en el estado de Florida‒ ocurrido el sábado, 30 de mayo, a las 21:22 hora peninsular española, ha quedado ensombrecido por la impresionante explosión que ha tenido lugar algo más de 24 horas antes, en el puerto espacial de lanzamiento y ensayos que Elon Musk posee en Boca Chica (Texas), a 2.200 kilómetros de distancia.

Cohete

Un tremendo estallido seguido por una espectacular bola de fuego ha destruido completamente el vehículo de pruebas Starship SN4. Se trata del cuarto prototipo de la etapa final con la que Elon Musk aspira a construir un cohete espacial para viajar a la Luna. De 120 metros de altura y unas 150 toneladas de peso al despegue, es mayor y más potente que el Saturno V, que llevó a los astronautas de la NASA hasta la superficie lunar durante las décadas de 1960 y 1970.

El Starship SN4 estaba llevando a cabo una prueba de encendido de su único motor cuando, a los pocos segundos de funcionamiento, se ha producido un incendio seguido por una explosión que ha desintegrado la nave, pero que no ha causado heridos. Se trata del cuarto prototipo que en el transcurso de tan solo 6 meses ha quedado hecho añicos durante las pruebas del motor de hidrogeno líquido, lo que sin duda va a paralizar el programa de ensayos en tierra y en vuelo de los prototipos SN5, SN6 y SN7. Afortunadamente, la tecnología del Starship poco tiene que ver con la del cohete Falcón 9 portador de la nave tripulada Dragón, que ha partido hace menos de 24 horas hacia la ISS con los astronautas Bob Behnken y Doug Hurley a bordo.

En presencia del presidente Trump y esposa

El presidente Donald Trump ha vuelto a acudir al Centro Espacial Kennedy para presenciar personalmente el segundo y definitivo intento del que ha sido un clamoroso éxito. Al igual que 72 horas antes, Trump y su esposa Melania han estado acompañados por el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, la plana mayor de su administración, y por un nutrido grupo de senadores, congresistas y altos directivos del influyente sector espacial de Estados Unidos.

Entre los invitados se encontraba Marillyn Hewson, la máxima responsable del poderoso grupo industrial aeroespacial y de defensa Lockheed Martin, que está fabricando para la NASA la capsula tripulada Orión para retornar astronautas norteamericanos a la Luna.

Interior cápsula

El equipo de meteorólogos de la NASA ha acertado en sus pronósticos y el cohete Falcón 9 con la cápsula Dragón en su parte superior ascendían al espacio sin contratiempos y a la hora programada ‒las 21:22 hora peninsular‒ desde la misma base espacial que presenció el 8 de julio de 2011 la última misión del transbordador Atlantis y que, desde entonces, no ha visto elevarse al cielo ningún vuelo con astronautas a bordo. Para los técnicos de la NASA, la mitad del resultado de la misión Demo-2 prácticamente ya se ha cumplido con éxito. El despegue y las secuencias de separación de las diferentes etapas son los momentos más críticos de la misión.

Pero todavía queda pendiente la última parte del viaje de ida a la ISS, que consiste en conseguir un atraque correcto en el complejo orbital a las 16:29 del domingo, 31 de mayo, y que en el trayecto de regreso y el amerizaje dentro de unos dos meses no surjan contratiempos.

Una nueva misión tripulada de Dragón en agosto

Solo cuando Bob Behnken y Doug Hurley sean rescatados sanos y salvos de las aguas del Atlántico y los técnicos de la Agencia norteamericana verifiquen que la astronave se ha comportado con total seguridad. Ya han comenzado los preparativos de la siguiente misión tripulada. Denominada Crew-1, su fecha de despegue está prevista para el 30 de agosto y a bordo viajarán tres astronautas de la NASA y uno japonés. Si se cumple las previsiones, la astronave Dragón Demo-2 de Bob Behnken y Doug Hurley tendrá que regresar a tierra a mediados de agosto. Será inspeccionada con el máximo grado de detalle y, en su caso, certificada por los técnicos de la NASA para que la misión Crew-1 pueda lanzarse con plenas garantías de seguridad.

éxito

Los privilegiados astronautas Bob Behnken y Doug Hurley fueron despertados a las 09:00, hora de la costa Este. Después de asearse, pasaron el preceptivo control médico, desayunaron de manera frugal y recibieron los últimos informes sobre el estado atmosférico. Con toda la calma del mundo, los técnicos de la NASA han ayudado a ambos a enfundarse sus trajes espaciales y después fueron trasladados en los automóviles Tesla facilitados por Elon Musk hasta la base de la rampa de despegue.

Los cohetes de la familia Falcón 9 de SpaceX de Elon Musk han surcado al espacio en un total de 87 ocasiones desde su despegue inaugural el 4 de junio de 2020, hace poco más de 10 años. Su tasa de fiabilidad es del 97,7 por ciento, al sumar un resultado de 85 éxitos completos, lo que abarata las primas del seguro de lanzamiento.

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