El equipo vasco suma la tercera Supercopa de su historia gracias a un golazo de Williams y desespera a Messi que acabó expulsado

El Athletic y la leyenda negra del Barça

photo_camera AFP/RFEF/PABLO GARCIA - Los jugadores del Athletic Bilbao celebran después de ganar la final de la Supercopa de España de fútbol entre el FC Barcelona y el Athletic Club Bilbao en el estadio de La Cartuja en Sevilla, el 17 de enero de 2021

Marcelino salió del Valencia como campeón de la Copa del Rey. Llegó al Athletic, entrenó 12 días y conquistó la Supercopa de España tras ganar al Real Madrid y al Barcelona. Una historia perfecta que firmaría cualquier entrenador modesto que vive con la maleta preparada. 

#Garitano

Gaizka Garitano volvió a darle identidad a un equipo al que su idiosincrasia le hace vivir en una montaña rusa que va desde eludir el descenso hasta jugar en Champions. No hay una línea de trabajo fijada por los fichajes o por el entrenador. La cantera es la que surte de jugadores al primer equipo. Como las cosechas de vino, hay quintas mejores y quintas peores. Para los entrenadores de la casa es un éxito dirigir al Athletic y para los de fuera es un reto. 

#Marcelino

El Athletic que remontó al Barça y desquició a Messi es el de la temporada pasada. Marcelino no ha tenido nada que ver. Él mismo se ha encargado de recordar a los que no están, pero lo hicieron posible. Su pizarra vendrá después. En la Liga es donde el equipo vasco deberá reconducir su juego para tener tranquilidad, al menos, en lo deportivo. La Supercopa no debe ocultar que el Athletic de Bilbao es un polvorín interno desde que en 2018 Aitor Elizegi ganase las elecciones a la Presidencia. Cocinero antes que presidente, Elizegi es un reconocido empresario gastronómico que decidió darle la vuelta a su club con Rafa Alkorta como director deportivo. Las tensiones no han parado desde que llegó al cargo. El regreso de Llorente a San Mamés se frustró después de que Alkorta hiciera pública la negociación y Elizegi lo desmintiera. Además, la última asamblea tumbó todos sus números. Y eso que eran buenos. Las trifulcas internas auguran un futuro complicado para el supercampeón de España.

El entrenador del Athletic Bilbao, Marcelino, con el trofeo de la Supercopa de España
#Koeman

El Barça no tiene mimbres de campeón. Ya lo dijo Messi y lo asume Koeman. Bajas como la de Piqué o de Ansu Fati se notan en las finales. La lesión imaginaria de Messi que le permitió celebrar la Nochevieja en Argentina pasó factura en la final de Sevilla. El argentino estuvo desparecido. No fue un referente porque sus compañeros no saben jugar para él. Pedri es su mejor socio, pero se diluyó en un partido que le empieza a formar como futbolista. Messi acabó expulsado por una agresión a Villalibre que ni protestó. La primera en 753 partidos de azulgrana. La frustración de jugar donde no quiere y ver cómo la inestabilidad del Barça se prolonga porque no habrá elecciones hasta el 7 de marzo. Con partidos como este y con la eliminatoria de Champions ante el PSG es posible que la decisión de salir se la comunique al nuevo presidente. Y será irrevocable. 

El entrenador del Barcelona, Ronald Koeman, observa a Antoine Griezmann en acción con Ander Capa
#Williams

Los problemas del Barça están en la defensa. Son tan evidentes que hasta Marcelino lo habrá podido trabajar en dos sesiones de video. Ter Stegen gana partidos, pero no es infalible. Enfrente estaba Raúl García, especialmente motivado tras su expulsión en Valdebebas y sus goles al Real Madrid. Estaba Williams que lleva años demostrando que es uno de esos pocos jugadores que trata bien cualquier cosa redonda que caiga en sus pies. Y estaba Muniain que es uno de esos pilares que sostienen al Athletic desde que nació. 

El delantero del Athletic de Bilbao Iñaki Williams (Derecha) celebra después de marcar el tercer gol del Athletic durante el partido de fútbol de la final de la Supercopa de España entre el FC Barcelona y el Athletic Club de Bilbao en el estadio de La Cartuja de Sevilla, el 17 de enero de 2021
#Griezmann

Al Barça no le sirven ni Griezmann ni Dembelé. Ninguno es capaz de asumir ese rol de líder, de goleador, de jugador indispensable. El año I después de Messi puede ser más duro de lo que ya están sufriendo. Griezmann anotó dos goles en una final y perdió. Le sobra talento, pero tiene a Messi tan metido en la cabeza que nunca romperá a jugar. Dembelé es una máquina de correr. Un sinsentido. Un pollo sin cabeza. Koeman ni quiere ni puede domar su potencial y le pone para ver si suena la flauta. Jugar la próxima Champions es a todo lo que debe aspirar el Barça en lo que queda de temporada. 

Asier Villalibre del Athletic Bilbao marca su segundo gol
#Rubiales

La Supercopa de Rubiales es un buen torneo. Ha mejorado mucho aquellos dos insulsos partidos de agosto. Del millonario contrato con Arabia Saudí no queda demasiado. La promesa de que volverá cuando acabe la pandemia y el público pueda regresar a los estadios y algo de publicidad en las gradas vacías de Málaga, Córdoba y Sevilla. Para no perder el rastro de los petrodólares la RFEF ha incluido publicidad de Aramco, una compañía saudí dedicada al petróleo; Saudia, la aerolínea nacional de Arabia Saudí; Quality of Life Program, un programa de Saudi Vision 2030 que tiene el objetivo de mejorar el estilo de vida del individuo en aquel país y el logo del Ministerio de Deportes saudí. Sin olvidar el patrocinio de la Junta de Andalucía como Región Europea del deporte 2021. 

El árbitro Jesús Gil Manzano muestra una tarjeta roja a Lionel Messi, del Barcelona, el 17 de enero de 2021

La Supercopa de 2020 fue la que acabó con Valverde. La de 2021 será recordada como la de La Cartuja vacía, el gol de Williams y la expulsión de Messi. El 4 de abril volverá el Athletic al mismo escenario a jugar la final de la Copa del Rey de 2020 ante la Real Sociedad. Sin público no habrá Copa y los datos no son buenos. 

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