Anteriormente, el grupo combatiente se había mostrado leal al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) de Fayez Sarraj

El 604º Batallón de Infantería libio anuncia su adhesión a las filas de Haftar

Fuerzas del Ejército Nacional Libio (LNA) que dirige el mariscal Jalifa Haftar

Importante golpe al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA, por sus siglas en inglés) de Libia. El 604º Batallón de Infantería ha proclamado su fidelidad al Ejército Nacional Libio (LNA) del mariscal Jalifa Haftar. Hasta esta semana, el grupo de combatientes, de tendencia salafista, había defendido los intereses del Gobierno oficial.

El papel del 604º ha sido, no obstante, bastante ambivalente en los últimos días. Aunque estaba encargado de la defensa de Sirte, en el centro del país, fuentes cercanas al GNA citadas por la agencia EFE denunciaron que, en realidad, el Batallón había facilitado la entrada de Haftar en la ciudad a principios de esta semana.

La decisión de apoyar al mariscal rebelde ha sido anunciada en un comunicado oficial del grupo en su perfil de Facebook. En el texto, sin embargo, han negado categóricamente las acusaciones de traición vertidas contra ellos. Recalcan que, en virtud del acuerdo que habían firmado para guardar Sirte, se les exigía mantenerse neutrales en caso de que el LNA llegase a la ciudad.
En su comunicado, los integrantes del 604º Batallón han sido muy críticos con el Gobierno. Han tildado a sus miembros de “agentes de países extranjeros” a los que han descrito como “oportunistas”.

Con el cambio de bando del Batallón, el LNA se asegura, en gran medida, consolidar su control sobre Sirte, la gran ciudad costera del centro del país. Es un núcleo urbano muy destacado con un gran valor estratégico.

Actualmente, el mariscal Haftar, apoyado por Egipto, Emiratos Árabes Unidos y mercenarios rusos, se encuentra en medio de una ofensiva para tomar las principales ciudades del país, entre ellas Misrata y Trípoli. La capital libia se encuentra aún en manos del Ejecutivo de Serraj y sus grupos afines. Serraj está reconocido como dirigente legítimo del país por las Naciones Unidas y, además, cuenta con apoyo logístico y militar de Qatar y Turquía. De hecho, Ankara ha empezado, en la última semana, a enviar efectivos.

Las llamadas a la paz son constantes desde todos los ámbitos. Precisamente, Turquía y Rusia han sido las últimas que se han posicionado favorablemente a establecer un marco de diálogo que permita poner fin a la violencia en Libia. Desde la caída de Gadafi en 2011, el territorio del país norteafricano ha sido el escenario perfecto para la proliferación de los señores de la guerra, las organizaciones yihadistas y los grupos criminales dedicados, entre otros, delitos, al tráfico de personas.

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