El país colombiano ha experimentado un aumento de los homicidios, el desplazamiento forzado y el tráfico de droga; una escalada de la violencia que se debe al cambio constante de la motivación de los grupos que se resisten a la paz, según Indepaz

El alarmante panorama de los grupos armados en Colombia

photo_camera Policías y militares colombianos

El tratado de paz entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ha ido adquiriendo un papel secundario en el panorama diario de la nación. Tras cinco años del fin de la violencia armada, Colombia comienza a presenciar como ese pasado parece volver a su vida.

Durante las últimas semanas, varios incidentes han sacudido el país, amenazando su estado de paz. El Ejército colombiano realizó una intervención en la Amazonía, acabando con la vida de diez miembros disidentes de la FARC, entre ellos uno de los líderes conocido como “Ferney".

Por su parte, otro ataque en el Chocó abatió al alto mando del Ejército de Liberación Nacional (ELN), alias "Fabián", y asesinó a cuatro menores de edad en su intervención. Además, en la ciudad de Tumaco, al sur de Colombia, las autoridades reportaron el asesinato de cinco personas, convirtiendo este hecho en la masacre número 72 en lo que va del 2021.

A lo largo de este año, Colombia ha experimentado el repunte de los homicidios, el desplazamiento forzado, los enfrentamientos entre bandas armadas y el tráfico de drogas. Ante lo que ciertos partidos han señalado como origen de esta nueva ola de violencia al Gobierno de Iván Duque y su falta de acción en defensa de la paz. 

FARC Colombia

El presidente de Colombia apuntó en una reciente entrevista que "en los tres años de nuestro Gobierno se ha avanzado más que en los primeros 20 meses de implementación de la paz", en referencia al Gobierno de su predecesor Juan Manuel Santos.

Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), la escalada de la violencia se debe, parcialmente, al cambio e incertidumbre constante de la motivación de los grupos armados. Estos cambios se evidencian también en las generaciones más jóvenes que conforman dichos grupos, ya que sus convicciones políticas carecen de fortaleza, y se orientan a evitar la confrontación con la fuerza pública.

Juan Manuel Santos, expresidente de Colombia

Organizaciones neoparamilitares

El fortalecimiento de las guerrillas en los años 80 y 90 llevó a la creación de las organizaciones paramilitares que se organizaron para acabar con la rebelión, defender la propiedad privada y evitar que el comunismo llegara al poder.

En 2003 las Autodefensas Unidas de Colombia se desmovilizaron a través de un acuerdo de paz firmado con el entonces presidente Álvaro Uribe, pero desde entonces han surgido diversos grupos que se apoderan de sus símbolos, especialmente de sus territorios y vínculos con el narcotráfico, conocidos como grupos neoparamilitares.

Clan del Golfo, también llamado Autodefensas Gaitanistas de Colombia y Los Urabeños, es el principal grupo neoparamilitar que vive del narcotráfico, la trata de personas y el cobro de extorsiones. Los datos oficiales estiman que unas 4.000 personas pertenecen a este grupo.

"Su foco es el control territorial y operan bajo las prácticas de los paramilitares, con matanzas, amenazas, toques de queda y control social", señala Elizabeth Dickinson, investigadora del Crisis Group.

Tratado de Paz de Colombia en Cuba

Los grupos post-FARC o disidencias

Estas agrupaciones se hacen llamar disidencias debido a su rechazo del proceso de paz que se implementó en Colombia en 2016, que acabó con la movilización del grupo armado más grande de América Latina, conformado por más de 13.000 guerrilleros.

Estos grupos disidentes de las FARC, a su vez, están divididos en tres frentes diferenciados. El más importante de ellos es el Bloque Suroriental dirigido por los comandantes Gentil Duarte e Iván Mordisco, e integrado por 2.700 integrantes, según el informe del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).

También se encuentra el grupo Segunda Marquetalia, liderado por alias Iván Márquez y El Paisa, quienes tienen en Venezuela su mayor refugio, con 2.000 combatientes. Por último, está el Comando Coordinador de Occidente, con ocho estructuras y 500 personas entre sus filas.

Se estima que existen entre 30 y 40 grupos post-FARC, pero su motivación, según afirma el medio BBC, no tiene articulación nacional ni pretende derrocar al presidente. Entre ellos, acuerdan los territorios de acción y la distribución de la producción de cocaína.

FARC Colombia

El ELN, la última guerrilla de América

Tras el Acuerdo de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en 2016, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) pasó a ser la mayor guerrilla del país. El general Luis Fernando Navarro Jiménez, comandante de las Fuerzas Armadas de Colombia, estima que el ELN cuenta con un total de unos 2.350 combatientes.

"Es el último grupo realmente guerrillero, en el sentido de que tiene ideales políticos, quiere derrocar el poder en Bogotá y hace trabajo no solo con las comunidades, donde pone reglas y organizan, sino entre sus filas, donde hay formación militar e ideológica", explica Elizabeth Dickinson, investigadora del Crisis Group.

Para controlar rentas criminales cómo la minería ilegal y el tráfico de gasolina, el ELN ha tenido que expandirse rápidamente por Venezuela. En los Estados de Zulia, Táchira, Apure y Anzoátegui, el ELN se ha fortalecido, mientras que ha ganado terreno en los de Amazonas, Bolívar, Barinas, Trujillo, Portuguesa, Lara, Falcón y Guárico. "Hoy en Venezuela el ELN desarrolla actividades ilegales relacionadas con el contrabando de gasolina, la minería y la extorsión", dice un informe de la ONG.

Iván Duque, presidente de Colombia

Contener la emergencia de grupos armados ilegales 

Colombia destaca por ser un país donde las actividades ilegales y fraudulentas han aumentado su presencia. Al igual que en los años 80, la nación colombiana es el país que más cocaína produce en el mundo, según cifras de la ONU. 

Además, la minería ilegal, el contrabando y el tráfico de personas y especies animales son también actividades que prosperan en este país. Todos estos actos delictivos propician el surgimiento de grupos armados ilegales que se encargan de gestionar los movimientos ilegales y cuya acción genera una emergencia difícil de contener.

El Gobierno de Iván Duque señala al panorama internacional como promotor del narcotráfico en el país, debido a que la demanda se concentra en los países desarrollados. "Es hora de la corresponsabilidad de la comunidad internacional", afirmó Duque recientemente.

La situación que atraviesa Colombia es grave, por lo que no se puede hablar de paz en su sociedad, aunque si bien es cierto, los hechos no son comparables a la realidad vivida por los colombianos durante los 60 años de enfrentamiento entre el Estado y movimientos insurgentes.

"No hay un regreso de la guerra, sino conflictos muy localizados que no tienen el alcance nacional de antes", anunció Juanita Vélez, investigadora de la Fundación Core.

Es posible que la guerra haya llegado a su fin en Colombia, pero la paz sigue siendo un asunto pendiente por lograr. 

Coordinador de América Latina: José Antonio Sierra.

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