El trimestre entre julio y septiembre de este año ha sido el más letal para la población civil desde que hay registros, según Naciones Unidas

El Afganistán más mortífero en diez años

photo_camera REUTERS/MOHAMMAD ISMAIL - Un soldado del Ejército Nacional Afgano (ANA) vigila un puesto de control en Kabul, Afganistán, el 25 de septiembre de 2019

13 civiles muertos y 35 heridos cada día. Es el desalentador balance que ha presentado el tercer trimestre de 2019 en Afganistán. El periodo comprendido entre el 1 de julio y el 30 de septiembre se ha saldado con casi 1.200 víctimas mortales y más de 3.200 heridos entre la población. En conjunto, se trata del trimestre con más víctimas civiles desde que UNAMA, la Misión de Asistencia de la ONU en el país, comenzó a efectuar registros en 2009. El mes de julio, con 425 muertos y casi 1.200 heridos, ha sido el peor en términos de bajas civiles en estos diez años.

Globalmente, 2019 está siendo el año con menor número de víctimas mortales civiles en Afganistán desde 2013. Desde el pasado 1 de enero hasta el 30 de septiembre, han sido asesinados 2.563 ciudadanos. La autoría se ha repartido, aproximadamente, a partes iguales entre las fuerzas asociadas al Gobierno y los distintos grupos terroristas que operan en el país, principalmente los Talibán y las organizaciones afiliadas a Daesh. De los civiles asesinados en Afganistán en lo que va de año, uno de cada cuatro son niños. 

Gráfico que muestra la evolución en el número de muertos y heridos civiles en Afganistán en los últimos años

El fracaso de las negociaciones iniciadas entre los Talibán y Estados Unidos, así como las elecciones presidenciales celebradas a finales del pasado mes de septiembre, han sido dos factores de inestabilidad que han contribuido a que el número de víctimas aumentase todavía más. A lo largo del pasado verano, altos cargos de la Administración Trump mantuvieron diversos encuentros con los representantes del grupo terrorista en Doha. Sin embargo, a pesar de los aparentes progresos conseguidos en la capital qatarí, el presidente decidió anunciar su retirada de los diálogos a través de su cuenta de Twitter a principios del pasado mes de septiembre. Todo horizonte de estabilidad quedó enterrado.

Durante estos tres meses, UNAMA ha registrado un total de 85 muertos y 373 heridos de resultas de ataques relacionados con las elecciones. El mismo día de las elecciones, 28 de septiembre, la misión internacional documentó cien incidentes que se saldaron con 28 muertos y 250 heridos. Además, ha habido numerosos casos de secuestro, intimidación y abusos perpetrados por los Talibán, así como ataques sobre instalaciones públicas educativas y sanitarias.

Gráfico que desglosa la autoría de los ataques sobre la población civil entre enero y septiembre en Afganistán

El documento publicado por Naciones Unidas desglosa, además, cuáles han sido los tipos de ataques más frecuentes. Con respecto al periodo entre enero y septiembre de 2018, han aumentado notablemente -cerca de un 72%- las bajas civiles causadas por artefactos explosivos improvisados (IED). En total, sumando explosiones suicidas y no suicidas, los atentados perpetrados según este modus operandi han representado dos de cada cinco de los incidentes totales.

Otro apartado que ha experimentado un incremento notable es el relativo a los ataques aéreos. En este caso, la mayor parte de las víctimas mortales y los heridos han sido causados por acciones llevadas a cabo por las fuerzas aéreas internacionales y, en una medida mucho menor, de Afganistán. Los datos indican que los bombardeos, que van a más cada año desde 2014, han sido mucho más letales este año que en 2018.

Gráfico que muestra los tipos de ataques perpetrados contra la población civil en Afganistán
Un futuro complejo

Las muertes civiles son totalmente inaceptables, especialmente en el contexto de reconocimiento generalizado de que no puede haber una solución militar para el conflicto de Afganistán”, ha señalado Tadamichi Yamamoto, jefe de UNAMA, de resultas de la publicación del informe. “El daño causado a los civiles por las luchas en Afganistán señala la importancia de que haya conversaciones de paz que lleven a un alto el fuego y a un acuerdo político permanente sobre el conflicto; no hay ningún otro camino hacia adelante”, ha sentenciado.

Por el momento, esa deseada estabilidad ni está ni se la espera. Afganistán se encuentra sumido en una situación de interinidad. El presidente Ashraf Ghani, cuyo Ejecutivo se ha debilitado considerablemente desde que ganase las elecciones de 2014, detenta la Jefatura del Estado en funciones. El propio Ghani y Abdullah Abdullah, que ocupa un cargo con atribuciones similares a las de un primer ministro, han sido los candidatos más destacados de los comicios del pasado septiembre.

Un joven trabajador sentado en su carro de mano en la vieja ciudad de Kabul, Afganistán, el domingo 8 de septiembre de 2019

Los resultados aún no se conocen. Independientemente de quién termine haciéndose con la Presidencia, su labor será complicada. Las luchas intestinas, además de la presencia fuertemente asentada de diversos grupos terroristas en el territorio, no tienen visos de cesar en el futuro inmediato, dado el fiasco de las negociaciones de paz. La presencia internacional en Afganistán, además, va disminuyendo de manera paulatina; el presidente Trump ha considerado repetidamente la retirada de las tropas estadounidenses, que cuentan con más de 5.000 efectivos desplegados en el país centroasiático. 
 

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